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Entrevista a Jesús Díez

"Los organismos internacionales deberían atender de forma urgente a la población asentada en Faladie (Mali)"

  • El Teniente Coronel asegura que "la situación es lamentable, porque hay cientos de personas hacinadas en ese vertedero"
  • Mali cuenta con casi 300.000 desplazados internos o refugiados, sobre todo en la zona con Burkina Faso

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Díez: "Hay que hacer un llamamiento a la comunidad internacional y a las ONGs para que atiendan a las personas"
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Más de 600 niños y 200 mujeres viven desde hace un año hacinados en un "basurero" a las afueras de la capital de Mali. Se trata del campo de desplazados de Faladie, donde el pueblo nómada de los peul sobrevive a duras penas tras huir de los enfrentamientos étnicos con los bambara y los dogón. Jesús Díez, Teniente Coronel del Ejército de Tierra y analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos, analiza para RTVE.es la situación en Mali y pide a los organismos internacionales que atiendan "de forma urgente" a esta población.

P.-¿Cómo empezó la historia del campo de desplazados de Faladie?

R.- Fue hace un año aproximadamente. Ese emplazamiento se encuentra junto a un mercado de ganado al que iban los peul desde el centro del país para vender y comprar. Se solían quedar un par de días y luego se volvían a sus casas. Pero después de los ataques de los grupos de autodefensa de los bambara y los dogón el panorama empezó a cambiar. Los peul venían, pero ya no para comerciar, sino huyendo de la violencia. Ahora Faladie se ha convertido en un asentamiento permanente que no tiene ningún tipo de control. La situación es lamentable, porque hay cientos de personas hacinadas en ese vertedero que no tienen acceso a las facilidades que dan los campamentos de desplazados dirigidos por Naciones Unidas u otras organizaciones.

P.-¿Deberían actuar los organismos internacionales?

R.- Absolutamente. Deberían actuar de forma urgente ante las dimensiones que está tomando el asentamiento. Hay que hacer un llamamiento a la comunidad internacional y a las ONG para que atiendan a las personas que están ahí y corten el problema de raíz.

P.-¿Por qué cree usted que no se ha actuado hasta el momento?

R.- Lo primero es reconocer el problema. Lo que pasa es que Mali cuenta con casi 300.000 desplazados internos o refugiados, sobre todo en la zona con Burkina Faso, y ahí proliferan muchísimos campos de desplazados y refugiados. Lamentablemente los enfrentamientos entre los pueblos agricultores y ganaderos, entre dogones y peul, se está agravando mucho.

P.-¿Y qué solución podría haber para las personas que están en este asentamiento de Faladie?

R.- Lo que es seguro es que se tienen que ir de ahí. En primer lugar porque eso es un basurero, en segundo lugar porque ese emplazamiento está al lado del aeropuerto y el gobierno no va a permitir que se queden allí. Para solucionar el problema habría que desplazar a todas estas personas a cualquiera de los campos de desplazados que tiene la ONU en el país. O, mejor aún, se debería facilitar el regreso a sus casas en unas condiciones de seguridad aceptables.

Jesús Díez, Teniente Coronel del Ejército de Tierra y analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos
Jesús Díez, Teniente Coronel del Ejército de Tierra

Jesús Díez, Teniente Coronel del Ejército de Tierra y analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos TVE

P.- Existe un enfrentamiento ancestral entre dogones y peuls. ¿Por qué se pelean estas dos etnias?

R.-El enfrentamiento entre tribus nómadas y tribus sedentarias agrícolas se reproduce en todo el Sahel, porque estamos hablando de una zona muy complicada con un desierto que se mezcla con la sabana. Los nómadas atraviesan con sus ganados tierras fértiles y en ellas se encuentran con tribus sedentarias que, o bien, no les permiten el paso, o bien, les exigen que pasen por determinados sitios. Esto ha provocado enfrentamientos desde tiempos ancestrales, pero también es verdad que los distintos gobiernos han hecho muy poco para evitarlos.

Los yihadistas consiguieron imponer su poder en todo el norte de Mali y en el año 2013 declararon un estado islámico.

P.- El conflicto se recrudece, sin embargo, con la caída de Gadafi en el año 2011

R.- Así es. Una de las consecuencias más dramáticas de la caída del dictador es el expolio de los arsenales que Gadafi tenía en el sur de LibiaEn su corte pretoriana había muchos tuareg, que regresan al norte de Mali. Pero ahí los yihadistas, provenientes de Argelia, ya estaban tejiendo un santuario. Al final, estos últimos consiguieron imponer su poder en todo el norte de Mali y en el año 2013 declararon un estado islámico.

P.-¿Por qué consigue arraigarse el yihadismo en el norte de Mali?

R.-Porque el norte de Mali, que es dos tercios del territorio del país, aunque ahí solo viven 500 mil de los 13 millones de habitantes, es una zona muy dura donde la juventud y las poblaciones se sienten desatendidas por el gobierno. Los yihadistas han ocupado ese vacío de poder, y han hecho una especie de acción social con la población. Han aprovechado la frustración de muchos jóvenes y de muchas personas que al final, desgraciadamente, se han unido a estos grupos no por una ideología extremista sino por una razón social, porque el gobierno no está presente allí.

P.-Los peul se unen posteriormente a los yihadistas, ¿por qué lo hacen?

R.-Por una cuestión de pragmatismo. A partir del 2015 surge un grupo que se une al ideario yihadista, el Frente de Liberación de Macina, que reivindicaba el imperio Macina de los peuls, cuyo apogeo tuvo lugar en el siglo XVI. Yo estoy convencido de que el fundador de ese grupo tenía una ideología muy extremista, pero dudo mucho que sus secuaces y los que están en este grupo tengan claro esto del extremismo islamista. Creo que es más cuestión de oportunidad, de subirse al carro, de reivindicar que el gobierno les haga caso.

Hay muchos peul que no tienen nada que ver con esa historia y son los que están sufriendo el ataque indiscriminado de las otras etnias.

P.-Pero el hecho de que este grupo de la etnia peul se haya unido a los yihadistas no quiere decir que todas las personas de esa étnia les hayan seguido.

R.-Absolutamente no. Ese es el problema. Que hay muchos peul que no tienen nada que ver con esa historia y son los que están sufriendo el ataque indiscriminado de las otras etnias.

P.-Una reacción de los dogones

R.-Así es, de bambaras y dogones, sobre todo de sus grupos de autodefensa, que se han armado mediante el tráfico ilegal y eso es lo que ha provocado que los peul hayan huido de sus casas. Y por eso están llegando, y llegarán más al asentamiento de Faladie.

P.- En resumen, las etnias ganaderas y agricultoras que antes se mataban a machetazos, ahora lo hacen con armas de fuego.

R.- Así es, aunque terrible, antiguamente los enfrentamientos entre ambas etnias estaban más o menos controladas. Pero ahora con las armas de fuego las matanzas son terribles. En el caso de Faladie, son los peuls los que huyen de los bambaras o dogones. Pero en otras ocasiones son los bambaras o dogones los que huyen de los peul. En medio, como nadie pone orden, como el ejército no llega, pues quedan las personas más débiles. Pero la mayoría de la población lo que quiere es la paz y solo busca su seguridad.

Lo que es cierto es que esa zona se ha convertido en un avispero de grupos yihadistas.

P.- ¿Qué papel tiene ahora mismo la MINUSMA (Misión de las Naciones Unidas en Mali)?

R.- El mandato de la MINUSMA es el de proteger a las poblaciones. Son casi 20.000 efectivos, pero la mayoría de ellos son ejércitos africanos con mayor o menor operatividad, y aún así es complicado, porque el enemigo que tienen enfrente es tremendamente difuso. Los yihadistas se esconden, aparecen… lo que es cierto es que esa zona se ha convertido en un avispero de grupos yihadistas.

P.- Entonces, ¿está la Minusma garantizando la seguridad del pueblo?

R.-Los yihadistas, ahora, más que atacar a los pueblos, está atacando a las fuerzas de seguridad. Sus objetivos son la MINUSMA, las fuerzas francesas, las fuerzas de G5, ya no tanto ataques indiscriminados contra la población. Hay que separarlo un poco de los enfrentamientos entre peul y bambaras. Son cosas totalmente distintas. Yo me atrevería a decir que un bajísimo porcentaje de los peul tienen las ideas de estos grupos.

P.-¿Cómo se podría parar el conflicto?

R.- La solución para Mali y el yihadismo no va a venir solo del ámbito militar. Para una solución definitiva es imprescindible la seguridad pero, sobre todo, el desarrollo del país. El mejor antídoto contra el yihadismo es que las expectativas de vida de estas personas estén cubiertas: que puedan acceder al agua, que tengan comida. Y trabajo. Es imprescindible que las empresas privadas vayan y se asienten allí. Es complicado, pero es el único camino. Y, además, las oportunidades que ofrece África son únicas porque es un continente muy joven.