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El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha defendido firmemente en una entrevista a La noche en 24h la visita del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, a China. Albares ha subrayado que España mantiene una política exterior "soberana y coherente", que busca equilibrar las relaciones con potencias como China y EE.UU. sin someterse a presiones externas.

"No se puede tener una política exterior global sin hablar con China, como tampoco sin dialogar con Washington", ha reivindicado Albares, donde ha subrayado la importancia de la visita al país asiático como una oportunidad para diversificar alianzas y abrir mercados entre ambos países.

Albares ha destacado que el viaje permitió firmar 10 nuevos acuerdos comerciales, especialmente en el sector agroalimentario, clave para equilibrar la balanza comercial, y ha subrayó la posición de China como el segundo socio comercial de la UE. Para el ministro, el país es un mercado "insustituible" para empresas españolas.

"Creo, sinceramente, que este ha sido un viaje acertado y que lo que demuestra es que España tiene una política exterior con voz e influencia en Washington, Pekín y Bruselas", ha celebrado.

A su vez, ha criticado las "contradicciones" del Partido Popular al recordar que, durante el Gobierno de Mariano Rajoy, este viajó a China, pero ahora cuestiona el acercamiento de Sánchez con Pekín. "Nadie nos dirá con qué países debemos hablar", ha advertido.

Ante las descalificaciones por parte de Washington por los contactos entre España y China, Albares ha recalcado que el acercamiento "no es un juego de suma cero. Podemos hablar con Washington y con Pekín", ha establecido.

(FOTO: OLIVIER HOSLET)

Arancha González Laya, exministra de Exteriores y decana de la Escuela de Asuntos Internacionales de París, ha declarado en una entrevista en La Hora de La 1 de TVE que la Organización Mundial del Comercio (OMC) "está siendo demolida por uno de sus arquitectos: EE.UU.". "No es solamente un conflicto entre EE.UU. y China, es una declaración unilateral de guerra comercial de EE.UU. al resto del planeta", ha añadido.

"La actitud de la UE es la correcta, colocarse en la firmeza diciendo que todo es negociable, pero que no puede negociar consigo misma. Esto va de que EE.UU. renuncie a las medidas unilaterales y vestir este gesto de una negociación, la vía puede ser la marcada por la UE sugiriendo un desarme arancelario", ha explicado la exministra. "Si la negociación no es posible, desde la responsabilidad, también firmeza para aplicar medidas de retorsión".

González Laya cree que, por parte de la UE y China, dos "actores sistémicos" del comercio mundial, "el mensaje tiene que ser no aumentar el impacto de las medidas unilaterales americanas extendiendo la guerra entre nosotros mismos". "La UE tiene que impulsar sus relaciones comerciales con otros países en el mundo", ha subrayado, y con China la relación tiene que ser "estable, sólida y basada en la apertura de mercados respetando las reglas de juego".

Washington y Pekín se adentran en una guerra abierta por la hegemonía mundial. Los aranceles impulsados por Trump empujan la rivalidad entre las dos potencias a un terreno desconocido.

Una lucha que amenaza el actual orden mundial. De un mundo globalizado e interconectado a otro fragmentado y partido en áreas de influencia que compiten salvajemente entre sí. Con una China en ascenso y un Estados Unidos en declive y repliegue en la esfera internacional. Un cambio de paradigma que conlleva grandes riesgos, `pero también oportunidades.

Ante la incertidumbre, los distintos Estados mueven ficha y se replantean sus alianzas, sus mercados... Nadie quiere salir perdiendo en este nuevo e imprevisible desorden mundial.

Foto: REUTERS/Kevin Lamarque

Teléfonos móviles, ordenadores y la mayoría de productos tecnológicos quedan fuera de los nuevos aranceles de Trump; lo que llama 'aranceles recíprocos', y que aplica a todas las importaciones de EEUU.

Esto podría representar un alivio para los consumidores, quienes se enfrentaban a la posibilidad de pagar precios más altos principalmente por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y para gigantes tecnológicos norteamericanos como Apple, que fabrican gran parte de sus productos en el país asiático.

De hecho, aproximadamente el 90% de la producción y ensamblaje del iPhone de Apple se realiza en China, según estimaciones de Wedbush Securities.

El gigante asiático fabrica buena parte de esa tecnología; supone más del 20% de todo lo que EE.UU. compra a China. Las demás importaciones mantienen el arancel del 145%. Y hoy ha entrado en vigor la tasa china del 125% a los productos estadounidenses.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha apostado por una "agenda positiva" y por mantener una "elevada interlocución política" con China, y ha asegurado que la política exterior de España "no va contra nadie" tras las críticas de Estados Unidos por su viaje al país asiático.

Así lo ha asegurado en una rueda de prensa tras reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, en el marco de su viaje de esta semana a China y Vietnam. Sánchez ha destacado una interlocución con su homólogo que "permite seguir desarrollando una agenda positiva" entre ambos países "sobre la base del respeto y la confianza mutua".

China no tiene intención de negociar. Pekín ha aumentado sus aranceles a los productos estadounidenses al 125%. Dice que si hay nuevas subidas por parte de Trump, las va a ignorar. EE.UU. cerró ayer su impuesto a los productos chinos del 145%. El argumento de China es de peso: con esos aranceles, ningún producto estadounidense resulta atractivo al mercado chino.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido este viernes en Pekín durante su visita a China que la política exterior de España "no va contra a nadie" y que es "coherente con lo que han hecho otras administraciones".

"La política exterior de España no va contra nadie, va en defensa del entendimiento entre países, del orden multilateral y del libre comercio", ha explicado en una rueda de prensa al término de su visita en la Embajada española en la capital china.

Sánchez, que llegó el jueves a China en plena guerra comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con este país, ha agregado que el mundo necesita que "tanto China como Estados Unidos hablen".

FOTO: AP Photo/Ng Han Guan

Pedro Sánchez se ha reunido en Pekín con Xi Jinping para estrechar lazos, poniendo de manifiesto que el presidente español ve a China como un socio comercial de la Unión Europea en medio del terremoto desatado por Estados Unidos. Julio Ceballos, consultor de negocios en China, ha estado en Las Mañanas de RNE con Josep Cuní analizando la situación y opina que "en el actual contexto de tensiones comerciales globales, España puede jugar la carta de posicionarse como el interlocutor preferido de China ante la Unión Europea". El entrevistado prosigue, diciendo que hay que "aprovechar esta oportunidad de desempeñar un papel estratégico para fortalecernos, actuando como un puente entre Pekín y la Unión Europea sin desvincularse de la política común hacia el gigante asiático".

Al comparar la estrategia china con la estadounidense, Ceballos cree que el país asiático juega una partida muy diferente a la de Donald Trump: "China está jugando a largo plazo, con temple, con cálculo estratégico, y Trump, en cambio, va de farol en una partida de póker bastante cortoplacista que, me temo, no va a poder sostener", afirma. Además, el consultor no está seguro de que Estados Unidos vaya a penalizar a España por este motivo ya que "cualquier país que se tome en serio a sí mismo mejoraría sus relaciones bilaterales con la segunda potencia mundial", comenta.

Este viernes, el presidente de España, Pedro Sánchez, viaja a China. Acompañado por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y el de Agricultura, Luis Planas, el Jefe del Ejecutivo quiere reforzar los lazos económicos entre ambos países.

Las relaciones diplomáticas entre la República Popular China y España empezaron hace 52 años, cuando el régimen franquista reconoció al Gobierno chino. Desde entonces, todos los Gobiernos españoles, independientemente de su partido, han apostado por fomentar su relación con Pekín. A veces, incluso obviando cuestiones como los derechos humanos o el autoritarismo del Gobierno chino.

Esta es la tercera visita de Sánchez al gigante asiático en tres años, y, aunque ya estaba prevista desde 2024, la reunión llega en plena tensión por la guerra arancelaria desatada por el mandatario estadounidense, Donald Trump.