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Muere Jess Franco, director de culto del cine español

  • Ha fallecido en Málaga a los 82 años tras sufrir un ictus el pasado miércoles
  • Director prolífico y maldito, rodó casi 200 películas

Recibió el Goya de Honor a toda su carrera en 2008

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Fallece el director de cine Jesús Franco a los 82 años

Jesús Franco, director maldito por excelencia del cine español, ha fallecido en Málaga a los 82 años después de haber sido hospitalizado el pasado miércoles al sufrir un ictus.

El cineasta fue ingresado en la Clínica Pascual de la capital malagueña y ha muerto este martes por la mañana, ha informado a Efe el director Kike Mesa, que dirigió en 2007 el documental Jesús Franco. Manera de vivir. El pasado 24 de febrero de 2012 fallecía en Málaga su mujer y musa Lina Romay a la edad de 57 años.

Franco será incinerado en la más estricta intimidad, por su propio deseo, aunque en los próximos días se convocará un acto público para despedirlo.

Mesa, que mantuvo en los últimos años una estrecha relación personal y profesional con Franco, ha explicado que permaneció semiinconsciente en los últimos días y no pudo disfrutar de una de sus pasiones, el tabaco, por lo que se ha cumplido lo que auguraba con su particular humor: "Como deje de fumar, me muero".

Conocido también como Jess Frank, Clifford Brown o James P. Johnson, entre otros muchos seudónimos, y con casi 200 películas en su haber, recibió en 2008 el Goya de Honor a toda su carrera.

Rodó su primera película en 1959 con el título de Tenemos 18 años. Reconocido internacionalmente como director de culto, tanto en Alemania y Francia como en EEUU, el pasado 22 de marzo estrenaba su última película: Al Pereira vs. the Alligator ladies, una mezcla de cine erótico y terror que pasó por el Festival de Sitges.

Jesús Franco se calificaba a sí mismo como uno de los directores más prolíficos de la historia del cine mundial, con una trayectoria de casi 200 películas, fundamentalmente de terror, erotismo, pornografía, ciencia ficción o aventuras, y se le consideraba pionero del cine fantástico español.

Vivir en un rodaje permanente

Profundamente afectado por la muerte el año pasado de "su esposa, amante, secretaria y diva", la actriz Lina Romay, el cineasta quiso seguir viviendo "en un rodaje permanente" hasta el último momento, y de hecho dirigió sus últimas cintas el pasado verano.

"Al morir Lina, quería hacer cosas a todas horas para no pensar, y cuando hablábamos de ella nos pedía que cambiáramos de tema", ha apuntado Kike Mesa, que ha tenido estos años largas conversaciones con Franco en las que éste sacaba su divertida faceta "cascarrabias" y mostraba su inmensa sabiduría cinematográfica.

Cuando enviudó, sus allegados le recomendaron que ingresara en una residencia, pero él prefirió seguir en su vivienda cuidado por una asistenta, quien muchos días tenía que acompañarle visionando una película tras otra "hasta las tres de la madrugada".

En el 2011 presentó públicamente uno de sus proyectos, para rodar en régimen de cooperativa La guiri asustada, con la que quería demostrar, según sus propias palabras, "que se puede hacer cine sin ser un chorizo y sin engañar a nadie".

Los restos mortales del director han sido despedidos en la Clínica Pascual de Málaga por Carmen Montes, una de sus actores fetiche de los últimos años, y por Kike Mesa. Una funeraria se ha hecho cargo de los restos para proceder a su incineración y entregará las cenizas a sus allegados en los próximos días.

Franco había comunicado expresamente que al morir no deseaba que se celebrara un velatorio ni que se instalara una capilla ardiente porque le parecían "chorradas", ha explicado Mesa.

Sin embargo, en los próximos días se convocará un acto al que podrán asistir todos los que quieran dar su última despedida al cineasta y en el que sus cenizas podrían ser esparcidas en el mar frente a Torremolinos, localidad en la que residió durante casi cuarenta años, o en algún lugar relacionado con el cine.

El rey de la serie B

Nacido en Madrid en 1930, Jesús Franco, tío del escritor Javier Marías, rodó su segunda película en 1961, Labios rojos, momento desde el que se vuelca en el género del terror, por lo que quiso rodar una adaptación de Los colgados, de Craven, pero la censura previa lo prohibió.

Había visto Las novias de Drácula y decidió llevar a los productores a verla, salieron encantados y decidieron realizar Gritos en la noche. Con esta película, Jesús Franco llegó a la conclusión de que si no hacía cine comprometido tenía que realizar un cine que le gustara y el expresionismo alemán le había entusiasmado desde siempre y se decidió por el cine de terror.

Los encontronazos con la censura eran cada vez más frustrantes y decidió abandonar España para realizar Necronomicón en 1967. A esta película le siguieron incontables películas de terror y erotismo producidas en Francia, Inglaterra, Italia, Suiza, Holanda, Luxemburgo o la entonces República Federal de Alemania, y con las películas van apareciendo los seudónimos dependiendo de su labor en el filme, como actor se le conocía más como James Frank.

Nueve películas al año y fuera de España

A partir de 1966 muchas de sus películas se realizan y exhiben fuera de nuestras fronteras, llegando a rodar de ocho o nueve por año. Con una temática única, mezcla de cine erótico y terror, ciencia-ficción o aventuras.

Entre su producción filmográfica cabe destacar: La reina de Tabarín (1960); La mano de un hombre muerto, Vampiresas 1930 y La muerte silba un blúes de 1962; Rififí en la ciudad (1963); Miss Muerte y Cartas boca arriba (1965); Golden Hort y Residencia para espías (1966); y Lucky el intrépido, Bésame, monstruo, El caso de las dos bellezas, y Getraumte Sunden (1967), Marquis de Sade: Justine, 99 mujeres, Venus in furs, Fu-Manchú y el beso de la muerte, El castillo de Fu-Manchú, y Sumuru (1968); Paroxysmus, De Sade 70, El proceso de las brujas, La philosophie dans le boudoir, Doctor Jekyll y Mr. Hyde, y Une vierge parmi les morts vivants (1969), entre otras muchas.

En su currículum también aparecen importantes colaboraciones con directores internacionales, como su trabajo como director de segunda unidad en Campanadas a media noche, de Orson Welles, rodada en España.

La Academia de cine le otrogo el Goya honorífico en 2008 por "su larga, rica y variada filmografía, así como por su absoluta entrega a la profesión".

El director madrileño afirmó que consideraba el cine como mero entretenimiento que ayuda a vivir a la gente, y desconfiaba de su uso para transmitir mensajes sociopolíticos, que consideraba aburridos.

Tampoco se considerba un perfeccionista y reconocía que no le importaban los errores técnicos, pues lo que realmente le interesaba, al igual que Alfred Hitchcock, era, en sus propias palabaras, "el impacto de lo que cuenta".

El pase ya programado que el Cine Artistic Metropol de Madrid iba a realizar esta noche de su última película se va a convertir en un homenaje al prolífico director.