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Garzón asume "todas" las decisiones que tomó "desde la más estricta legalidad" en el caso Gürtel

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Garzón defiende la legalidad de sus actos

"Asumo todas y cada una de las decisiones que tomé. Fueron tomadas reflexivamente en cumplimiento de la más estricta legalidad. Reivindico mi inocencia".

Son palabras del juez Baltasar Garzón, que ha hecho uso de su derecho a la última palabra en el juicio por los  presuntos delitos de prevaricación y violación de garantías constitucionales por haber ordenado la grabación en prisión de las conversaciones entre los imputados en el caso Gürtel y sus abogados.

Tras su alegato final, el juicio ha quedado visto para sentencia. Se enfrenta a una petición de inhabilitación de entre 10 y 17 años.

Con una voz muy afónica y despojado de su toga, Garzón ha insistido, como hizo en su declaración inicial, en que "en ningún momento se lesionó ni violentó el derecho de defensa sino que se protegió con apego a la ley y procurando conciliar los derechos fundamentales en juego".

Con el fin de demostrarlo ha hecho referencia a la claúsula que introdujo en los autos señalando expresamente que el derecho de defensa debía ser preservado. "Es la demostración más palpable", ha manifestado.

Ha dicho en el Tribunal Supremo que hacía uso de la palabra porque será la última vez que pueda hacerlo "ante un tribunal español en este caso".

"La grabación era la unica medida posible dada la gravedad del delito"

El juez de la Audiencia Nacional, suspendido de sus funciones en la Audiencia Nacional desde mayo de 2010, ha señalado que la autorización de esas grabaciones en la cárcel era la "unica medida posible" dada la gravedad de los delitos que se estaban investigando.

En este sentido, ha reiterado que los cabecillas de la trama Gürtel continuaban con la actividad delictiva en prisión. Este ha sido uno de los principales argumentos de la defensa de Garzón, que ha querido dejar claro que "todas y cada una de sus decisiones tuvieron una explicación y justificación".

Ha hecho referencia a una de la frases de la acusación ('La razón de Estado es la excusa de los tiranos') para decir que él solo entiende "la causa democrática y los ciudadanos".

El presidente de la Sala ha tenido que advertir en varias ocasiones a Garzón de que el alegato final era una intervención breve. Intervención que ha arrancado diciendo: " Soy juez central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional y llevo en ese juzgado 23 años de los 31 que estoy la carrera judicial".

A la salida del Supremo, Garzón ha mantenido una conversación informal con los periodistas en la que ha dicho que está satisfecho con el desarrollo de la vista en la que, a su juicio, "se ha acreditado lo que pasó y no lo que dicen que pasó".

"Es la hora del tribunal", ha dicho Garzón al ser preguntado por la valoración de las pruebas que se han practicado en el juicio. Fuentes del Alto Tribunal han informado de que el presidente Joaquín Giménez tenía la intención de iniciar las deliberaciones este mismo viernes. 

Defensa: "Esto no ha sido prevaricación, sino una exageración"

El abogado de Baltasar Garzón ha señalado que "todo esto no ha sido una clamorosa prevaricación (como dijo la acusación) sino una clamorosa equivocación y exageración".

El letrado Francisco Baena Bocanegra ha dicho que es "singular" que un juez de la Audencia Nacional soporte tres querellas por el mismo delito en menos de un año.

"Es el delito que más hiere en el corazón a un juez", ha aseverado, para añadir: "Cuando se juzga a un juez, se está juzgando a la Justicia. Y bastantes granos tiene ya la Justicia para que sigamos aumentándolos".

En opinión del letrado, "la personalidad y el atractivo mediático de la figura de Baltasar Garzón" aporta en el juicio unas "connotaciones importantes".

"Baltasar Garzón podrá ser como quiera ser pero es un buen juez en el sentido más puro", ha afirmado.

Defensa: "Las escuchas fueron necesarias, pertinentes y justificadas"

Cree en la inocencia de Garzón ha abogado por una "interpretación razonable de la ley". Ha insistido igualmente en que la orden de autorizar la grabación de las conversaciones fue una medida "necesaria" y "pertinente" que estaba "justificada" por la gravedad de los deiltos investigados.

"No se puede acusar de prevaricar a un juez por combatir uno de los delitos más graves ahora mismo en el contexto nacional e internacional y más ahora con la situación de crisis económica", ha afirmado Baena.

Se ha mostrado en contra de buscar la responsabilidad penal de jueces y magistrados "desde un punto de vista inadmisible que dice 'como no estoy de acuerdo con lo que me resuelves, me voy al camino fácil", algo que ha considerado "preocupante".

El abogado defensor de Garzón ha insistido también, tal y como ha hecho en todo el juicio, que el objeto de las escuchas eran los "cabecillas de la trama".

"Aquí no discutimos sobre la prevaricación sino la falta de calidad de una ley que se interpreta", ha señalado el juez.

La acusación asegura que la querella "no la ha interpuesto el PP"

El autor de la denuncia contra el juez Baltasar Garzón por ordenar  intervenir las conversaciones en prisión , el exfiscal y letrado Ignacio Peláez, ha querido aclarar este jueves que la querella "no la interpone el PP" ni él representa a este partido, sino él "como abogado ofendido por el delito" y como persona a la que se le han "vulnerado" sus derechos fundamentales.

El querellante ha asegurado que "no ha sido grato" el querellarse  contra un "compañero" como Garzón, pero que se ha visto obligado a ello  para solicitar al Supremo "el amparo por la violación de mis derechos  fundamentales", ya que se siente "absolutamente vigilado" y dentro de un "Estado policial" por no poder disfrutar de su derecho de "hablar en secreto y de forma íntima y confidencial" con su cliente.