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Felipe VI explica al papa Francisco el relevo en la Corona y espera que visite España

  • Los reyes han inaugurado su agenda internacional en el Vaticano
  • Don Felipe y doña Letizia han mantenido un encuentro con el papa
  • El rey le confía al pontífice que vive un momento "intenso, pero tranquilo"

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Primer viaje de Estado de los reyes para reunirse con el papa Francisco en el Vaticano

Felipe VI se ha despedido del papa Francisco "con la esperanza de verle pronto en España", tras el encuentro de 40 minutos que, junto con Doña Letizia, han mantenido este lunes en la Biblioteca Apostólica del Vaticano, en la que es su primera visita al extranjero desde la proclamación. El pontífice ha respondido al saludar de nuevo a los monarcas, dirigiéndose a la reina: "Con la esperanza de volver a verla pronto".

De este modo, los soberanos habrían renovado la invitación al pontífice para que visite España en el año 2015, coincidiendo con las celebraciones del Año Jubilar con motivo de los 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.

Previamente, a su llegada a la audiencia, Felipe VI ha confiado a Francisco que está viviendo un momento "intenso, pero tranquilo", durante el saludo de bienvenida, en un ambiente cordial y relajado, en la antesala donde el Papa ha recibido a los reyes a las 12.05 para un encuentro que se ha alargado hasta las 12.40 horas.

El papa ha invitado a los reyes a entrar directamente a la Biblioteca y el rey le ha dicho: "Los monaguillos, delante". Ante esta afirmación, el papa ha contestado: "Te lo ha dicho tu padre", recordando la broma que le hizo a don Juan Carlos durante la visita del 28 de abril.

Los monaguillos delante, ha bromeado el rey

Los reyes han obsequiado al papa con un facsímil del "Oráculo Manual y Arte de Prudencia", obra en prosa de 1647 del jesuita aragonés Baltasar Gracián en una caja blanca. El rey le ha explicado que sólo había dos copias de este libro y que uno estaba en Luján, Argentina.

Por su parte, el papa les ha regalado un medallón en terracota que representa el proyecto inicial de la Plaza San Pedro, el mismo que regaló a Don Juan Carlos, así como la Exhortación Apostólica 'Evangelium Gaudium'.

El 'Privilegio del blanco' en la vestimenta de la reina

La reina de España ha acudido a la cita con el pontífice con un traje de chaqueta blanco corto muy sencillo, pero sin mantilla, como lo hiciera Doña Sofía el pasado 28 abril, en virtud de lo que se conoce como el 'Privilège du blanc', el 'Privilegio del blanco'.

Gracias a este privilegio, solo las reinas católicas pueden contrariar el protocolo general que establece el Vaticano para ser recibidos por el Papa, y se les concede así el posibilidad de presentarse ante él vestidas de blanco. El requisito es ser reinas y pertenecer a una monarquía de las establecidas como católicas.

Los reyes han aterrizado, acompañados por el jefe de la Casa, Jaime Alfonsín, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, y el subsecretario de asuntos exteriores y cooperación, Cristóbal González-Aller en el aeropuerto militar de Ciampino (Roma) a las 11.10 horas y han sido recibidos por el Presidente de la Academia Pontificia Eclesiástica, Justo Mullor y monseñor Fernando Chica, miembro de la Curia Romana.

En el Palacio Apostólico les ha esperado por el Prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Georg Gõnswein. Tras la audiencia con el Pontífice, han tenido un encuentro con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, de unos 35 minutos.

Esta misma semana, el pasado lunes 23 de junio el papa se reunió durante 45 minutos con la cúpula de la Conferencia Episcopal Española (CEE), encabezada por su presidente, Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, su vicepresidente, Carlos Osoro, arzobispo de Valencia y el secretario general y portavoz, José María Gil Tamayo.

Un viaje más dentro de la agenda

La Casa del Rey ha querido dejar claro en todo momento que la circunstancia de que la primera visita internacional de los nuevos reyes sea al Vaticano no tiene nada que ver con ninguna tradición ni con el deseo de compensar la ausencia de símbolos o ceremonias religiosas en las jornadas de abdicación de Juan Carlos I y proclamación de Felipe VI.

Según precisan fuentes de la Casa, se buscaron fechas para concretar las primeras visitas internacionales con Francia, Marruecos, Portugal y el Vaticano, sin prefijar ningún orden, y, de los cuatro Estados, fue la Santa Sede el que ofreció la fecha más cercana en el tiempo.

Los actos institucionales de abdicación y proclamación no estuvieron acompañados de símbolos o ceremonias católicas de acuerdo con el carácter aconfesional que marca la Constitución Española, si bien el domingo de la primera semana de reinado Felipe VI, la reina Letizia y los reyes Juan Carlos y Sofía asistieron a una misa privada en la capilla del Palacio de la Zarzuela.

El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, y el arzobispo castrense, Juan del Río, oficiaron esta ceremonia religiosa privada, de la que la Casa del Rey no facilitó imágenes fotográficas y televisivas y tampoco proporcionó datos sobre el resto de asistentes.

Otras visita al Vaticano

Don Felipe y doña Letizia fueron recibidos juntos por primera vez en audiencia en el Vaticano por Juan Pablo II, el 28 de junio de 2004, unos días después de su enlace matrimonial en la catedral madrileña de la Almudena, y el 1 de mayo de 2011 encabezaron la delegación española asistente a la misa de beatificación de este papa bajo el pontificado de Benedicto XVI.

Tras su visita de este lunes a la Santa Sede, los nuevos reyes tienen previsto reunirse el 7 de julio en Lisboa con el presidente Anibal Cavaco Silva, mantener un encuentro en Marruecos con el Rey Mohamed VI el día 14 y entrevistarse unos días más tarde en París con el presidente francés, François Hollande.

Además, están invitados a asistir el 4 de agosto en Lieja, junto a otros jefes de Estado, a los actos conmemorativos del centenario de la Primera Guerra Mundial que rememoran el decisivo momento en que Bélgica, al negar el paso por su territorio a las tropas alemanas, se convirtió en una trinchera permanente y un Estado ocupado.

A falta de concretar la agenda oficial de los reyes a partir de agosto, tampoco se descarta que el nuevo monarca encabece en septiembre la delegación española que acudirá a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU.