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El general McChrystal revisó sin objeciones el artículo donde criticaba a Obama

  • Obama está "furioso" y califica de "error de juicio" el artículo
  • El secretario de Defensa lo califica de "gran error"
  • Rueda la cabeza del jefe de prensa del general
  • La Casa Blanca elude responder si cesarán a McChrystal

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Portada de la página web de Rolling Stone con la exclusiva y polémica entrevista al general Mc Chrystal.
Portada de la página web de Rolling Stone con la exclusiva y polémica entrevista al general Mc Chrystal.

El general Stanley McChrystal, responsable de las operaciones en Afganistán, ha cruzado una línea roja: criticar públicamente a su Comandante en Jefe, el presidente de los EE.UU., Barack Obama.

Y lo más grave es que lo ha hecho de forma deliberada y sus comentarios han sido recogidos por escrito. Figuran en un artículo de la revista Rolling Stone que se titula "El general desbocado".

El artículo asegura que McChrystal se sintió "bastante desencantado" con Obama en su primera reunión en el Despacho Oval. Le encontró "incómodo e intimidado" con el aparato militar y "poco comprometido" ante lo que había que hacer en Afganistán.

Fue deliberado

El editor de Rolling Stone, Eric Bates, ha desvelado en una entrevista a la cadena MSNBC que, antes de la publicación, cotejaron la información con McChrystal. El general dio su visto bueno y no puso objeción a ninguna de las citas que se le atribuyen.

Sus palabras no son por tanto fruto de un calentón o frases cogidas al vuelo y malinterpretadas. Las críticas son de tal nivel que Obama está "furioso", según fuentes de la Casa Blanca. Y el escándalo tiene envergadura suficiente como para copar las portadas de todos los medios en EE.UU.

Gran error y destitución en ciernes

Según declaró Obama este martes tras una reunión con su Gabinete, el  militar -que según la cadena CBS ha ofrecido presentar su dimisión- ha  mostrado "un error de juicio" al formular sus críticas.

"Voy  a reunirme con él. Está claro que el artículo muestra un error de  juicio (de McChrystal) pero quiero asegurarme de que hablo con él  directamente antes de tomar ninguna decisión", indicó el presidente  estadounidense.

El secretario de Defensa, Robert Gates, también se ha pronunciado en este sentido y ha declarado que el general ha cometido un "importante error y ha incurrido en un juicio desacertado en este caso". Gates no ha aclarado si exigirá su dimisión.

En la misma línea, varios senadores, entre ellos el republicano John McCain, han calificado de "inapropiadas" las palabras de McChrystal. El diputado demócrata, David Obey, supervisor del gasto militar, ha pedido públicamente la destitución del general.

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, ha dejado en el aire el cese del general, después de expresar sus dudas sobre su adecuación al cargo. "¿Está en peligro su puesto?", le han preguntado sobre McChrystal: "tendremos más que decir después de la reunión, todas las opciones están sobre la mesa".

El general vuela desde Afganistán, convocado de inmediato por el Presidente, y está previsto que le dé explicaciones mañana miércoles. De momento, su jefe de prensa, Duncan Boothby, ya ha presentado la dimisión.

El propio McChrystal ya ha expresado sus "más sinceras disculpas" y confiesa el error y "el pobre juicio" que se refleja en el artículo. También ha llamado al vicepresidente Joe Biden para reiterarle personalmente esas disculpas.

El militar y los "peleles" de la Casa Blanca

En el artículo, el general y su equipo más próximo se despachan a gusto con la administración Obama, los "peleles" de la Casa Blanca. Llaman "payaso" al asesor de Seguridad Nacional, James Jones. Juegan con el nombre del vicepresidente, Joe Biden y "Bite me", muérdeme, en venganza por las dudas que mantuvo sobre la escalada.

Desprecian al enviado especial de Obama a Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, un "animal herido", un pelmazo que tiene miedo a ser despedido, lo que le hace más peligroso.

Arremeten contra un colega, el general de tres estrellas y embajador en Afganistán, Karl Eikenberry, a quien consideran un oportunista preocupado por lo que dirán de él los libros de Historia. Eikenberry se opuso también al aumento de tropas.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, no. Y tal vez por eso es la única que sale bien parada. Y no es la primera vez que McChrystal se va de la lengua contra las "palomas". El pasado otoño, Obama ya le llamó a capítulo después de que el general arremetiera en una conferencia en Londres contra los partidarios de la retirada de Afganistán y el uso de ataques selectivos.

En el peor momento

Los comentarios de McChrystal llegan en el peor momento. Si Obama los pasa por alto, el efecto puede ser demoledor en las tropas, que ya están bastante desmoralizadas por el fracaso de la estrategia militar en Afganistán, que ni acogota a los insurgentes ni protege a la población.

Y si Obama corta por lo sano, puede levantar ampollas en sus Fuerzas Armadas y desatar la estampida de sus aliados de la OTAN, que cuestionan cada vez más abiertamente la falta de resultados y el incremento de bajas.

Sea como sea, es un mal trago para el Ejército de EE.UU. Y se suma a los múltiples problemas a los que tiene que hacer frente Obama: desde la peor crisis financiera en generaciones al peor vertido de petróleo de la historia del país.