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La renuncia del papa Benedicto XVI, la primera voluntaria desde la de Celestino V en 1294

  • Celestino V dejó el pontificado para volver a ser un ermitaño hace 700 años
  • En 1415 renunció Gregorio XII porque le obligó el emperador Segismundo
  • La primera fue la de Clemente I, cuarto papa de la Iglesia Católica, en el 97

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Benedicto XVI ante la tumba de Celestino V en 2010, un año después del terremoto de L'Aquila.
Benedicto XVI ante la tumba de Celestino V en 2010, un año después del terremoto de L'Aquila.

La renuncia de Benedicto XVI, de 85 años, es la primera de un papa desde 1415, cuando se produjo la de Gregorio XII aunque obligado por el emperador Segismundo. Para encontrar una similar a la del actual pontífice hay que remontarse a finales del siglo XIII cuando Celestino V abandonó el pontificado en 1294 con intención de volver a su vida de ermitaño.

Desde entonces, ningún papa ha dejado voluntariamente su cargo antes de morir aunque se sabe que Pablo VI (1963-1978) dejó escrito en una carta que, si perdía las facultades para seguir adelante, se considerara vacante el cargo para elegir a un nuevo obispo de Roma. No hizo falta.

Aunque la renuncia está recogida en el Código del Derecho Canónico no es para nada una práctica habitual. Cuesta encontrar antecedentes y algunos son tan remotos que se remontan a los inicios de la Iglesia Católica.

Ni siquiera Juan Pablo II (1978-2005) dejó el pontificado a pesar de que su deteriorado estado de salud estuvo en el centro del debate durante sus últimos años. Al contrario de su predecesor, Benedicto XVI ha anunciado ahora que se irá el 28 de febrero porque no tiene "fuerzas para ejercer adecuadamente".

El derecho canónico recoge que para que sea válida la renuncia debe ser "libre", manifestarse formalmente, "pero no que sea aceptada por nadie". Pero no siempre las renuncias han sido fruto de una decisión "libre".

Los dos primeros casos, por exilio

Los dos primeros que dejaron de ser papas, por ejemplo, lo hicieron tras ser exiliados, según el listado recopilado por Efe. El primero que renunció fue Clemente I (88-97). Era el cuarto papa de la Iglesia Católica, el tercer sucesor de San Pedro. Dejó de ser papa a favor de Evaristo al ser condenado y mandado al exilio para que los católicos no se quedaran sin un guía espiritual.

La segunda renuncia fue la del papa Ponciano (230-235) cuando fue enviado al exilio a la isla de Cerdeña por el emperador romano Maximino el Tracio. Ponciano tuvo que dejar su puesto para que pudiera ser elegido el papa Antero.

Habría que esperar ocho siglos, hasta el siglo XI, para ver otra nueva renuncia de un obispo de Roma aunque el caso de Benedicto IX es peculiar. Fue papa durante tres periodos distintos (1032-1044, apenas un mes en 1045 y de 1047-1048).

La primera y tercera vez, según la Enciclopedia Católica, fue destituido por la vida que llevaba. La segunda vez abandonó el puesto después de haberlo vendido supuestamente a Gregorio VI, que fue acusado de haberlo adquirido ilegalmente y también renunció. Benedicto IX acabó sus días como monje en un monasterio.

La "gran renuncia" de Celestino V

La renuncia de Benedicto XVI es solo comparable a la de Celestino V en el año 1294. Este papa, que solo ocupó la silla de San Pedro 106 días, ha pasado a la historia como el pontífice de la "gran renuncia".

Pietro Angeleri de Murrone era un monje ermitaño cuando fue elegido papa el 29 de agosto de 1294, poniendo fin a un cónclave que se prolongó durante más de dos años en los que no hubo pontífice por las luchas entre dos grupos enfrentados de cardenales.

Celestino V fue el primer papa que estableció que se podía renunciar al cargo. De hecho, él lo hizo el 13 de diciembre de 1294 cansado de las luchas internas y agobiado por el peso del cargo, informa Efe. Su intención fue volver a su vida de monje ermitaño pero fue encarcelado hasta su muerte.

El 28 de abril de 2009, Benedicto XVI visitó la tumba de Celestino V en la basílica de Santa María de Collemaggio en L'Aquila, la capital de la región italiana de los Abruzos tras el terremoto. La bóveda de la iglesia cayó sobre la urna en la que se guardan los restos, pero que no sufrieron daños.

El último papa que renunció al pontificado, aunque obligado por el poder civil de la época, fue Gregorio XII en 1415. Era la época del conocido Cisma de Occidente, una época de luchas internas en el seno de la Iglesia Católica que se prolongó durante cuarenta años.

Además de Gregorio XII hubo dos papas más: Benedicto XIII, conocido como el papa de Avignon, y el llamado "antipapa" Juan XXIII. Con el concilio de Constanza, el emperador Segismundo obligó a dimitir a los tres pontífices, pero solo Gregorio XII obedeció y después de él fue elegido Martín V, informa Efe.