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La tregua en Ucrania puede aliviar a la población civil, facilitar la entrega de ayuda humanitaria y dar un descanso a unas tropas agotadas después de tres años de combate sin pausa. La mayor dificultad es la desconfianza. Ni la población ucraniana ni las autoridades de Kiev se fían de Moscú, que a su vez también tiene reservas y exige que Ucrania no aproveche la pausa para rearmarse.

El reto operativo de la tregua es la supervisión: Ucrania y Rusia comparten más de 2000 kilómetros de frontera y unos mil de frente con combates activos. El Kremlin rechaza expresamente la presencia de tropas de países de la OTAN, mientras Kiev reclama garantías de seguridad por ahora no concretadas. Pero los acuerdos no son imposibles. En estos tres años de invasión, Rusia y Ucrania han pactado intercambios de prisioneros, la exportación de cereales por el mar Negro o evitar ataques cuando los inspectores de la ONU visitan la central nuclear de Zaporiyia.

En todos esos casos, Moscú y Kiev han pactado a través de mediadores. En la tregua, el intermediario es Estados Unidos, con un Donald Trump que ya va más allá del alto el fuego, y habla de que se negocie sobre instalaciones energéticas y tierras.

La OCDE ha revisado al alza las previsiones de crecimiento de la economía española para 2025 y 2026 y es, con Turquía, el único de los grandes países miembros para el que lo ha hecho, mientras la tendencia es claramente la inversa por el efecto de la guerra comercial desencadenada por Donald Trump.

En su informe interino de Perspectivas publicado este lunes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) espera que, después de que ese crecimiento fuera del 3,2% en 2024 —el más alto de ese grupo, sólo igualado por Turquía— será del 2,6% en 2025, tres décimas más de lo que anticipaba en diciembre.

Estados Unidos ha expulsado a más de 200 venezolanos sospechosos de formar parte de un grupo criminal. Los ha enviado a El Salvador, pese a que un juez federal ha frenado la ley que invoca Donald Trump para justificar estas deportaciones. Una norma pensada para tiempos de guerra.

Foto: EFE/ Presidencia de El Salvador