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Las fuerzas de Gadafi encaran la "batalla definitiva" por Misrata mientras asedian Bengasi

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  • Según la televisión estatal, los pro-Gadafi ya controla el este de Misrata
  • Los rebeldes lo niegan y aseguran que mantienen el control
  • También han bombardeado un aeropuerto próximo a Bengasi
  • Los pro-Gadafi han anunciado un cese de las acciones militares el domingo

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Las fuerzas del líder libio Muamar el Gadafi quieren aplastar la revuelta en 48 horas, según anunció un hijo del líder este miércoles, y han comenzado la batalla definitiva por el control de Misrata, uno de los últimos bastiones de los rebeldes en el oeste, mientras asedian Bengasi, santuario y centro de operaciones de los opositores en el este.

Según la televisión estatal, las tropas del régimen ya se habrían hecho prácticamente con el control de Misrata,  algo que han negado tanto residentes en la ciudad como los insurgentes quienes aseguran que son ellos quienes tienen el control.

"Está casi bajo nuestro control enteramente", ha declarado Mussa Ibrahim, portavoz del Gobierno. "Esta es la batalla final. Debería terminar mañana por la mañana".

Los leales al mandatario libio comenzaron el miércoles su ofensiva  sobre Misrata, lo que provocó al menos cuatro muertos y una decena de  heridos. Los acontecimientos se han acelerado en las últimas 48 horas con el anuncio del régimen libio de una ofensiva inminente sobre Bengasi.

Cese de las operaciones militares

Mientras tanto, el Comité General de la Defensa libio, equivalente al Ministerio de Defensa del régimen, ha anunciado este jueves que ha decidido cesar sus operaciones militares contra "las bandas terroristas armadas" a partir de la medianoche del próximo sábado, informó la agencia oficial libia Jana.

La agencia oficial ha asegurado que el Comité ha tomado esta decisión para dar ocasión a esas "bandas terroristas armadas" para "entregar las armas y beneficiarse de la amnistía general" prometida por Muamar el Gadafi hace unos días.

La decisión del régimen de Gadafi de cesar las operaciones militares contra los rebeldes, que se han recrudecido en los últimos días, podría estar relacionada con las peticiones de la ONU en este sentido.

El enviado especial de Naciones Unidas a Libia, el ex ministro jordano de Asuntos Exteriores, Abdelilah al Jatib, viajó a Trípoli hace unos días para pedir a ambas partes que adoptasen un alto el fuego inmediato. También el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo el miércoles en Guatemala que había solicitado al régimen libio "poner fin a la muerte" de civiles.

"Matar a habitantes libios inermes, que piden una libertad auténtica, es totalmente inaceptable, es un crimen de lesa humanidad, y los que los cometen deben comparecer ante la justicia", advirtió Ban.

A las puertas de Bengasi

Por otro lado, aviones de guerra de las fuerzas de Muamar al Gadafi han bombardeado este jueves de nuevo el aeropuerto de Benina,  a unos 10 kilómetros al oeste de la segunda ciudad del país y  el bastión de los rebeldes, según ha asegurado el coronel insurgente  Adel Borassi a la cadena de televisión catarí Al Yazira.

Los pro-Gadafi han afirmado que se encuentran a las puertas de la ciudad. Los rebeldes, en cambio, aseguran que tienen bien protegido su enclave más importante y que no les dejarán pasar.

"Somos gente fuerte, con un alma fuerte. Tenemos menos armas pero vamos a defendernos con todo lo que tenemos. No vamos a dejer que su ejército (el de Gadafi) entre aquí", ha afirmado Fasil Ismail, un ciudadano de Bengasi, en RNE.

El coronel, miembro del comité de defensa de la capital de la zona  oriental del país, ha indicado que los bombardeos se efectuaron a gran  altura y que no se registraron pérdidas de vidas humanas ni daños  materiales.

El aeropuerto de Benina es una infraestructura de la aviación militar libia,  en la que sus oficiales y soldados se unieron a las filas de la  rebelión pocos días después de su inicio el pasado 16 de febrero.

Desde este aeropuerto despegaron probablemente los aviones rebeldes  que, según han indicado fuentes de la dirección insurgente, bombardearon  y hundieron el pasado martes dos buques de guerra de las fuerzas del  régimen de Trípoli frente a las costas de Ajdabiya, a 160 kilómetros al  sur de Bengasi.

El miércoles tres aviones del régimen bombardearon ya el aeropuerto  de Benina e intentaron atacar las vías férreas a su alrededor, aunque  sin alcanzar su objetivo.

El miembro del Consejo Nacional Transitorio (CNT) libio Fathi Terbel,  cuya detención el 15 de febrero desencadenó el inicio de la rebelión  libia, ha declarado que los pilotos de Gadafi son "muy experimentados"  y el hecho de que en ocasiones no alcancen sus objetivos demuestra que  "se ven obligados a ejecutar las órdenes pero yerran voluntariamente  para no causar daños a la población.

Continúa la ofensiva en Ejdabiya

Esta última batalla se produce a pocas horas de que la ONU vote sobre la zona de exclusión aérea sobre Libia para frenar la represión de la revuelta.

El embajador libio adjunto en la ONU, Ibrahim Dabbachi, que presentó su deserción, ha hecho hincapié en la necesidad de la intervención de la comunidad internacional y  ha afirmado que su país necesitaba una resolución en las próximas 10  horas porque si no, se producirá "un verdadero genocidio".

La batalla entre los rebeldes y los partidarios del líder libio cerca de Ejdabiya se ha cobrado la vida este jueves de al menos 30 personas, entre mujeres, niños y hombres mayores, según la televisión Al Arabiya que cita a un testigo. Al parecer serían todos civiles y no miembros de las fuerzas rebeldes.

La ofensiva en torno a Ejdabiya se viene desarollando en los últimos días. El miércoles las tropas de Gadafi lanzaron un ataque aéreo contra esta localidad en el que murieron al menos 26 personas.

También en el oeste, las tropas pro-Gadafi atacaron el miércoles la localidad de zenten, a 145 kilómetros de Trípoli.