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El alcalde de Duisburgo se aferra a su cargo a pesar de las críticas por la tragedia de Loveparade

  • Policías y bomberos han reiterado que le advirtieron de un posible desastre
  • El alcalde asegura que no dimitirá y niega haber recibido tales advertencias
  • El funeral por las víctimas será el sábado con la presencia de Angela Merkel

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Dos días después de la tragedia de la 'Loveparade',  y mientras los familiares de las víctimas extranjeras, entre ellos los de las dos jóvenes españolas fallecidas, se hallan ya en Alemania para repatriar los restos mortales, crece la presión sobre el Ayuntamiento, la policía y los organizadores por los fallos en al seguridad de la fiesta.

La policía de Duisburgo ha salido al paso a las críticas por las medidas de seguridaddispuestas para la Loveparade' y afirma que había advertido a los organizadores de los peligros de esa multitudinaria fiesta que, según se ha conocido este lunes, ha causado ya 20 muertos tras el fallecimiento de una joven alemana que estaba herida.

La Fiscalía de Duisburgo investiga si la tragedia pudo evitarse.

El diario Süddeutsche Zeitung,  que cita fuentes internas policiales, ha informado de que en múltiples encuentros previos la policía de Duisburgo expresó claramente sus recelos a la organización.

Según esa fuente, anónima, el anterior jefe de la policía de la ciudad, Rolf Cebin, ahora jubilado,  se opuso "intensamente" a la celebración de la fiesta en Duisburgo, lo provocó una dura respuesta de un diputado del Bundestag (Parlamento) de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Thomas Mahlberg, que pidió su relevo.

El alcalde niega las advertencias

Las informaciones suceden a las duras críticas dirigidas tanto contra el organizador de la 'Loveparade', Raine Schaller, como contra el alcalde de la ciudad, Adolf Sauerland, quien sufrió un conato de agresión y fue insultado al presentarse el domingo en el lugar de la tragedia.

Sauerland, de la CDU, ha rechazado hasta ahora las múltiples peticiones de dimisión y, en un comunicado difundido el lunes, señalaba que se ponía "a total disposición" de las autoridades competentes -policiales y judiciales- para el esclarecimiento de lo ocurrido.

En declaraciones que ha publicado este martes el diario "Rheinische Post", el alcalde rechaza haber recibido advertencias por parte de los responsables de seguridad, aunque admite que sí hubo "voces críticas", como ocurre cuando se trata de organizar eventos de este tipo, recelos que "siempre se toman muy en serio".

El organizador Schaller ha criticado la actuación policial y sostiene que la tragedia se podría haber evitado,  si se hubiera abierto a tiempo las oportunas vías de evacuación al detectar que el túnel estaba abarrotado de gente.

Menos seguridad para ahorrar

Según Der Spiegel, en la organización de la 'Loveparade' no se observaron varios protocolos de seguridad, como la anchura mínima prevista para acceso y salida de emergencia.

Asimismo, se destaca en ese medio que ya en un informe preliminar se establecía que sólo podían autorizarse concentraciones en ese recinto de hasta 250.000 personas.

Pese a ello, Duisburgo autorizó la fiesta en ese lugar para ahorrarse  costes de seguridad,  ya que buscar un recinto mayor implicaba aumentar  el contingente policial, según apuntó a ese medio el presidente del  sindicato policial, Rainer Wendt.

Algunos voces subrayaron que una ciudad con escaso medio millón de habitantes y sin recintos para acoger fiestas multitudinarias, debería haber declinado acoger este evento, como lo hizo el año pasado la vecina Bochum, por no sentirse en condiciones de ofrecer la seguridad necesaria.

Además, la policía de Duisburgo ha dado a conocer este martes un nuevo  balance de heridos  del sábado, que eleva a 511 personas -frente a 342, como se informó el  domingo-, de las que 283 tuvieron que ser hospitalizadas. Uno de los  heridos aún se debate entre la vida y la muerte, según esas fuentes,  mientras que hospitalizados permanecen 43 personas.

Por otro lado, al margen de las investigaciones el funeral por los fallecidos se celebrá el sábado con la presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, quien ha interrumpido sus vacaciones para poder acudir al acto.