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'La salida del laberinto' o cómo superar la crisis con la economía del bien común

  • El documental de la UNED aboga por una economía sostenible
  • "Más empresas innovadoras habrían frenado el impacto de la crisis"

Por

El laberinto de la crisis

Duración: 60 minutos

Guión e idea original: Orencio Vázquez

Realización: Carolina Espinosa

Ayudante de realización: Elena Crespo

Montaje: Roberto Valero

Animación 3D: Víctor Sauco

La burbuja inmobiliaria estalló en España combinada con una crisis financiera internacional que desembocó en una crisis de deuda soberana con consecuencias dramáticas sobre la desigualdad, el paro y la pobreza. Ese es el diagnóstico de la situación económica española de los últimos años que hace La salida del laberinto, un documental coproducido por la UNED y el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa.

En la presentación del mediometraje, su director, Orencio Vázquez, apuntó este jueves que su pretensión no es "dar soluciones sino aportar un espacio para la reflexión" mientras que la corealizadora chilena, Carolina Espinosa, valoró que se trata de una "autocrítica hecha por españoles desde España".

La salida del laberinto, financiado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, analiza la génesis de la crisis, sus consecuencias sobre el tejido productivo y avanza propuestas académicas y proyectos sociales ya en marcha para "sustentar un modelo de desarrollo social, medioambiental y económicamente sostenible".

La economía del bien común

El documental explora la teoría de la economía del bien común del austríaco Christian Felber como ejemplo de un nuevo modelo productivo.  Consiste en adaptar la economía real capitalista (donde priman valores como el afán de lucro y la competencia) a los principios constitucionales.

Felber propone una economía de mercado ética, solidaria, justa, humana, democrática y sostenible que "recompensa a las empresas que respeten esos valores, mientras que las que se comportan de forma menos ética perderían competitividad y tendrían que salir del mercado". 

Economía del Bien Común

En este modelo "el objetivo intrínseco de las empresas sería la maximización del bien común, reducir todos juntos el paro y la exclusión, darle más sentido al trabajo, producir productos más apropiados para satisfacer las necesidades, ecologizar la producción, y minimizar los costes sociales, humanos y ecológicos", señala Felber.

La economía del bien común es muy joven, nació hace tres años en Austria, pero no se trata de una utopía, ya la apoyan 1.400 empresas en 27 países, incluyendo China, Estados Unidos, México, España, Italia y Puerto Rico.

Felber propone en el documental que las empresas más justas gocen de libre comercio y ventajas fiscales, mientras que "las menos éticas paguen unos aranceles tan altos que la deslocalización a un país donde la empresa viola los derechos humanos (trabajo infantil, destrucción de medio ambiente…) se convierta en un búmeran financiero". Así los productos éticos se hacen más baratos para los consumidores, de forma que las empresas más responsables dominan los mercados mientras que las otras o se transforman o son expulsadas.

La burbuja inmobiliaria

La salida del laberinto arranca con un discurso de Enrique Fuentes Quintana, ministro de Economía en 1977, en el que tilda de "tema enojoso" la economía pero añade que "a los temas enojosos hay que hacerles frente cuanto antes mejor". Sus palabras siguen vigentes hoy en día, sobre todo, cuando denuncia "esa lacra improductiva que es la especulación del suelo" que hay que atajar, en su opinión, con "reformas necesarias" para frenar "las aberraciones del mercado".

Las cifras son rotundas, "en 2006 el 60% del crédito en España se concentraba en el sector inmobiliario mientras que casi la mitad del empleo privado se situaba en el agregado construcción, banca e inmobiliarias", lo que llevó a la caída en picado de la industria. Una bomba de relojería que estalló con la crisis financiera internacional, se llevó por delante millones de empleos y provocó el rescate de la banca.

Ningún gobierno quiso pinchar la burbuja inmobiliaria

El catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra, José García Montalvo, hace hincapié en que el sector inmobiliario "acabó absorbiendo la mayor parte del crédito, y ese crédito venía de fuera, además". La suma de las "hipotecas a las familias, unos 600.000 millones de euros, con las cuentas y el crédito para compra de suelo, promoción, 350.000 millones, más la parte de la construcción, que era 175.000, 200.000 millones, eso hacía un billón de euros. Es como el PIB, como un año de PIB. Todo eso metido en el sector inmobiliario".

La financiación local y las infraestructuras

En el documental, el secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, denuncia que "ningún gobierno quiso pinchar la burbuja inmobiliaria" pero la debilidad del modelo productivo provocó que, con una caída del 3,7% del PIB en el año 2009, frente a un descenso del 5,1% en Alemania, "la economía española destruyera cuatro veces más empleo que la economía alemana en ese periodo".

Los expertos consultados por la UNED critican la liberalización desordenada que produjo la ley del suelo de 1998 y que España no tenga una política integrada de gestión del territorio, cuando es uno de sus principales atractivos turísticos, y ponen el acento en que la urbanización extensiva del litoral amenaza ecosistemas valiosos como dunas, deltas y humedales.

Inversiones suntuarias e innecesarias que gravan los balances de los municipios

El presidente de la Asociación de geógrafos españoles, Rafael Mata, apunta en la cinta que "la Administración, sobre todo la local, no previó los costes de gestión y mantenimiento de esa urbanización a largo plazo y lo que hizo fue invertir inmediatamente, colocar esas plusvalías en inversiones muchas veces suntuarias, insuficientes e innecesarias que ahora están gravando los balances de esos municipios".

Innovación contra la crisis

El cambio de modelo productivo es el hilo que España debe seguir para salir de la crisis, según los testimonios recogidos en el documental. La directora del Departamento de Análisis Económico de la Complutense, Elena Huergo, señala en su intervención: "No queremos competir en costes laborales porque no queremos perder el nivel de bienestar ganado, con mucho esfuerzo, en España".

Hay que competir "en sectores y actividades con mayor valor añadido", con mayor capital humano, mayor capital tecnológico, nuevo conocimiento, nuevas ideas, investigación y desarrollo. "Eso significa tener un planteamiento de medio y largo plazo -explica Huergo-, no pensar solo en el hoy. El Estado tiene que tener una visión de más largo plazo". Añade que tener más empresas innovadoras habría ayudado a  España a soportar mejor el impacto de la crisis.

Más empresas innovadoras habrían ayudado a soportar mejor la crisis

De hecho, el País Vasco, es una de las regiones con mejores indicadores económicos y que más ha apostado por la industria y la innovación. El director de la agencia vasca de I+D+i Innobasque, José María Villate, destaca en el documental que las empresas innovadoras cumplen con "la triple sostenibilidad: generan desarrollo económico, pero generan también sostenibilidad medioambiental y sostenibilidad social. Estas empresas son responsables socialmente, son innovadoras y, por tanto, son también generadoras de conocimiento y bienestar social".

Sectores de futuro

La salida del laberinto defiende que "los incentivos de la administración deben intentar dirigir a los agentes socioeconómicos hacia un modelo productivo que sea sostenible económicamente, socialmente y medioambientalmente. España debe plantearse en qué sectores quiere competir en un futuro".

La agricultura ecológica -que crece más del un 20% anual, a pesar de la crisis- es uno de los sectores con más proyección. También se apuesta por el turismo de interior o de naturaleza, como actividades de más valor añadido que el tradicional turismo de sol y playa. Otro nuevo nicho de mercado es la innovación medioambiental, el desarrollo de tecnología para reducir las emisiones de dióxido de carbono.

Pasar de una economía del consumo material a una economía del consumo cultural

El desarrollo de la banca ética ayuda a impulsar proyectos empresariales que generan empleo y riqueza. El subdirector general de Triodos Bank, Joan Antoni Melé, propone "pasar de una economía del consumo material a una economía del consumo cultural. Que esta sea una economía de la libertad. Cuanto más invierto en cultura, más libre soy. La economía del consumo material me esclaviza. Entonces, se crearían puestos de trabajo y estaríamos mejor".

El documental también pone ejemplos de iniciativas locales que generan valor y respetan los principios de la economía del bien común, como los 26 territorios agrupados en la red Retos o la gestión rural sostenible implantada en Aragón, Cataluña y Baleares, e insiste en la necesidad de invertir en educación como motor del cambio social.

Por último, el catedrático de Empresas de la Universidad de Zaragoza, Vicente Salas, insta al Estado a "no bajar la guardia" porque no cree que las empresas por sí mismas adopten políticas de responsabilidad social corporativa, ni haya suficiente presión por el lado de los consumidores para reclamar productos éticos que respeten el medio ambiente y los derechos humanos.

A continuación, el vídeo íntegro del documental La salida del laberinto.