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La Policía turca desaloja los últimos campamentos de protesta en el país

  • Expulsan a los manifestantes en Esmirna y Mersin
  • Hay decenas de detenidos
  • La Policía vuelve a cargar con cañones de agua en Ankara

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Protesta silenciosa en Ankara, el miércoles
Protesta silenciosa en Ankara, el miércoles.

La policía turca ha desalojado a la fuerza en la madrugada del jueves los campamentos de protesta antigubernamental en Esmirna y Mersin y arrestado a decenas de personas, mientras que las fuerzas del orden han vuelto a cargar contra manifestantes en Ankara, según informa la prensa turca.

La intervención policial contra el campamento en la plaza de Gündogdu en Esmirna, la tercera ciudad del país, se ha producido al amanecer con el apoyo de los antidisturbios, aunque éstos no intervinieron dado que los acampados sólo ofrecían resistencia pacífica, informa en su versión electrónica el diario Hürriyet.

Los manifestantes, que llevaban acampados en el lugar desde hace casi tres semanas en señal de apoyo a las protestas para salvar el parque Gezi en Estambul, se negaron a retirar sus tiendas y finalmente la Policía los evacuó a la fuerza y arrestó a una treintena de personas.

Acto seguido, numerosos vecinos acudieron al lugar para manifestarse en silencio, mirando al frente, en la actitud de "ciudadanos en pie", una expresión de descontento que empezó en Estambul el lunes pasado y ya se ha popularizado en todo el país.

En la ciudad meridional de Mersin, otro de los focos de protesta, donde este jueves arrancarán los XVII Juegos del Mediterráneo, la Policía evacuó un campamento de unas 30 tiendas que llevaba instalado desde hace 20 días en la céntrica plaza Baris.

Al negarse los acampados a abandonar el lugar, los agentes han arrancado las tiendas, se las han llevado en un camión y han detenido a una persona, informa el diario Bugün.

Continúan las cargas en Ankara

En Ankara, numerosos ciudadanos volvieron a cortar el tráfico en las calles céntricas y las cargas policiales con cañones de agua a presión y gas lacrimógeno se sucedieron hasta altas horas de la madrugada, con varias detenciones.

En Estambul, el epicentro inicial de la ola de protestas que sacude Turquía desde finales de mayo, no se registraron incidentes. Miles de personas se reunieron durante la noche en una treintena de asambleas vecinales en parques de toda la ciudad para debatir futuros pasos en este movimiento de protesta.

Por otra parte, la alcaldía de Estambul ha suspendido de servicio a cuatro policías municipales y a un técnico por haber incendiado varias tiendas en el campamento de protesta del parque Gezi, el 29 de mayo pasado, informa la cadena NTV.

La investigación conducida por las autoridades concluye que los agentes emplearon una fuerza desproporcionada al quemar las tiendas, en uno de los primeros incidentes que convirtieron la protesta ecologista por el parque en una revuelta generalizada de descontento popular, que ya ha entrado en su cuarta semana.

Denuncias de asociaciones médicas

Seis organizaciones de médicos turcos se han quejado del uso masivo por parte de la policía de gases lacrimógenos durante la represión de las protestas antigubernamentales, citando dos casos probables de muerte relacionada por el uso del gas, al que han denunciado la denuncia de su uso como "arma química". “Tenemos serias preocupaciones acerca de la muerte de dos personas como resultado de su exposición a los gases lacrimógenos, y cuya muerte no estaba incluido en las estadísticas" sobre las víctimas de los enfrentamientos, ha dicho el Dr. Ümit Biçer, en nombre de la Asociación de Especialistas Forenses, informa AFP.

Las autoridades y la Unión de médicos turcos (TTB) han informado previamente de cuatro muertes durante los incidentes, los casos de dos civiles afectados por los proyectiles en Hatay (sur) y Ankara. El primero de ellos, probablemente debido a un bote de gas lacrimógeno, y el segundo por una bala, otro murió por el golpe de un coche en Estambul y un policía se cayó de un puente en Adana (sur).

En este informe, probablemente debería añadir la muerte de un hombre de 47 años de en una escuela privada en Ankara por problemas respiratorios después de una fuerte exposición a los gases lacrimógenos y el caso de una mujer de 50 años que murió de un ataque al corazón en Estambul en circunstancias similares, ha dicho el profesor Biçer.

El uso de gases lacrimógenos

La policía utilizó gases lacrimógenos "no como un medio de control de masas, sino como un arma química" por el disparo de granadas de personas cercanas o en espacios cerrados, dos actos prohibidos por las convenciones internacionales, han acusado los médicos.

Alrededor del 41% de las personas afectadas por el gas estaban muy cerca (a menos de cinco metros) de los botes, y el 21% se encontraban en un espacio cerrado, ha informado el Doctor Elif Dagli, Sociedad Turca de Medicina Torácica, al revelar los resultados de una encuesta de 356 personas gaseadas. Los síntomas observados en estos pacientes fueron de tos (en 78%) y dolor torácico (en 74%) con tos acompañada de expectoración de sangre (3%), ha añadido.

Por otra parte, el Profesor Dogan Sahin, de la Asociación Turca de psiquiátrica ha denunciado el uso de gas lacrimógeno "se puede comparar a la tortura", cuando el objetivo era "para infligir dolor físico y psicológico aplicar la pena "a los manifestantes.