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Conducir un Tesla ha adquirido en los últimos meses un significado polémico. Hay conductores arrepentidos, que odian a dueño de la empresa, el magnate Elon Musk. El llamamiento a protestar en los concesionarios de la marca se ha seguido en Europa, en países como Reino Unido o Alemania, donde recuerdan especialmente el apoyo de Musk a la ultraderecha.

El boicot se nota en las ventas. Este 2025, los europeos compran más vehículos eléctricos, pero menos Tesla, cuyas ventas caen un 42% con respecto al año pasado.

Musk ha subrayado que Tesla "es una empresa pacífica", pero muchos ven en ella la oportunidad de castigar al hombre más rico del mundo. Trump le ha dado el poder de la tijera y él lo está usando para despedir a empleados federales, acabar con políticas de diversidad y restringir ayudas sociales.

Foto: Protesta frente a un concesionario de Tesla en Pasadena, California (Mario Tama/Getty Images/AFP)

El vicepresidente estadounidense, JD Vance, ha acudido de forma extraordinaria a Groenlandia tras el interés del presidente, Donald Trump, de incorporar este territorio a la soberanía estadounidense. Desde la base estadounidense de Pituffik, Vance ha dicho que "Groenlandia es un territorio fundamental para la seguridad de Estados Unidos, y ahora mismo es extremadamente vulnerable".

El vicepresidente estadounidense ha añadido que "les va a ir mejor si forman parte de nuestro paraguas de seguridad en lugar de Dinamarca". Vance ha señalado que Rusia, China y otros países están muy interesados en los pasajes árticos y en sus minerales y por ello "tenemos que asegurarnos de que Estados Unidos es líder en el Ártico porque si no somos nosotros serán otras naciones las que lo hagan".

Foto: Jim WATSON/POOL/AFP

A Trump le interesa Groenlandia por razones estratégicas y de seguridad. Nadie lo ha dicho tan alto y claro como él, pero el interés estadounidense por este territorio autónomo bajo soberanía de Dinamarca viene de lejos. Hace tiempo que Trump posó su vista en Groenlandia. En su primer mandato causó estupor cuando propuso comprarla y dijo que sería una gran operación inmobiliaria. Ahora va más allá y asegura que Estados Unidos la necesita por seguridad y que se harán con ella de una forma o de otra.

Estados Unidos impondrá aranceles del 25% a todos los coches que no se hayan fabricado en el país. De este modo, las exportaciones serán más caras para sus ciudadanos. Pero este impuesto no aplica solo a los vehículos completos, también gravará las piezas. Esto es lo que afectará directamente a España, que no exporta coches a Estados Unidos, pero sí componentes. El año pasado, por valor de mil millones de euros. La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) pide una respuesta "desde el punto de vista industrial". "Europa y España tienen que tener un plan específico", ha declarado su director general, José López Tafall.

Foto: Coches en la planta de Stellantis en Figueruelas (Zaragoza). RAMÓN COMET - EUROPA PRESS

Las políticas contra la diversidad del nuevo Gobierno americano de Donald Trump salpican un proyecto educativo y cultural de la Biblioteca Ignasi Iglésias de Can Fabra, en el distrito de Sant Andreu de Barcelona. Desde 2016, la Biblioteca Ignasi Iglésias-Can Fabra ha sido sede del programa American Space Barcelona que fomenta el intercambio cultural entre Barcelona y Estados Unidos con más de 2.000 actividades y 77.000 asistentes.

La embajada de EE.UU. le ha comunicado que dejará de financiarla si siguen promoviendo la diversidad, la equidad y la inclusión, principios que están en el corazón del American Space Barcelona.

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona garantiza que mantendrán el programa en la biblioteca, a pesar de que el Ejecutivo americano retire la aportación, y asumirá el coste de la parte americana del programa.

Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, ha expresado en La noche en 24 horas que no van a acatar esta orden de Trump "ni por la forma en la que se nos ha comunicado ni por el fondo". "El gobierno americano no tiene por qué decirle al Ayuntamiento de Barcelona qué tiene o qué no tiene que hacer", ha criticado Collboni. Según ha explicado el alcalde, el programa de la biblioteca de Sant Andreu suponía "un incentivo" para que las niñas tuvieran vocación científica o técnica, dado que el número de mujeres en las facultades es menor que el de hombres. "Es cierto que es un fondo que proviene del gobierno americano y tienen el derecho de retirar, pero nosotros no vamos a dar ni un paso atrás", ha sostenido el alcalde de Barcelona.