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Elecciones generales 2019

Casado, el viaje del PP de las "esencias" a otro "centrado y moderado"

  • El desplome en las urnas de abril invalidó la estrategia del nuevo presidente del PP de un discurso "sin complejos"
  • Especial: Elecciones generales 2019

Por
Elecciones generales: Pablo Casado (PP) en las elecciones del 28A y del 10N
Pablo Casado, presidente del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno.

BIOGRAFÍA

Lugar y fecha de nacimiento: Palencia, 1981

Formación: Licenciado en Derecho, Administración y Dirección de Empresas

Años en política: En el PP desde 2003, ejerciendo cargos públicos desde 2007, preside el PP desde julio de 2008

Cuando tras las elecciones del 28A, Pablo Casado cosechó el peor resultado de la historia del PP, sus colaboradores le defendían diciendo que tanto José María Aznar como Mariano Rajoy perdieron dos elecciones antes de que a la tercera fuera la vencida. El presidente del PP más joven de la historia tiene en siete meses su segunda oportunidad, y aspira a resurgir con creces de las cenizas de la pasada primavera con una nueva edición del viaje al centro.

El ritmo de la política actual, inestable y tumultuosa, ha ayudado al PP a resetearse con rapidez y a su líder a corregir sobre la marcha sus errores, señalados desde sus propias filas, y retomar algunas de las recetas de sus predecesores. También ha sido fundamental el balance tras las inmediatas elecciones municipales y autonómicas de mayo, en las que logró mantener los gobiernos de Madrid, Murcia y Castilla y León y recuperó la Alcaldía de Madrid, toda una enseña de poder.

De conocida raigambre aznarista, Casado mira ahora más al Aznar moderado y centrista de los noventa que al halcón de los 2000, y está viendo como la gestión de los tiempos y el comedimiento en las intervenciones propios de Rajoy traen réditos poco a poco mientras los rivales en uno y otro flanco se desgastan en el ruido y la furia. Ha aplicado también esa mezcla al ajustar sus listas en la nueva convocatoria electoral. Apoyado en sus pretorianos (Teodoro García Egea, Cayetana Álvarez de Toledo), ha vuelto a alistar a veteranos 'marianistas', como Ana Pastor o Elvira Rodríguez. Hay quien ha querido ver ese tránsito a la madurez de Casado desde un PP "ideológico y sin complejos" a uno "centrado y moderado" incluso en la barba que se dejó en verano este hombre de familia con dos hijos y con la que afronta su nueva ocasión política.

Ya no se espera ver a un Casado ametrallando dialécticamente a Pedro Sánchez, como aquel acto de precampaña en febrero en el que le llamó "felón" y "traidor" entre otra veintena de descalificaciones. También ha dejado a un lado los temas con más aristas, como la violencia de género o la inmigración, y trata otros asuntos polémicos con mayor sutileza, como el caso de Cataluña, en la que, a raíz de los disturbios tras la sentencia del 'procés', pone por delante la Ley de Seguridad Nacional antes que el artículo 155 -que no descarta-, o de la exhumación de Franco, en las que no ha pasado de la crítica general al PSOE por electoralismo e insistir en el pasado.

En su lugar, el líder del PP centra su discurso en uno de los puntos fuertes de su partido, la economía, y la respuesta a un futuro incierto y amenazado por una nueva crisis. Ahí, Casado revisita la conocida fórmula de que el PP es "el único partido" que saca al país de las recesiones y prometerá bajadas de impuestos generalizadas. También ha regresado a otro tópico, el del voto útil para el PP y advertir de las desventajas de dividir los apoyos del centro derecha, para reabsorber todo el voto fugado a Ciudadanos y evitar que Vox siga creciendo.

Casado, en tres frases

"El único responsable de que haya elecciones es Pedro Sánchez. Nunca quiso formar gobierno. Desde 2015, se ha convertido en sinónimo de bloqueo".

"Quiero un PP más ampliado, más popular y menos partido, integrador, reconocible por moderado, responsable en la defensa de sus propias posiciones y del sistema que compartimos. (...) No hay posibilidad de sustituir al PP como cerebro, corazón y pulmón del centro derecha".

"España no merece un gobierno que mienta con la crisis y con sus terribles repercusiones sociales. La agenda pública está muy desenfocada. Por eso, yo hablo de economía y no de lo que el Gobierno pretende que hablemos".

Expectativas electorales

Los vientos demoscópicos soplan de nuevo a favor del PP. No para gobernar, ni siquiera para que el bloque de derecha supere al de izquierda, pero sí para rehacerse del traumático resultado de los 71 escaños perdidos en las elecciones generales de abril con el que Pablo Casado debutó como candidato a la Presidencia del Gobierno y recuperar su lugar como “alternativa a Sánchez”.

La estimación preelectoral del CIS en la semana previa a la campaña daba al PP el segundo lugar, entre 74 y 81 escaños, a una gran distancia de sus perseguidores, y de las previsiones de las encuestas privadas, alrededor de los 100 escaños. Está por ver si la campaña sirve para crecer más o si ese será su techo, ante un PSOE que podría quedar estancado en torno a los 120 diputados.