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Un mandamiento en el cónclave: prohibido usar Twitter bajo pena de excomunión

  • Quien revele secretos del cónclave por cualquier vía será excomulgado
  • La Santa Sede quiere limitar el uso de las redes sociales en el cónclave
  • Solo nueve de los 117 cardenales electorales tiene cuenta en Twitter
  • Algunos de los favoritos en las quinielas son usuarios habituales de las redes

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Imagen del twitter del cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York.
Imagen del twitter del cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York.

La inesperada renuncia del papa Benedicto XVI, un hecho sin precedentes en los últimos siete siglos, dará lugar el próximo mes de marzo a otro hito en la historia de la Iglesia católica: el primer cónclave con redes sociales. Sin embargo, para cumplir las condiciones a las que obliga el secretismo de la elección papal, la Santa Sede ha decidido tomar medidas: prohibir a los cardenales electorales utilizar Twitter so pena de excomunión.

El Vaticano ha decidido prohibir el uso de esta y otras redes sociales para garantizar la discreción de lo que ocurra en el interior de la Capilla Sixtina desde el momento en que entren por vez primera y en los días en que dure el cónclave, según informa la agencia Catholic News Service.

Estadísticamente, no supone un gran problema. Solo nueve de los 117 cardenales electores tienen una cuenta en Twitter, aunque el hecho es que son muy activos y algunos de ellos ya están en las quinielas de los favoritos a la sucesión de la sede de San Pedro.

Entre ellos, el cardenal arzobispo de Nueva York, Timothy M. Dolan, -@CardinalDolan-, con más de 80.000 seguidores, que también tiene perfil en Facebook y escribe también un blog alojado en la archidiócesis neoyorquina donde trata sobre temas tan actuales como el control de armas en Estados Unidos. Aun cuando no gestionara directamente estas cuentas, lo cierto es que será objeto de atención.

Como también lo serán las evoluciones en Twitter del cardenal Gianfranco Ravasi, @CardRavasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, que tiene más de 37.400 seguidores, y es uno de los destacados en las inevitables quinielas de candidatos al papado.

También están en esta red de microblogging los cardenales O'Malley (Boston), Scherer (Sao Paulo), Scola (Milán) (otro de los favoritos, al que siguen más de 17.500 fieles) , Napier (Durban), Salazar (Bogotá), Mahony (Los Ángeles) y un español, Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, aunque su cuenta @sistachcardenal tiene un número más moderado de seguidores, algo más de 2.500.

El cardenal estadounidense Dolan recibe un cien por cien de retuiteos, igual que el papa

Algunos son veteranos. El cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán, se estrenó en Twitter en mayo de 2009. Otros como Ravasi, Scherer y Napier empezaron a tuitear en julio de 2011, mientras que O'Malley, Dolan y el catalán Martínez Sistach lo hicieron hace apenas un año, en marzo de 2012.

Y su palabra no se pierde en el desierto: el cardenal Dolan recibe un cien por cien de retuiteos de sus manifestaciones en la red social, porcentaje en el que iguala a Benedicto XVI. Menos eco tiene la voz digital del cardenal Scola, que fue el que menos puntuó (un 40% de retuits), según un estudio que publicó la revista italiana Popoli dos semanas antes del anuncio de la renuncia del papa. La media en la tasa de 'retuits' es del 82-90 por ciento, según dicha publicación.

Pena de excomunión

Según la Constitución Apostólica Universi Domini Gregis, todos los cardenales deben prestar juramento de observar las disposiciones  contenidas en la Constitución apostólica y de guardar el secreto.  Además, indica que este juramento debe hacerse en presencia del resto  de cardenales.

"Nosotros, Cardenales de la Santa Iglesia Romana, del orden de los  Obispos, del de los Presbíteros y del de los Diáconos, prometemos,  nos obligamos y juramos, todos y cada uno, observar exacta y  fielmente todas las normas contenidas en la Constitución apostólica  Universi Domini Gregis del Supo Pontífice Juan Pablo II, y mantener  escrupulosamente el secreto sobre cualquier cosa que de algún modo  tenga que ver con la elección del Romano Pontífice", juran.

Además, en los números 56 y 57 de la Constitución se establece que  los cardenales electores deberán abstenerse durante el proceso de  elección de "correspondencia epistolar" y de conversaciones incluso  telefónicas o por radio, así como de recibir o enviar cualquier tipo  de mensajes fuera de la Ciudad del Vaticano.

En este sentido, el número 58 remarca que "quienes directa o  indirectamente pudieran violar el secreto ya se trate de palabras,  escritos, señales o cualquier otro medio, incurrirían en la pena de  excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica".

Así que los miembros del Colegio Cardenalicio que 'tuiteen' o revelen a  través de conversaciones telefónicas, correspondencia o cualquier  tipo de mensaje información sobre el Cónclave en el que se elegirá  nuevo papa, incurrirán en la pena máxima de la excomunión.