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La respuesta de Hamás es un sí, con condiciones. Acepta liberar a los rehenes y un gobierno de tecnócratas para la Franja, pero pone como condición previa para desarmarse la retirada israelí de Gaza. A Donald Trump le basta con eso: "Es un día grande (...) especial (...) sin precedentes". Asegura que el grupo islamista quiere una paz duradera y traslada la presión a Israel, exigiendo el fin de los bombardeos.

Benjamin Netanyahu, de momento, solo habla de poner en marcha de inmediato la primera fase del acuerdo, la liberación de los rehenes y el Ejército acelera los planes para ello. La prensa asegura que ya se ha dado la orden de que las operaciones militares se ciñan a las defensivas.

Los ataques sobre Gaza han continuado de noche y al amanecer, dejando una decena de muertos, pero su intensidad se ha reducido.

Foto: EYAD BABA / AFP

Después de que Hamás se haya mostrado dispuesto a aceptar el plan de paz de Trump, ahora es el Gobierno de Israel quien "tiene la presión" para cumplir la parte acordada. "Netanyahu, que cuenta con un apoyo que hasta ahora ha sido incondicional de Estados Unidos, no tiene ningún incentivo para parar esta guerra porque le interesa seguir con su plan de llevar a cabo una limpieza étnica en Gaza", nos explica Haizam Amirah Fernández, director ejecutivo del Centro de Estudios Árabes Contemporáneos.

"Hamás tiene la carta de los rehenes. Si los entrega, algunos opinan que se queda sin esa carta y que el gobierno de Netanyahu podría bombardear a gran escala el territorio y seguir adelante con su plan". Amirah asegura que "no sería la primera vez que ha roto un alto el fuego". El director ejecutiva apunta a que el hecho de que Trump haya respondido de forma rápida a Hamás, apoyando la idea de que Israel tiene que cesar sus ataques, "parece un intento de impedir que Netanyahu tomase la delantera". "Vamos a ver cuánto de verdad hay en esta posición de la Casa Blanca o si habrá algún volantazo. Hay un interés de Donald Trump por presentarse como el pacificador", insiste Amirah.

Las explosiones iluminan una noche más el cielo de Gaza. Estos ataques han dejado al menos nueve fallecidos, entre ellos tres niños, en diferentes zonas del enclave palestino, según fuentes médicas.

Medios israelíes aseguran que el Ejército hebreo pasaría a operaciones defensivas en la Franja y suspendería o reduciría en buena medida su ofensiva sobre Ciudad de Gaza, pero las imágenes se repiten dos años después del inicio de la guerra.

En la Franja, donde miles de personas han tenido que dejar sus hogares, celebran que Hamás haya aceptado negociar el plan de paz, a pesar, dicen, de haber perdido tanto. Hamás se muestra dispuesto a entregar a los 48 rehenes israelíes, solo 20 de ellos continúan vida.

Mientras, Donald Trump le pide a Israel que deje de bombardear. Desde Hamás, insisten en ello, pero también en que se permita el acceso de ayuda a Gaza. Aseguran que no se desarmarán antes de que termine la "ocupación" israelí.

El grupo islámico también acepta que la administración de la Franja pase a una autoridad palestina independiente, con apoyo árabe e islámico, pero rechaza la tutela internacional incluida en el plan. Trump ha dado de plazo hasta el domingo para cerrar el acuerdo y amenaza con una ofensiva sin precedentes si no se concreta. La respuesta de Hamás es un "sí condicionado" que abre una pequeña ventana de esperanza, aunque el desenlace dependerá de la negociación y de la voluntad política de ambas partes.

Foto: EYAD BABA / AFP

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha asegurado que la aceptación de Hamás al plan propuesto por EE.UU. para el fin de la guerra en Gaza es "un paso más hacia la paz". Así lo ha indicado el ministro en una entrevista al Canal 24 Horas, en la que ha reiterado también el apoyo del Gobierno de España a la solución de dos Estados. Foto: Adrian Dennis - WPA Pool/Getty Images

Sin esperar a que se cumpliera el plazo que Trump había impuesto hasta la noche del domingo, Hamás ha aceptado parte de la propuesta del presidente estadounidense para acabar con la guerra en Gaza. Permitirán liberar a todos los rehenes, tanto vivos como muertos, y matiza que los detalles de esa liberación pueden ser negociados. También acepta entregar el control de la Franja a una autoridad palestina independiente de tecnócratas. "Un calco casi exacto de la propuesta de Trump, aunque sin asumir uno de los planteamientos de la Casa Blanca: Hamás omite la creación de un organismo internacional de transición", explica el enviado especial de RNE, Santiago Barnuevo.

En su comunicado, Hamás también ignora su desarme, una condición que era imprescindible para Israel, y se ciñe solo a los dos puntos mencionados. "La respuesta de Israel es lacónica, seguramente forzada por la reacción positiva de la Casa Blanca". Tel Aviv dice preparase para aplicar el plan de Trump: el Ejército ha recibido la orden de detener el asalto a Ciudad de Gaza y reducir al mínimo sus operaciones en la Franja. Mientras tanto, Trump se muestra satisfecho con el comunicado de Hamás y pide a Netanyahu que deje de bombardear Gaza de forma inmediata.

Todos los detalles con Santiago Barnuevo y la corresponsal en Estados Unidos, María Carou.

Hamás ha aceptado liberar a todos los rehenes israelíes tras el ultimátum dado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que aceptara su propuesta de paz para Gaza. El grupo islamista acuerda también que haya un gobierno de tecnócratas en la Franja de Gaza, aunque pide negociar los "detalles" del plan propuesto por el estadounidense. El plan de Trump contempla, además, el desarme de la milicia palestina, aunque Hamás no se ha pronunciado al respecto en el comunicado emitido este viernes.

FOTO: EFE/EPA/MOHAMMED SABER

Analizamos la actualidad desde una perspectiva humanista, en el informativo 24 Horas de RNE con Noor Ammar, escritora y consultora jurídica política internacional, y Germán Cano, escritor y profesor de Filosofía. Abordamos el anuncio de Hamás en el que comunica que acepta liberar a todos los rehenes, aunque establece ciertas condiciones que aún deben ser negociadas del plan de paz del presidente estadounidense, Donald Trump. También analizamos el segundo punto aceptado, entregar el control de la Franja a una administración independiente palestina.

Israel ha detenido a 443 de los 500 miembros de la Global Sumud Flotilla y las autoridades israelíes han afirmado que serán trasladados a la prisión de Beerseba. En el informativo '24 Horas de RNE' hablamos con Juan Rodríguez Garat, almirante retirado: "Aunque la ocupación de Gaza sea ilegal y aunque todas las guerras sean ilegales, si no están aprobadas por las Naciones Unidas, por el Consejo Civil de las Naciones Unidas, el derecho humanitario no tiene como finalidad que la guerra la ganen los buenos, sino que se humanice la guerra dentro de lo posible y es a través de unas condiciones que deben cumplir los ejércitos, sean buenos o malos, sea una causa justa o no, deben cumplir".

El catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, Antoni Pigrau, asegura: "En realidad se ha violado casi todo, efectivamente, en el conflicto que estamos analizando yo creo que se cruzan por lo menos tres ramas del derecho internacional [...] En cuanto al derecho del mar, los estados ribereños tienen unos espacios del mar territorial de hasta 12 millas, Israel solamente dispone de esos espacios, de acuerdo con el derecho internacional, en su propio litoral y no en el de Gaza". No son espacios que Israel pueda utilizar "como si fuera el propietario, el soberano del espacio legal", añade. Pigrau concluye: "Israel se impone por la fuerza de los hechos, no por la fuerza de la legalidad".

El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha instado al primer ministro, Benjamín Netanyahu, a mantener a los activistas de la Flotilla en prisión en vez de tramitar sus deportaciones: "Creo que deben permanecer aquí unos meses en una prisión israelí para que se acostumbren al olor del ala terrorista".

Según un vídeo difundido en redes, Ben Gvir también visitó el puerto israelí de Ashdod y atacó verbalmente a los activistas llamándoles "terroristas", asegurando que habían encontrado armas en los barcos, sin presentar pruebas.

Ben Gvir es una de las voces más radicales del Gobierno de coalición de Benjamín Netanyahu y una de las figuras que más ha exigido mantener la ofensiva israelí en Gaza, además de la ocupación total de la Franja.

Foto: ATEF SAFADI/EFE

La cárcel de Saharonim, en pleno desierto del Neguev y construida en 2007 para albergar a inmigrantes en situación irregular, acoge de momento a los activistas de la Global Sumud Flotilla detenidos por Israel. Varios de ellos podrían permanecer allí hasta el domingo.

A la entrada del centro se han sucedido los coches con matrícula diplomática. Según el Ministerio de Exteriores, el cónsul español en Tel Aviv ha podido hablar con parte de los nacionales retenidos y regresará para entrevistarse con todos. El siguiente paso para los detenidos es comparecer ante un juez y firmar, si lo aceptan, la orden de deportación inmediata. La mitad de los españoles ya han firmado, lo que agilizará su salida, mientras que quienes rechacen ese procedimiento afrontarán una deportación más lenta.

Foto: BASHAR TALEB

En el hospital Al Hilou, los médicos se apresuran a evacuar a los neonatos ante la ofensiva israelí. Padres como Taher, cuya hija nació prematura y depende de un oxígeno inexistente por el asedio, temen no llegar al hospital Nasser al sur, en medio de combates y carreteras arrasadas. La OMS ha alertado de que dos tercios de los hospitales ya no funcionan y el resto apenas lo hace, mientras pide a más países que acojan pacientes porque atender a heridos se ha vuelto casi imposible.

Sobre el terreno, los palestinos han denunciado que el Ejército israelí ha arrados barrios enteros con explosivos teledirigidos. La huida masiva de la población no cesa. "Morimos cada día", resume Asaliya, madre de seis hijos, que reclama a la comunidad internacional un alto el fuego inmediato. Entre la devastación, miles de gazatíes miran al cielo y a las negociaciones, pendientes de si Hamás acepta o no un plan de paz que, por ahora, se siente lejano.

Foto: EBRAHIM HAIJAJ