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Irán se llena de esperanza tras el acuerdo con EE.UU. pero persiste la desconfianza hacia occidente

  • El pacto nuclear iraní es “un logro relativo” para sus ciudadanos
  • Irán y EE.UU. “dejan a un lado la enemistad pero no la desconfianza”
  • Un soplo de esperanza que ha de materializarse en respeto mutuo
  • RTVE.es habla con iraníes y españoles en Teherán tras el acuerdo

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Un grupo de iraníes ondean una bandera del país en Teherán para celebrar el acuerdo nuclear el pasado 14 de julio.
Un grupo de iraníes ondean una bandera del país en Teherán para celebrar el acuerdo nuclear el pasado 14 de julio.

Tras más de 13 años de negociaciones, Irán y las potencias occidentales han logrado un histórico acuerdo sobre su programa nuclear que deja a un lado años de enemistad pero que no ha hecho desaparecer la desconfianza.

No obstante, pese a imponer duras condiciones a Irán como la limitación y el control del enriquecimiento de uranio y la prohibición de la compra y venta de armas, el anuncio del acuerdo ha llenado de esperanza al pueblo de la República Islámica. RTVE.es habla con iraníes y españoles en Tehrán para poner cara y nombre a este sentimiento.

"El acuerdo ha sido un soplo de aire, esperanza y alivio después de tan duradera incertidumbre", explica a RTVE.es Daniel, un economista español que vive y trabaja en Teherán que, sin embargo, reconoce que esta decisión tal vez ha sido recibida con demasiado optimismo. "No se esperan grandes cambios aunque en las cafeterías es el tema de conversación por excelencia", asegura.

Sahar, iraní, se muestra más positiva. "Junto con el acuerdo nuclear y la rotura de los embargos, el pacto significará que más empresas inviertan en Irán, lo que se traducirá en más trabajo para los jóvenes iraníes y eso cambiará la vida diaria de mucha gente", explica a RTVE.es.

"De momento no habrá ningún cambio", le corrige Alberto, periodista español que también ha hecho de Teherán su lugar de trabajo y su hogar. "A la gente de a pie no le afectará hasta dentro de meses o incluso años, pero la esperanza con la que se ha llenado el pueblo de Irán puede palparse en el ambiente", concede.

Tanto Daniel como Alberto coinciden en que el acuerdo ha sido una claudicación iraní, que ha pasado sus líneas rojas. "La negociación era desigual e Irán ha permitido finalmente que se mantenga el embargo armamentístico y las inspecciones a sitios militares", explica Daniel que ve la continuidad del programa nuclear iraní para uso civil como "un logro con muchas comillas".

Rohani, un héroe nacional

"La noche anterior estuvimos pendientes del discurso de Rohani en el que, finalmente, pospuso la declaración del acuerdo", explica Daniel. Las ganas de celebración eran palpables. "Es un acercamiento histórico que, sin embargo, supone dejar a un lado la enemistad pero no la desconfianza", matiza.

A pesar de eso, la gente se echó a la calle, con banderas de Irán y luciendo la estadounidense los más atrevidos. El presidente Hasán Rohani, y su ministro de Exteriores, Mohamed Yavada Zarif, han sido elevados a la categoría de héroes nacionales.

Uno comenzó las negociaciones cuando era secretario del Consejo Superior de Seguridad Nacional y el otro ha destinado enormes esfuerzos durante los últimos meses. "Zarif es un ministro inteligente y ha elegido el camino pacífico sacrificando algunas de nuestras opciones nucleares pero estoy seguro de que ha hecho lo correcto", asegura a RTVE.es Milad, un joven iraní que recuerda que "nada de esto habría sido posible sin la autorización de nuestro líder Alí Jameneí". Al ser Irán una República Islámica, el ayatolá es el líder supremo, equivalente al jefe de Estado, que es designado por un consejo clerical electo. "Él aceptó y dio permiso para retomar las negociaciones después de 35 años de enemistad con EE.UU.", explica Milad.

Y será él quien tenga la última palabra en este acuerdo igual que Obama será quien decida en el caso de Estados Unidos. Las cámaras de ambos países votarán el texto consensuado en Viena el pasado 14 de julio, pero los dos líderes tienen capacidad de veto de acuerdo con las leyes de sus respectivos países.

Un hombre muestra una nota de agradecimiento al ministro de Exteriores de Irán tras la firma del acuerdo nuclear.

Un hombre muestra una nota de agradecimiento al ministro de Exteriores de Irán tras la firma del acuerdo nuclear. AFP PHOTO/ATTA KENARE

"Sin sanciones podremos expandir nuestros negocios hacia Europa"

"Los días previos al acuerdo casi no había trabajo", cuenta Milad, empleado de una empresa de importación y exportación con base en Teherán. "Estábamos esperando a que se anunciase el trato para ver qué pasaba con la cotización del dólar", matiza.

Milad se muestra optimista ante la posibilidad de librarse de esta dependencia: "Cuando desaparezcan las sanciones comerciales podremos usar nuestra moneda local y expandir nuestros negocios hacia Europa utilizando códigos SWIFT", una referencia de identificación bancaria que permitirá al país participar en el sistema de pagos y transacciones internacionales.

Desde su llegada al poder, en 2013, el gobierno de Rohani ha promulgado varias leyes que intentan abrir más la economía del país al capital extranjero pero, tras el acuerdo, "las empresas internacionales ya no verán a Irán como un mercado muy complicado", explica Alberto a RTVE.es. Por tanto, asegura, "se espera que muchas compañías ya no tengan miedo a entrar en el país, muy del gusto de productos occidentales".

"El embargo ha exacerbado el nacionalismo iraní"

Por otro lado, continúa, "muchas industrias clave que estaban siendo afectadas por las sanciones tendrán un mejor acceso a nueva tecnología y podrán actualizarse para ser más eficientes".

Aún así, recuerda, "de momento no ha habido ningún acuerdo de apertura política" y la clave del levantamiento del embargo económico estará, según el periodista, en saber lidiar con el fuerte nacionalismo iraní que el aislamiento no ha hecho más que exacerbar.

"El pueblo iraní ya está imbuido de la cultura europea y estadounidense. Sin embargo, entre la población mayor, existe mucha desconfianza hacia Occidente que será difícil de cambiar", asegura.

"EE.UU. sigue siendo 'el enemigo'"

En el polo opuesto, señala Daniel, la imagen de Irán en Occidente también tendrá que cambiar y ve en el acuerdo una posibilidad. Hasta ahora, asegura, Irán era visto como un país perteneciente al "eje del mal", ofensivo, radical desde el punto de vista islámico y marcadamente bélico. "Nada más lejos de la realidad", revela el economista, en cuya opinión Irán es un país "netamente defensivo" y "sin ramas fanáticas chiítas".

"En Irán es difícil no sentirse seguro, antes o después del acuerdo", coincide Alberto que apunta, en cambio, la posibilidad de que la continuidad del embargo armamentístico pueda producir “una especie de Guerra Fría a nivel regional” debido a los conflictos enquistados entre los países suníes, con Arabia Saudí a la cabeza, y el chií Irán. "Podrán aumentar las suspicacias, pero, a corto y medio plazo, no creo que haya una escalada de tensiones", matiza.

Imagen de una copia firmada del documento del acuerdo entre Irán y el 5+1.

Imagen de una copia firmada del documento del acuerdo entre Irán y el 5+1. REUTERS/Thomas Imo/photothek.net/Auswaertiges Amt

"Todo depende de cómo mantengan este acuerdo", explica Sahar que apunta a que, según los medios iraníes, Jameneí y su consejo de sabios siguen sin confiar en Estados Unidos.

"Irán y Occidente, Estados Unidos principalmente, no han mantenido relaciones durante muchos años por diferentes motivos y el gobierno es demasiado estricto con este asunto. Incluso después del acuerdo siguen refiriéndose a ellos como 'el enemigo'", explica. "Esto dificulta las cosas y podría afectar al proceso nuclear. Una ruptura del acuerdo no sería nada buena para Irán", asegura, poniéndose en lo peor.

"Un asunto de seguridad nacional"

El embargo armamentístico y el control por parte de expertos de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) de las instalaciones nucleares iraníes son las dos líneas rojas que ha cruzado Teherán. Concesiones que, según Milad, son "un asunto de seguridad nacional".

"Cada país tiene sus armas y cualquier intromisión no debe ser aceptada", asegura.

"Irán solía ser un país pacífico y no va a construir armas nucleares", afirma tajante. "Incluso si lo estuviesen intentado creo que ningún país debería tenerlas. Además, si un país las tiene o incluso las ha usado, ¿cómo puede limitar las capacidades de otro para lo mismo?", se pregunta.