Enlaces accesibilidad

Un nuevo instrumento permitirá buscar planetas parecidos a la Tierra en Calar Alto

  • El instrumento se llama Carmenes y es único en el mundo
  • Detectará variaciones de velocidad en el movimiento de estrellas
  • Tiene una precisión y una estabilidad inéditas hasta ahora

Por
Instrumento que buscará planetas parecidos a la Tierra.
Instrumento que buscará planetas parecidos a la Tierra.

El Observatorio de Calar Alto (Almería) contará próximamente con un instrumento único en el mundo, por su precisión y estabilidad, que tiene como objetivo buscar planetas de tipo terrestre en torno a otras estrellas.

El nuevo instrumento, llamado Carmenes, es un proyecto ideado por científicos y tecnólogos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) en colaboración con otras instituciones españolas y alemanas. Operará en el telescopio reflector Zeiss de tres metros y medio de Calar Alto.

Esta semana ha podido comenzar la fase de ensamblaje de Carmenes, ya que ha llegado al IAA-CSIC (Granada) la unidad de preparación del sistema de enfriamiento.

Esta ha sido diseñada y construida en colaboración con el Observatorio Europeo Austral (ESO) y con una participación destacada del Departamento de Electrónica del Observatorio de Calar Alto, que aporta el sistema de monitorización y control automático del dispositivo (sistema interlocks), según ha informado Calar Alto.

El próximo mes de junio recibirán el tanque en el que se ubicará el instrumento, que permanecerá en la Unidad de Desarrollo Instrumental y Tecnológico del IAA hasta que se finalice por completo su construcción y pueda instalarse en el observatorio ubicado en Almería.

Precisión y estabilidad de Carmenes

Carmenes es preciso y estable, unas cualidades indispensables para medir las pequeñas variaciones de velocidad que los planetas inducen en las estrellas.

Para el IAA y Calar Alto, Carmenes supone un "estimulante reto tecnológico", ya que detectará variaciones de velocidad en el movimiento de estrellas situadas a cientos de billones de kilómetros con precisiones del orden de un metro por segundo, es decir, la velocidad de una persona que camina a paso lento.

Para lograr una precisión semejante no solo es necesario un cuidado diseño óptico, sino también mantener condiciones de máxima estabilidad en el entorno de operación del instrumento, que trabajará en condiciones de vacío y con temperaturas controladas electrónicamente hasta la centésima de grado.