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El Gobierno aprueba la nueva senda de déficit y prevé un recorte del gasto de casi 5.000 millones este año

  • Propone a Bruselas un déficit del 3,6% en 2016 y bajarlo al 1,6% en 2019
  • Más margen a la Seguridad Social (-1,1%) a costa de la Administración Central
  • El Gobierno prevé que la economía crezca un 2,5% de media entre 2016 y 2019
  • El Ejecutivo defiende que se trata de previsiones "prudentes y realistas"

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El Gobierno estima un crecimiento medio del PIB del 2,5% en los próximos cuatro años

El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes la senda de reducción de déficit ya anunciada -y que aún debe recibir el visto bueno de Bruselas- dentro del Programa de Estabilidad 2016-2019, que incluye un recorte del gasto público de casi 5.000 millones para este año que afecta a todas las Administraciones, en especial a las comunidades autónomas.

En rueda de prensa posterior, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas en funciones, Cristóbal Montoro, ha explicado que el ahorro proviene de la aplicación de la regla de gasto en las comunidades autónomas, que ha cuantificado en 2.037 millones, del procedente de la reforma de las Administraciones Públicas (729 millones) y del acuerdo de no disponibilidad del Estado de 2.000 millones anunciado hace dos semanas y aprobado este viernes.

Los tres Ministerios que más verán recortado su gasto serán el de Fomento (598,3 millones de euros), el de Economía y Competitividad (447,3 millones) y el de Industria, Energía y Turismo (350,74 millones).

Propuesta de objetivo de déficit público para 2016

Según ha explicado el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas en funciones, Cristóbal Montoro, se parte del 5% de déficit público de 2015. "Ahora la propuesta del Gobierno es que este año registremos un 3,6% de déficit, que significa que son ocho décimas de PIB más del compromiso anterior que se distribuyen entre las diferentes administraciones", ha asegurado Montoro.

El ministro ha destacado una novedad (ver .PDF): el objetivo de la Seguridad Social pasa de ser del 0,3% al 1,1%. "Es un cierre más realista", ha reconocido Montoro antes de recordar que en 2015 cerró con un déficit del 1,26% (de hecho la autoridad fiscal independiente no cree que se baje del 1,5% del PIB).

Esto, unido a que las comunidades autónomas tendrán un objetivo de déficit del 0,7% y las corporaciones locales del 0%, obliga a la Administración Central a hacer un ajuste mayor del previsto: no se le permitirá tener una desviación superior al 1,8%, cuatro décimas menos del anterior objetivo.

El Ejecutivo espera que el déficit baje del 3% en 2017

Desde ahí, desde el 3,6% del PIB, el Gobierno en funciones espera que el déficit público siga cayendo y se sitúe en el 2,9% en 2017, al 2,2% en 2018 y al 1,6% en 2019. El Estado y la Seguridad Social serán las administraciones que acapararán el grueso del déficit.

La Administración Central tiene como objetivo una desviación del 1,5% en 2017, del 1,1% en 2018 y del 0,9% en 2019. En paralelo, la Seguridad Social tendrá que reducir su saldo negativo al 0,9% en 2017, al 0,8% en 2018 y al 0,7% en el último año.

Al respecto de la situación del sistema, el ministro de Hacienda en funciones ha señalado que no cabe tocar las pensiones y que, en todo caso, habrá que estudiar la "aportación de nuevos ingresos" al mismo y pese a que se espera un aumento de los ingresos por cotizaciones sociales desde los 136.303 millones de euros de 2016 a los 151.853 millones en 2019, un 11,4% más.

Las comunidades autónomas deberán reducir su déficit al 0,5% en 2017, al 0,3% en 2018 y llegar al equilibrio presupuestario en 2019, como las corporaciones locales, que seguirán teniendo como objetivo el equilibrio de sus cuentas.

Desaceleración del crecimiento económico

En esto también influirá el aumento del PIB, que será de media un 2,5% en los próximos cuatro años. El Ejecutivo ha confirmado este viernes que rebaja la previsión de crecimiento en tres décimas para este año y en cinco para el que viene, hasta situarlo en el 2,7% y el 2,4%, respectivamente (2,5% en 2018 y 2019).

Según el ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindos, "si se cumple el crecimiento previsto para este año del 2,7%", a finales de 2016 se podría estar cerca recuperar el nivel de renta que tenía la economía española al comienzo de la crisis. Según el Ejecutivo, son previsiones "prudentes y realistas".

La desaceleración del crecimiento viene derivada de factores externos, como las dudas sobre el crecimiento de China, la caída de los precios de las materias primas y su efecto en los países emergentes, la volatilidad de los mercados o el agotamiento de los márgenes de actuación de la política monetaria.

El ritmo de crecimiento sostenido de la economía española se basa en la demanda interna, cuya aportación superará una media de 2,5 puntos. Dentro de la demanda interna, la inversión crecerá en torno al 5% medio anual -con más fuerza en el caso de los bienes de equipo que en la construcción- y el consumo privado mantendrá un crecimiento en torno al 2,5%. El sector exterior, según la previsión del Gobierno, mejorará su aportación al crecimiento del PIB y pasará a estar en equilibrio a partir de 2018.

Para el Gobierno, las nuevas previsiones ponen de manifiesto el cambio que se ha producido en la economía española. "Hemos dejado de ser una economía que dependía del sector inmobiliario y de la construcción a depender de las exportaciones, lo que supone un crecimiento más sólido y está mucho menos sujeto a vaivenes externos y crisis financieras", ha asegurado De Guindos, tras afirmar que el crecimiento actual y futuro será "mucho más sostenible" y generará mayores posibilidades de prosperidad, "sin generar burbujas de crédito o inmobiliarias".

Por otro lado, el nuevo cuadro macroeconómico prevé que la deuda pública cierre este año en el 99,1% del PIB y que se vaya reduciendo poco a poco durante siguientes tres años: al 99% en 2017, el 97,9% en 2018 y el 96% en 2019. El Gobierno en funciones ha elaborado esta previsión contando con un gasto en intereses algo inferior al 3% del PIB en 2016 y del 2,5% en 2019, alrededor de los 25.000 millones de euros.

Recaudación por impuestos

El ministro ha destacado que la reducción de la bajada de impuestos por efecto de la reforma fiscal, supondrá una merma de ingresos de 4.091 millones en 2016 (2.577 millones por IRPF y 1.514 millones en Sociedades) que, asegura, se verá en parte compensado por una recaudación de 1.000 millones por la lucha contra el fraude.

Pese a ello, el Gobierno en funciones espera que la recaudación total por ingresos impositivos se incremente en este ejercicio. Aumentaría en todos los casos salvo en Sociedades, donde caería un 7,8%. Durante los próximos años, los ingresos impositivos pasarían de un total de 250.723 millones de euros en 2016 hasta los 292.675 millones de euros en 2019, un 16,7% más.

Montoro ha precisado que este incremento de los ingresos tributarios se logrará manteniendo los actuales niveles de presión fiscal, por encima del 38%. Y ha apostado por bajar impuestos "con el fin de mantener los niveles de recaudación y para que la presión siga en el 38%". Por el lado de los gastos, Montoro ha dicho que la intención del Gobierno es que, en paralelo, vayan perdiendo peso sobre el PIB: del 41,9% del PIB en 2016 al 40,1% en 2019.