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'Vivir para siempre', una película hispano-británica que supone la confirmación de Gustavo Ron

  • El director madrileño dirige un drama optimista sobre niños con leucemia
  • El reparto está encabezado por Ben Chaplin (La delgada línea roja)

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Días de cine - 'Vivir para siempre', de Gustavo Ron

Vivir para siempre (2010)

  • Dirección: Gustavo Ron
  • Guión: Gustavo Ron (sobre la novela Esto no es justo)
  • Reparto: Robbie Kay, Alex Etel, Ben Chaplin, Emilia Fox, Ella Furnell, Phylida Law, Natalia Tena.
  • Música: César Benito
  • Productores: Martyn Auty, Javier Gazulla (hispano-británica)
  • Distribuidora: European Dreams Factory

Cinco hechos sobre el protagonista de Vivir para siempre: 1) se llama Sam; 2) tiene doce años; 3) recopila historias y hechos fantásticos; 4) tiene leucemia; 5) cuando veas lo que cuenta él probablemente ya estará muerto.

A partir de esa premisa y con un estilo inspirado en el cine indie, el director español Gustavo Ron (Madrid, 1972) construye su segundo largometraje, una coproducción hispano-británica que se basa en el libro Esto no es justo (Ed.Umbriel, Ways to live forever en su versión original), de Sally Nichols.

Sam (Robbie Kay, que ahora rueda Piratas del Caribe 4) relata a través de su videocámara y su libreta la evolución de su vida tras salir del hospital, donde ha sido ingresado para recibir tratamiento contra la leucemia.

Allí conoce a Felix (Alex Etel, protagonista de Millones, de Danny Boyle), que le ayudará a intentar cumplir varios sueños antes de morir: batir un récord del mundo, volar al espacio, beber alcohol, salir de marcha, fumar un cigarro, ver una película de terror para mayores, besar a una chica...

"La película no va sobre la muerte, sino sobre la vida, porque la muerte no es sino un momento en la vida -defiende Ron-. La experiencia que tengo con esta película es que a la gente le levanta el ánimo".

La película es "absolutamente british", según reconoce su director

La cinta está rodada en inglés, en Inglaterra (Newcastle, para más señas) y Galicia, y con un reparto casi por entero inglés (sólo la harrypotteriana Natalia Tena y José Luis García Pérez ponen el toque hispano). Un largometraje de alma británica, sin duda. "Absolutamente british", reconoce su director. Y muy arriesgado.

Arriesgado porque presenta la mirada de dos niños que se asoman a la muerte, de una gran carga emocional, y lo hace desde un buscado optimismo.

Se trata, así, de una película familiar bienintencionada y con buenos sentimientos, en la que el riesgo de pasar la línea entre lo emocionante y lo melodramático está a la vuelta de cada punto de giro, algo que -la sensibilidad va por barrios- el arribafirmante cree que sucede en algunos momentos.

Una cásting de primer nivel

Sin embargo, la película posee numerosas virtudes, empezando por un reparto de altura (a los protagonistas se unen Ben Chaplin y Emilia Fox y la joven promesa Ella Furnell) y un trabajo técnico de calidad (tras la música y la fotografía se percibe un gran trabajo).

Se aprecia que detrás del filme hay un director con enorme oficio que ha progresado mucho desde su primer largometraje (Mia Sarah). Y que tiene un prometedor futuro por delante. Eso sí, con un ADN que bebe poco del cine español y pivota más hacia lo anglosajón.

Y a quien le acuse de sensiblería, replica: "No estoy de acuerdo. Sensiblera es una película ñoña, melodramática, que te habla de cosas absolutamente flojitas, y esta película no lo es".

En opinión del director, Vivir para siempre "te habla de temas duros, claros, y que van directo a lo que todos somos. Sí es suave porque no se recrea en momentos de hospital ni en momentos de muerte", reconoce, y asume que "es imposible que le guste al 100% de la audiencia".

En cualquier caso, resulta refrescante comprobar que hay toda una generación de cineastas españoles que no le tiene miedo a hacer cine de género, a volar fuera de España si es necesario y a afrontar proyectos diferentes y arriesgados. Gente con talento que no se consideran tanto artistas como artesanos que desempeñan un oficio dentro de la industria, ampliando así la oferta del cine patrio.