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La ONU da luz verde a los bombardeos contra Gadafi para proteger a los civiles en Libia

  • China, Rusia y Alemania se abstienen y los africanos y árabes lo respaldan
  • El ministro francés adelanta que en horas se ejecutará la resolución
  • "Todas las medidas necesarias" es el código para permitir medidas militares
  • El régimen advierte de que atacarán cualquier objetivo en el Mediterráneo
  • Los rebeldes reciben la noticia con júbilo en Bengasi, asediada por Gadafi
  • Sigue los acontecimientos, en el minuto a minuto de las revueltas árabes

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Gadafi dice que está preparado para un alto el fuego y los opositores libios festejan la resolución de la ONU

Francia, Reino Unido, Estados Unidos y sus aliados árabes se preparan para bombardear a las fuerzas de Gadafi en Libia en las próximas horas después de que el Consejo de Seguridad de la ONU les diese cobertura legal al aprobar por diez votos a favor y cinco abstenciones una resolución que autoriza el recurso a "todos las medidas necesarias" para proteger a los civiles libios.

La resolución, elaborada por Francia, Reino Unido y Líbano -el único miembro árabe del Consejo- y Estados Unidos, ha recibido la abstención de Rusia y China, los otros dos miembros permanentes con derecho de veto.

Junto a ellos lo han hecho India, Brasil y Alemania, que se ha mostrado desde un principio escéptica respecto a las acciones militares. Los países africanos (Nigeria, Sudáfrica y Gambia) han aprobado el texto al igual que Colombia y México, aliados tradicionales de Estados Unidos.

Así se ha producido la votación. 

La ONU aprueba intervenir en Libia

El texto de la resolución habla de "todas las medidas necesarias", el código internacional para la intervención militar. Esa intervención no será terrestre, que ha sido descartada específicamente por la resolución, sino aérea, tal y como ha adelantado el ministro de Exteriores de Francia, Alain Juppé.

Juppé ha acudido personalmente a defender la resolución a la sede de Naciones Unidas a Nueva York en un gesto arriesgado pero que quería garantizar el apoyo a la intervención, en la que el Gobierno francés, junto al británico, se han jugado parte de su capital político después de una actuación cuestionada en las revueltas de Túnez y Egipto.

Alegría en Bengasi

En su intervención, Juppé ha evocado la "primavera" de las revueltas árabes y a miles de kilómetros, una vez conocida la resolución, disparos de alegría se han escuchado en Bengasi,  feudo de los insurgentes que está acorralado por el régimen de Gadafi.

De hecho, la resolución dice claramente que se pretende defender a los civiles en esta ciudad, y Juppé ha subrayado que "en pocas horas" podría empezar la intervención militar, dando una clara imagen de la urgencia de la intervención ante el avance de las tropas del régimen.

Es más, la Casa Blanca ha informado por la noche (avanzada la madrugada en Europa) de que el presidente Barack Obama había mantenido una conversación con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, para coordinar los "próximos pasos".

En Libia, aunque Gadafi había asegurado que sus tropas tomarían "sin piedad" Bengasi esta misma noche, no se ha informado de ninguna acción armada. Además, en sus declaraciones la tarde del jueves, el dictador ya amenazó a la comunidad internacional con atacar en el Mediterráneo.

"Toda operación militar extranjera contra Libia va a poner en peligro   el tráfico aéreo y marítimo del Mediterráneo", aseguró un  portavoz  del Ministerio de Defensa a la agencia oficial Jana. "Todo elemento móvil civil o militar será objetivo de una contraofensiva libia", añadió en tono amenazante.

El tono ha cambiado radicalmente después de la resolución de la ONU, a la que ha respondido el viceministro de Exteriores.  Jaled Keem ha dicho que ahora están "dispuestos" a un alto el fuego, pero que necesitan negociar con un "interlocutor claro".

Aliados árabes

Juppé, que ha participado en la sesión para relanzar el proyecto de resolución franco-británico que lleva estancado desde hace semanas ha dejado claro ya que su país podría "implementar" la resolución a la mayor brevedad "junto con nuestros amigos británicos" y sus aliados árabes, cuya participación en el dispositivo contra Gadafi ha sido esencial para aprobar la resolución.

Esos aliados árabes son Emiratos Árabes Unidos y Qatar, que según fuentes diplomáticas francesas podrían dar apoyo a la operación. Aún no está clara la intervención de Estados Unidos en un primer estadio. Por su parte, la prensa canadiense ha informado de que Ottawa enviará seis cazabombarderos.

Francia habría ofrecido ya sus bases situadas a 1.200 kilómetros de Libia para que los primeros aviones salgan rumbo al país africano. Italia, que se ha mostrado reacia a la intervención por sus lazos históricos y económicos con Libia, ha asegurado que no se opondrá a que se use la base de Sigonella, en Sicilia, la más cercana de la OTAN al objetivo.

Estados Unidos, emergentes y Alemania

El texto de la resolución va más allá de la zona de exclusión aérea, la medida inicialmente impulsada por Reino Unido y Francia, gracias al apoyo de Estados Unidos, que en un giro en su postura ha pasado de dudar de la viabilidad de esta medida a proponer los bombardeos estratégicos por la evolución de los acontecimientos,  que han visto cómo las tropas de Gadafi han ido aplastando a los rebeldes hasta acorralarlos en su feudo de Bengasi.

La posición estadounidense ha sido clave y se ha llegado a ella tras un amplio debate interno en la Administración Obama, que quería huir a toda costa de la imagen de unilateralismo dada por su predecesor, George W. Bush, en la Guerra de Irak.

En este sentido, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha asegurado desde Túnez que no habría intervención de Estados Unidos sin la luz verde de la ONU.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ha rechazado que su país se haya movido lentamente en el apoyo a los rebeldes, pese a las críticas de los miembros del Congreso.

En el otro lado, el Pentágono y el secretario de Defensa, Robert Gates, siempre se han mostrado precavidos respecto a la intervención.

"Creo que puedo decir con seguridad que habría preocupación sobre desarrollar operaciones militares dentro de Libia", ha declarado el coronel David Lapan.

Finalmente, al menos en un primer momento, esa operación será liderada por las potencias europeas con el apoyo árabe, una implicación regional defendida desde un primer momento por Obama.

En el otro lado, quedan datos para la reflexión: entre China, Rusia, India y Brasil, los países que se han abstenido, están las principales potencias emergentes, que han renunciado a apoyar la intervención militar basándose en el principio de no injerencia. 

Mención aparte merece Alemania, cuya abstención revive la quiebra del bloque europeo que ya se produjo en la votación decisiva sobre Irak, en la que franceses y alemanes se negaron a apoyar una resolución que validase la intervención, patrocinada por los británicos.