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Los 'tablets' canibalizarán a los pequeños portátiles y hacen temblar a los 'ebooks'

  • Ciertos usos se solapan con portátiles y ordenadores de sobremesa
  • Un estudio señala que serán los 'netbooks' los que saldrán perdiendo
  • Los ebooks, entran en una escala de rebajas ante la llegada del iPad

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"Utilizando un teclado con el iPad mi ordenador cada vez más queda relegado a realizar sólo las tareas de edición más exigentes", escribía en Twitter el fotógrafo Sven Seebeck.

La de Seebeck es una afirmación con la que probablemente estarán de acuerdo muchos de los actuales usuarios de iPad. Efecto novedad al margen es cierto -y lógico- que disponer de un iPad supone, como poco, reducir el tiempo que se dedica al ordenador de siempre. Incluso prescindir de él para según qué tareas.

Lo que se puede hacer en un iPad también se puede hacer -en general- con cualquier otro ordenador. Pero para muchas tareas el iPad juega con ventaja: está siempre disponible para ser utilizado, encendido y conectado. Y se puede utilizar en casi cualquier momento y en casi cualquier lugar (sobre todo el modelo 3G) sin necesidad de "ir al ordenador" o tener que cargar con los, como poco, dos kilos que pesa un portátil típico. Todas esas ventajas muy probablemente podrán encontrarse también en tablets de otros fabricantes.

Aunque para muchos consumidores un iPad -o cualquiera de sus inminentes competidores- no es una alternativa a los netbooks (portátiles asequibles de pequeño tamaño), según Forrester Research será a éstos a los que canibalicen los tablets.

A partir del año que viene se venderán más tablets que netbooks, al menos en EE.UU. Más aún. Según Forrester los tablets provocarán una reducción en la venta de ordenadores de sobremesa que en 2015 serán, junto con los netbook, el tipo de ordenador con una menor cuota de mercado.

Pero aún así para entonces éstos seguirán siendo los ordenadores utilizados por un mayor número de usuarios.

También perturba la tranquila vida de los ebooks

Más allá de los considerados ordenadores -entre los que Forrester incluye el iPad- la llegada del tablet de Apple también es en parte el causante de una encarnizada rebaja en los precios de los ebooks, los lectores de libros electrónicos.

Si bien los ebooks presentan algunas ventajas cuando su destino está exclusivamente enfocado a la lectura de libros electrónicos -como son uso de tinta electrónica en lugar de pantalla brillante, el precio y la duración de la batería- para muchos resulta un producto limitado por su orientación tan específica y por sus prestaciones: escasa potencia, pantalla en blanco y negro de baja resolución y la práctica ausencia de aplicaciones.

Siendo hasta ahora un segmento prácticamente monopolizado por Amazon con su Kindle, la de Jeff Bezos se ha visto obligada a recortar el precio de sus lectores de libros ante la llegada de, además del iPad que es compatible con los libros Kindle de Amazon, Nook, el lector de libros electrónicos de Barnes & Noble.

El Nook con conexión WiFi sale a la venta por poco más de 100 euros, y el modelo con 3G -además de WiFi- por poco más de 150 euros, precios al cambio.

Amazon se ha visto obligada a rebajar su Kindle

Esto no sólo supone una notable diferencia con lo que cuesta un iPad (desde 479 euros) sino además con lo que venían costando los Kindle de Amazon, que se ha visto obligada también a aplicar rebajas similares.

Estos recortes en el precio sin duda incrementan el atractivo de este tipo de productos.

Sin embargo su versatilidad no es comparable a la de un iPad de similar tamaño y que además también sirve para leer libros electrónicos tanto de Apple (iBooks) como de la propia Amazon (con la aplicación Kindle for iPad) y de Google, entre otros formatos.

Sin duda los libros electrónicos estarán entre los dispositivos más perjudicados por la llegada de nuevos ordenadores en formato tablet, más económicos y más capaces -en resumen, más atractivos- dentro de una tendencia lógica de unificar el mayor número de tareas posibles en un único dispositivo.

Un efecto que ya padecieron en su día las agendas electrónicas o PDA -y que empiezan a padecer los GPS portátiles- con la llegada de teléfonos más capaces, los smartphones.