La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el concejal barcelonés de ERC Jordi Coronas han llegado al Aeropuerto de Barcelona-El Prat, mientras que otros cuatro activistas catalanes de la Global Sumud Flotilla viajan de Madrid a la capital catalana en coche.
Tras su liberación, 21 activistas españoles han embarcado en un avión en Tel Aviv a primera hora de la tarde y han llegado a Madrid pasadas las ocho. Desde el Aeropuerto de Barajas, Colau y Coronas se han subido a otro avión, con destino a Barcelona, que ha aterrizado sobre las 23:00 horas.
Colau ha relatado lo vivido durante los últimos días desde su detención por soldados israelíes. "Hemos pasado por una experiencia muy dura de detención ilegal, de secuestro en aguas internacionales".
"Hemos estado encerrados en una prisión de alta seguridad donde no se respetaban ninguno de nuestros derechos, ha habido maltrato, trato denigrante", ha denunciado Colau.
Este domingo han llegado al Aeropuerto de Madrid-Barajas 21 de los 49 miembros españoles de la Global Sumud Flotilla que fueron detenidos el pasado miércoles por Israel cuando intentaban llevar ayuda por mar a Gaza y abrir un corredor humanitario.
"Nos estuvieron humillando durante horas, estuvimos siete horas maniatados con las manos en la espalda", ha denunciado el activista Rafael Borrego, miembro de la flotilla que ha regresado a Madrid desde Tel Aviv.
"Cuando nos procesaron pasamos por un trato denigrante, nos robaron casi todos los objetos personales. Todo con un trato humillante, se reían en nuestra cara, como si fuéramos menos que animales. Los maltratos físicos y psicológicos han sido repetidos estos días", ha relatado Borrego.
31 de agosto. La flotilla zarpa desde Barcelona con ayuda humanitaria en dirección a Gaza para tratar de romper el bloqueo israelí. En más de un mes de travesía, el camino ha estado lleno de contratiempos: meteorología adversa, varias paradas técnicas y ataques de drones a las embarcaciones. El Gobierno envía un buque de la Marina de apoyo a la flotilla.
El miércoles por la noche, a unas 70 millas náuticas, el Ejército israelí les rodea, utiliza cañones de agua y detiene a los 500 tripulantes de las 40 embarcaciones en aguas internacionales. Era la crónica de una intervención anunciada.
La odisea marítima da paso a la judicial. Los activistas permanecen incomunicados en una prisión en medio del desierto. Tras varios días, comienzan las deportaciones. Para regresar hay dos vías. La primera es aceptar que han entrado al país de forma ilegal. Es la más rápida. El proceso se demora para los que se han negado a hacerlo y siguen en Israel. Se enfrentan a un juicio y a la deportación forzosa.
La flotilla no ha conseguido entregar la ayuda, pero su acción ya ha tenido una repercusión mundial.
Israel ha ordenado limitar la ofensiva a operaciones defensivas. Lo ha hecho después de que Donald Trump exigiese el cese inmediato de los ataques, pero en las últimas horas los bombardeos dejan decenas de fallecidos en toda la Franja.
¿Será el final de la ofensiva israelí sobre la Franja?
Trump tiene el objetivo de alcanzar la paz no solo en Gaza, sino en todo Oriente Medio, asegura. Un acuerdo que le proclame "el presidente de la paz". Pero este plan viene precedido de dos treguas fallidas. La primera, en noviembre de 2023, solo duró seis días. El balance, un centenar de rehenes israelíes y más de 200 presos palestinos liberados.
El último alto el fuego fue a principios de este año. Se extendió dos meses, una treintena de rehenes volvieron a Tel Aviv y casi 2.000 prisioneros palestinos fueron excarcelados. Israel rompió ambas treguas y reanudó la ofensiva con bombardeos.
¿Cuáles son los siguientes pasos?
No hay un calendario definido, pero ambas partes se reúnen en las próximas horas en Egipto. Israel y Hamás se sentarán a negociar la primera fase del plan, que incluye la liberación de todos los rehenes. Mediarán delegaciones de Egipto, Catar y EE.UU. Esta última, encabezada por Steve Witkoff, el enviado especial de Trump para Oriente Medio.
¿Cuáles son los principales puntos de fricción?
El plan incluye el desarme de Hamás, pero la milicia pone como condición previa la retirada total de las tropas israelíes de Gaza. En la propuesta se habla de una "línea acordada" y un repliegue por etapas. Aceptan ceder el poder a un gobierno palestino de tecnócratas con respaldo palestino, árabe e islámico, pero omiten la supervisión de un organismo internacional de transición liderado por Trump. También se contempla una posible vía a un Estado palestino que Netanyahu siempre ha rechazado.
21 activistas españoles de la flotilla aterrizarán esta tarde a las 20:20 en el aeropuerto de Barajas. Es el primer grupo de la flotilla que regresa a España.
Se desconoce lista definitiva, ya se saben algunos nombres como la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Para regresar hay dos vías. La primera es aceptar que han entrado al país de forma ilegal por ser detenidos en aguas internacionales. Es la más rápida y la que ellos han firmado.
El proceso se demora para los que se han negado a hacerlo y se enfrentan a la deportación forzosa. Aún quedan 28 españoles allí, en una cárcel, en medio del desierto, al sur de Israel.
El sábado llegaron a Estambul 137 activistas internacionales deportados por Israel. Denuncian malos tratos y torturas a Greta Thunberg. "La envolvieron en una bandera israelí y la empujaron", aseguran. El Gobierno de Benjamin Netanyahu lo niega.
El 10 de mayo, miles de personas salían a las calles de Madrid en la primera manifestación unitaria por Gaza. Aquel día, fueron 10.000 personas, según datos de Delegación de Gobierno. Cinco meses después, la asistencia a la marcha de este sábado en Madrid se ha multiplicado por diez.
Masiva protesta también en Barcelona. 70.000 personas llenaron la ciudad de banderas palestinas, mientras que en junio fueron 18.000 y en septiembre, 28.000.
Un movimiento social que ha ido creciendo. Solo este fin de semana, más de 250.000 personas se han manifestado en 80 ciudades de España.
Foto: Juan González/EFE — Manifestación por Palestina en Gijón
Programa 57. Xurxo Melchor, periodista de La Voz de Galicia especializado en sucesos y tribunales, nos trae el caso de la llamada 'mujer de rosa', una chica hallada muerta en la carretera de Viladecans (Barcelona) en 2005 que la Policía Nacional ha identificado 20 años después, dentro de una campaña promovida por la Interpol. Conversamos con Manuel Galisteo, presidente del sindicato de funcionarios de prisionesTu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), Cristina del Villar y Manuel Morales, miembros del sindicato, durante la manifestación celebrada en las calles de Madrid. La socióloga y criminóloga Victoria Pascual analiza la polémica en torno a la prohibición del gobierno madrileño de mostrar símbolos de apoyo a Palestina en los colegios de la comunidad autónoma. Neus Sala y el Archivo Digital de RNE dedican Archivo criminal al quinto capítulo sobre el secuestro y asesinato de Anabel Segura (1993).
La izquierda afirma que la ciudadanía está en el lado correcto de la historia y muestran sus dudas sobre el plan de paz en Gaza. Un plan que resulta esperanzador para el PP. Los populares arremeten contra los de Yolanda Díaz, tras sus críticas esta semana a la propuesta de Donald Trump. El Gobierno critica el apoyo del PP a Israel y asegura que "siguen instalados en la parte más inhumana y cruel de la historia", ha dicho la ministra de Sanidad, Mónica García.
Mientras tanto, los socios del Gobierno hacen un llamamiento a los organismos internacionales "para garantizar la dignidad de todas las partes". En el caso de España, los socios piden al Ejecutivo más contundencia contra Israel. Para partidos como Podemos, el decreto de embargo de armas a Israel que se votará la próxima semana en el Congreso es insuficiente y no desvelan qué harán. Sobre los 50 españoles de la flotilla detenidos por Israel, la izquierda habla de secuestro, reclaman su liberación y aseguran que están recibiendo un trato degradante.
Dos años después del ataque que volvió a cambiarlo todo, un reservista israelí, al que ‘Informe semanal’ entrevista en un punto muy cercano a Gaza, critica que haya mucha gente que considere que lo que está llevando a cabo su país en la Franja es "un genocidio": "¿Qué significa exactamente? Estamos en guerra. Dime una guerra en la que civiles inocentes no hayan muerto. No existe eso. Lo que sabemos es que hay que destruir a Hamás. Y, si ellos ponen un civil enfrente, tenemos que tomar una decisión". Su testimonio, con la cara tapada, da cuenta de lo que piensa una parte de la sociedad israelí. En su caso, tomando parte directamente sobre el terreno. A la espera de que tome cuerpo ese plan de paz forzado por Trump, entre las autoridades palestinas hay mucha desconfianza. "Ha habido posibilidades de acuerdo, pero todas se han rechazado... También han asesinado a los negociadores de Hamás. Así que lo que yo creo", dice Inés Abdel, del Instituto de Diplomacia Palestina, "es que no tienen interés en un pacto. Están aprovechando para seguir destruyendo y para echar a más palestinos..."
El esbozo de acuerdo que hay sobre la mesa plantea, entre otras cosas, el cese de la operación militar israelí, la liberación de los rehenes en manos de Hamás y el desarme del grupo terrorista. Este, de entrada, ya ha contestado con condiciones. Entre ellas, que sean los palestinos los que gobiernen el territorio, porque Estados Unidos también contempla asignarse la gestión administrativa junto a otros jefes de estado o exmandatarios como Tony Blair. ‘Informe Semanal’ vuelve a los escenarios del momento: la Franja de Gaza, Cisjordania e Israel. El futuro de Gaza, a día de hoy, se adjetiva con interrogantes.
"Si tocan la flotilla, nos tocan a todos". El asalto a la flotilla ha sido el punto de inflexión para que miles de personas se echen a las calles para exigir el fin de la masacre en Gaza.
En torno a 100.000 manifestantes han recorrido las calles de Madrid esta tarde, 400.000 más según los organizadores. Por la mañana, la de Barcelona ha sido otra de las más multitudinarias, con unos 70.000 asistentes, según la Guardia Urbana, 300.000 según los organizadores.
Las movilizaciones se han extendido en decenas de ciudades de todo el país. Desde Pamplona, Sevilla, Valencia o Gran Canaria. El objetivo era aunar el grito y reiterar su apoyo al pueblo palestino.
Hacen un llamamiento a la comunidad internacional. Le piden que rompa relaciones de inmediato con Israel. Esta tarde, en una marcha alternativa en Barcelona se han producido disturbios como pintadas, cristales rotos y destrozos en el mobiliario urbano.
Jornada reivindicativa en España y en todo el mundo donde las protestas se multiplican. Se suceden las manifestaciones convocadas en Roma y Londres, donde se apoya también a Acción Palestina, que es considerada una organización terrorista por el Gobierno de Keir Starmer. Una pintada insultante realizada sobre la estatua de Juan Pablo II en Roma, supuestamente durante una manifestación por Gaza, ha indignado al Gobierno de Giorgia Meloni, que este sábado lo ha calificado de "acto indigno" e "ideológico".
El asalto a la flotilla ha sido la gota que ha colmado el vaso para muchos. Miles de personas han salido este sábado a la calle para exigir el fin de la masacre en Gaza. Hay más de 80 movilizaciones coordinadas en toda España.
La de Barcelona ha sido la más multitudinaria, con unos 70.000 asistentes, según la Guardia Urbana, 300.000 según los organizadores. La imagen se ha repetido en Pamplona, Gran Canaria o Sevilla.
Miles de personas han reiterado su apoyo al pueblo palestino y han pedido que la comunidad internacional rompa relaciones de inmediato con Israel. En Galicia, se han manifestado a las puertas del Foro de la Toja y en Cantabria, los sanitarios han rodeado el Hospital Valdecilla en solidaridad por sus compañeros. Las movilizaciones se repetirán durante todo el fin de semana.