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IU celebra su X Asamblea Federal animada por el crecimiento electoral y una inédita paz interna

  • Se celebrará en Madrid hasta el domingo y participarán mil delegados
  • Izquierda Abierta, el partido de Llamazares, se integrará en la lista de Lara
  • Los gasparistas tendrán un 20% de representación en todos los órganos
  • La federación quiere convertirse en una "fuerza de masas"
  • Su objetivo es ahormar un bloque amplio alternativo y de izquierdas
  • Consulta los  textos político y económico y el balance de gestión de Lara

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IU arranca su X Asamblea Federal en medio de una insólita paz interna

La X Asamblea contará con 1.000 delegados y la participación de unos 500 invitados.

Esta tarde, el congreso arrancará con Cayo Lara y la defensa de su balance de gestión de los últimos cuatro años. Mañana sábado será el debate de los documentos (político, económico y estatutos) en comisiones y plenario. A las 20 horas se cierra el plazo de presentación de candidaturas para el Consejo Político Federal (CPF).

El domingo se elegirá, si así lo ratifican los delegados, el 70% del CPF. Una vez votado, se reunirá en el mismo cónclave para elegir al coordinador federal. Ya designado, dirigirá su discurso a la asamblea. El 30% restante del Consejo será designado por las federaciones territoriales.

Más o menos dentro de un mes, cuando el máximo órgano de dirección esté completo al 100%, se confirmará la elección de Lara y se nombrará a la nueva Comisión Ejecutiva y Presidencia Federal.

Si Izquierda Unida echase la vista atrás hace cuatro años, no se reconocería. Nada que ver era antes con lo que es hoy. Entonces, llegó a su IX Asamblea Federal en medio de un formidable temporal interno, despedazada entre sus diversas familias, abatida por el descalabro electoral de 2008, en el que su representación en el Congreso menguó hasta dos diputados –uno de ellos, de Iniciativa per Catalunya Verds– y con un líder saliente, Gaspar Llamazares, demasiado tocado y en retirada. El cónclave fue caótico: cinco listas diferentes compitieron por el poder de la organización. La espesa bruma interna impidió incluso la elección, durante el mismo congreso, de un nuevo coordinador. Se hizo un mes más tarde, y Cayo Lara fue el ganador.

Este viernes, 1.000 delegados de IU encienden el motor de la X Asamblea Federal bajo el lema Transformar. La más pacífica que se recuerda en muchos años. La tranquilidad la aportan las urnas –que constatan un crecimiento sostenido desde 2009– y las encuestas. Pero también, y no es un detalle menor, la calma interna. Ayer mismo se despejó la última incógnita que podía haber manchado la cita: Llamazares y su partido, Izquierda Abierta (IAb), descartaron finalmente que fuera a presentar una lista alternativa a la de Lara.

El amago quedó enterrado tras 24 horas de negociaciones en la sede federal, en la madrileña calle de Olimpo. De un lado, el entorno de Lara, representado por Miguel Reneses, Lola Sánchez, Willy Meyer y Fernando Sánchez. De otro, los coportavoces de IAb, Llamazares y Montse Muñoz, y Antonio Cortés.

El escollo quedaba, por tanto, removido: su formación, Izquierda Abierta –partido integrado en IU como el PCE, Izquierda Republicana y el Colectivo de Unidad de Trabajadores– renunciaba a guerrear contra el coordinador federal. En ningún caso Llamazares habría podido arrebatar el liderazgo a Lara, ya que este dispone de una sólida mayoría, pero sí habría enturbiado una asamblea que se deseaba “de unidad”

Ahora sí, insisten todos los dirigentes consultados por RTVE.es, están puestos todos los mimbres para una asamblea volcada “hacia fuera, hacia los que sufren”, centrada en construir una “alternativa mayoritaria de izquierdas”, hegemónica, en una “formación de masas y de mayoría social”, en una alternativa "de poder" y con aspiraciones de "gobernar".

La "voluntad" de llegar a una lista única

Gracias al acuerdo con la mayoría, Izquierda Abierta (IAb) se garantiza una representación del 20% en los nuevos órganos de dirección: la Comisión Ejecutiva Federal –el escalón inferior de poder, compuesta por 23 miembros–, la Presidencia Ejecutiva Federal y el Consejo Político Federal, el máximo timonel de IU entre asambleas, integrado por unos 180 miembros. Además, los gasparistas dispondrán de una silla en la Comisión de Finanzas y de otra en la Comisión de Garantías.

Desde el círculo de Lara se interpretaba que el peso concedido a los gasparistas era superior al real. "Los acuerdos son políticos, no matemáticos. Pero es verdad que la mayoría tiene la responsabilidad de ceder y de hacer que prime la unidad. Pero ha sido positivo hacer ese esfuerzo", aseguraba satisfecho a RTVE Miguel Reneses, secretario federal de Organización y lugarteniente del líder.

Los de Llamazares obtuvieron un 27% en la anterior asamblea

Oficiosamente, también IAb reconocía que se había primado su representación. Hace cuatro años, la lista de Llamazares logró el 27,1% de los votos de la IX Asamblea. Hoy, sin embargo, sus fieles son menos: federaciones que le habían sido siempre muy cercanas –Asturias, Castilla y León, Navarra– ya no son tan compactas, y en Madrid los gasparistas se han dividido en dos. De hecho, si finalmente el diputado en el Congreso hubiera presentado candidatura propia, habría recurrido al apoyo de otras minorías.

De cualquier modo, Llamazares y los suyos insistían ayer en que la cifra que ha desbloqueado las hostilidades –el 20%– no era lo más significativo. Su pretensión era que se visualizase una IU "plural" y se tuviesen en cuenta sus aportaciones a los documentos políticos. Un objetivo que también se ha conseguido. Se han transaccionado enmiendas y se ha garantizado que la dirección será "compartida" por mayoría y minorías.

El equipo de Lara sostiene que ha sido "positivo" el "esfuerzo" de integración

En IU, algunos dirigentes sostenían que IAb iba "de farol", que presionaba para conseguir un mejor acuerdo. El aparato del partido lo negaba. "No habría sido una asamblea de conflicto en ningún caso. Nosotros siempre hemos tenido la voluntad de integrarnos en una lista unitaria, y además coincidimos en la política", comentaba Llamazares a RTVE.es a toro pasado. Los gasparistas habían denunciado el "sectarismo" del equipo de Lara y la pretensión del PCE de "controlar" IU.

El cambio de estatus

Apaciguada la casa, el debate se podrá concentrar esta vez en "lo político", en el presente y futuro de IU y su papel en la sociedad. Y también, por descontado, en el encumbramiento de Lara como coordinador por un segundo mandato y con un apoyo que se prevé casi unánime. Si todo sale según el guión previsto, sólo se presentará una candidatura al Consejo Político que encabezará Lara. Detrás de él, los dirigentes de las distintas familias. Ordenados alfabéticamente, "para evitar suspicacias", según fuentes de la federación.

¿Y qué es lo "político"? IU, desde las pasadas elecciones generales, en las que consiguió crecer hasta 11 escaños en el Congreso, ha venido trabajando para convertirse en la fuerza "hegemónica de la izquierda". Objetivo que ha recogido en sus últimos textos, en las declaraciones de sus líderes y que, lógicamente, consagra como meta suprema en esta X Asamblea [consulta aquí el documento político]. IU ambiciona con cambiar de estatus, dejar de ser una fuerza minoritaria para "participar y organizar la rebelión democrática para disputar la hegemonía política, social, cultural e institucional al neoliberalismo".

IU ofrece una alternativa "solvente" y "coherente"

Ayer mismo, Diego Valderas, coordinador andaluz, hoy vicepresidente de la Junta y hombre cercano a Lara, recordaba ese propósito nuclear en La noche en 24 horas: la federación anhela "disputar el poder, disputar el electorado de izquierdas al PSOE", prometiéndole una política "solvente" y "coherente".

Pero para convertirse en esa fuerza "de masas", de "mayoría social", IU entiende que debe llevar a cabo otra labor: tejer alianzas políticas y sociales con otras fuerzas y colectivos sociales. Los ensayos de la pasada legislatura culminaron en la conformación de una alianza amplia de varios partidos bajo la rúbrica de La Izquierda Plural, germen del grupo parlamentario.

La ambición es ahormar una Syriza a la española

Ahora se trata de consolidar esa experiencia, de configurar un bloque amplio de "rebeldía" y "resistencia". O sea, "hacer confluir la lucha de los sindicatos con la que desarrollan plataformas, colectivos, 15-M, juventud, mundo de la cultura y representantes del pueblo, en una síntesis superior de objetivos, plataformas y luchas". La federación no ha ocultado nunca su intención de ahormar una Syriza española, a semejanza de la gran coalición griega que en las últimas generales se encaramó a la segunda plaza.

Ya desde la apertura, IU quiere lanzar ese mensaje de convergencia. Ese guiño a la amplia alianza de las izquierdas: presidirá la X Asamblea Yolanda Díaz, la coordinadora de la franquicia gallega de la federación, la líder regional que, junto con la Anova de Xosé Manuel Beiras, debutó en las últimas autonómicas con un resultado espectacular: nueve escaños, por encima incluso del BNG.

Dar "esperanza" a los ciudadanos

En el frontispicio de la X Asamblea estará, igualmente, la alternativa, la obsesión de Lara en todo su mandato como coordinador. IU ofrece un paquete de medidas económicas [consúltalo aquí] para procurar una "salida social" a la crisis y conceder "esperanza" a los ciudadanos: reforma fiscal progresiva, nuevo modelo productivo, creación de banca pública, plan de choque de empleo, introducción de democracia en la economía, derogación de las reformas laborales...

La gallega Yolanda Díaz presidirá el congreso del hotel Auditórium

IU quiere subrayar asimismo su cercanía con los que salen a la calle y protestan. Y de ello da cuenta el vídeo que lanzó esta semana para promocionar su X Asamblea, Transformar. La federación se siente compañera de las distintas mareas (blanca, verde, violenta). Porque la movilización, sostiene, no es algo accesorio: transformar "la movilización en poder, la rebeldía en alternativa, la alternativa en poder".

Por delante, quedan, por tanto, tres intensas jornadas de debate en el hotel Auditórium de Madrid. El espacio que acogerá a mil delegados, 400 invitados, delegaciones internacionales, colectivos, partidos... Tres jornadas para poner argamasa a la complejísima tarea de construir un edificio de la izquierda alternativa más amplio y potente.