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Cumbre del Clima

Los manifestantes por el clima de Madrid, entre la esperanza y el escepticismo: "Se siguen dando excusas"

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500.000 personas, según la organización, en la Marcha por el Clima de Madrid

La lucha contra el cambio climático, convertida junto al feminismo en la gran causa global del siglo XXI, ha tomado este viernes el centro de Madrid, con decenas de miles de personas que han marchado por el centro de la ciudad para exigir a los líderes políticos que adopten medidas eficaces para frenar el calentamiento del planeta en la Cumbre del Clima, pese al escepticismo del que muchos de los asistentes hacían gala durante el recorrido.

"Creo que es la causa más importante de nuestro tiempo y, siendo aquí en Madrid la cumbre climática, consideraba necesario venir", contaba a RTVE.es Alejandro, de 28 años, que se manifestaba con dos amigos y que dejaba ver sus dudas sobre las posibilidades de pactos en la COP25 de Naciones Unidas: "Espero muy poco, que se siga hablando y, si llegan a un acuerdo aunque no sea por unanimidad, sería mejor que nada".

La desconfianza en los responsables políticos era patente en muchas de las pancartas que enarbolaban los manifestantes a los largo de la marcha, convocada por las plataformas Fridays For Future, Alianza por el Clima, Alianza por la Emergencia Climática y 2020 Rebelión por el Clima y que ha recorrido desde la glorieta de Atocha hasta la plaza de Nuevos Ministerios: "Si el mundo fuese un banco, ya lo habrían rescatado", rezaba una de ellas, un lema que se ha escuchado también como cántico.

Las 'gretas' españolas

Los más combativos han coreado "venga ya, venga ya, tanta cumbre para ná" o "esta cumbre es una farsa", aunque los lemas más habituales son ya clásicos de la lucha climática: "Ni un grado más, ni una especie menos", "no hay planeta B" y "queremos justicia climática y la queremos ya".

Greta Thunberg abandona, entre aplausos, la "Marcha del Clima" en un vehículo eléctrico por recomendación de las fuerzas de seguridad, ante la imposibilidad de avanzar a pie debido a la masiva afluencia de personas. La joven acudirá directamente a Nuevos Ministerios, donde se ha instalado un escenario desde el que Greta Thunberg hablará a los manifestantes en el cierre de la marcha.

Pese a los reproches, el tono ha sido festivo, con los jóvenes a la vanguardia de las protestas. "Ver a tanta gente aquí unida por la misma causa es esperanzador", resaltaba Alba, de 19 años, venida desde Cádiz junto a sus compañeras de Friday for Future en la ciudad andaluza para manifestarse, a pesar, de nuevo, de sus escepticismo con la cumbre: "Espero que haya acuerdos, pero, la verdad, creo que no".

Greta Thunberg es un buen símbolo; es la que ha conseguido mover a tantísima gente

Ni ella ni sus amigas han podido ver a Greta Thunberg, la activista sueca de 16 años que impulsó los 'viernes por el futuro', que ha hecho acto de presencia en la cabecera pero se ha salido de la marcha por seguridad, aunque se ha trasladado en coche eléctrico hasta Nuevos Ministerios para los parlamentos finales. "Es un buen símbolo; al fin y al cabo, es la que ha conseguido mover a tantísima gente", señalaba Alba.

Un movimiento intergeneracional

Con todo, no solo los más jóvenes han salido a la calle: la lucha contra el cambio climático se revela como un movimiento transversal e intergeneracional, por lo que en la marcha había gente de todas las edades. Los asistentes, según la Delegación de Gobierno, han sido 15.000, aunque los organizadores hablan de 500.000 personas.

"Es evidente que tenemos que venir, faltaría más", señalaba Emilia, de 55 años, mientras su marido, Pascual, de 67, resumía: "Es un tema que nos afecta a todos". Ella cree que hay que "presionar a los políticos y a la ciudadanía, también tenemos que despertar", pero él mostraba cierta desesperanza: "Hasta este momento, los políticos nos han decepcionado mucho. Esperemos que está sea la definitiva, pero yo tengo poca fe".

Miles de personas salen a la calle en Madrid contra el cambio climático

Que sepan que hay que hacer algo ya para cambiar la situación, porque si no, su futuro lo veo muy negro

También se decía pesimista Alex, de 38 años, que acudía a la manifestación con sus dos hijas, Gaia y Noa, de cuatro y seis años, para concienciarles: "Que sepan que hay que hacer algo ya para cambiar la situación, porque si no, su futuro lo veo muy negro", señalaba, antes de destacar que también habían venido su mujer y sus suegros, "tres generaciones". La marcha, de hecho, ha atraído a numerosas familias e incluso había un recinto para carritos con padres e hijos en el centro de la columna.

Parches y excusas

"Soy muy escéptico [con la cumbre], realmente no hay una voluntad política suficiente para que se haga un cambio de sistema económico desde la base", explicaba Alex. "Se están poniendo parches, se quiere un mercado de carbono como el de Kioto, que no ha llevado a un cambio drástico, y es necesario. Se siguen dando excusas, pero un cambio de sistema económico mundial no veo que vaya a pasar", concluía.

Ese mismo rechazo al sistema económico era evidente a lo largo de la marcha, con numerosas pancartas y cánticos contra el capitalismo, y llamamientos a cambiar de modelo: "Cambia de vida, no el clima" decía una pancarta, mientras que otra insistía en que los políticos deben incentivar esos cambios: "Obligadnos a cambiar de hábitos".

¿Hasta qué punto estamos dispuestos a cambiar los hábitos? Es muy difícil que la gente deje la comodidad

Esto último es fundamental, subrayaba Sara, venezolana de 68 años residente en España, que se preguntaba: "¿Hasta qué punto estamos dispuestos a cambiar los hábitos? Es muy difícil que la gente deje la comodidad que tienen, que dejen sus teléfonos o de viajar en avión". Y remachaba sus dudas: "Nosotros somos muchos, pero los que no están aquí son más". Aunque no pierde la esperanza, porque, como se ha podido ver en Madrid, cada vez más gente se une a la lucha climática.