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Llega la gran cita de la Presidencia española de la UE: la cumbre con América Latina

  • Se espera cerrar distintos acuerdos comerciales con América Central
  • El cambio climático y la lucha contra el narcotráfico, los grandes ejes

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Las medidas de reducción de los déficits no supondrán una merma en la colaboración con los países latinoamericanos

En pleno proceso de reinvención política y económica de la Unión Europea, llega el turno de revisar las relaciones con América Latina y Caribe, que no terminan de arrancar desde que, en 1999, se firmara el acuerdo de asociación estratégica entre ambos.

Precisamente el objetivo de la cita que arranca este lunes en Madrid es el de impulsarlas.  Algo esencial en un momento en el que los Veintisiete todavía no han dejado atrás la crisis y Latinoamérica se encuentra en la senda del crecimiento económico. De hecho, el Fondo Monetario Internacional prevé que para 2010 su PIB regional se incremente un 4%.

Pero más allá de la economía, esta cumbre tiene un aire distinto al resto de encuentros con otros aliados europeos. En primer lugar por los estrechos lazos históricos que existen entre Latinoamérica y España -que ejerce la presidencia rotatoria del Consejo-. Pero también porque va a ser la "gran cita" del semestre español al frente del grupo.

Sin duda, la de mayor relevancia internacional y en la que el Gobierno ha puesto todas sus fuerzas para conseguir obtener resultados positivos de la misma. No hace falta recordar que América Latina es una de las grandes prioridades del semestre, y también de la política exterior española.

A estas horas el optimismo es la nota predominante en la Presidencia española, pero todo puede pasar durante los próximos tres días en los que se celebrarán distintas reuniones de carácter subregional -que han empezado ya con la reunión UE-México en Cantabria-. Algo que viene impuesto por la fuerte división que existe dentro del bloque latinoamericano.

En la cumbre no se descarta que surjan asuntos no incluidos en la agenda oficial, como la situación de los derechos humanos en Cuba.

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha dicho que si surge el debate cubano se abordará con toda normalidad, aunque el Gobierno no tiene intención de plantear en este foro su propuesta de cambiar la posición común de la UE hacia Cuba. Además, De la Vega se ha mostrado convencida de que nada ni nadie enturbiará las reuniones.

Ampliar el área de libre mercado

La mirada está puesta en los acuerdos o avances a los que se pueda llegar con Mercosur, América Central y la Comunidad Andina.

Este lunes le tocará el turno a Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), una vez que se han reabierto las conversaciones para un acuerdo de asociación, después de que en 2004 quedaran suspendidas. La intención es seguir avanzando en ellas, para conseguir el mayor área de libre comercio que exista en el mundo.

De hecho, según la Comisión Europea, un acuerdo supondría un beneficio económico para las partes de 4.500 millones de euros anuales.

Sin embargo, habrá que vencer multitud de reticencias en el camino. En especial de Francia, que teme por la viabilidad de su agricultura. Algo que, en cierto modo, también ocupa y preocupa a Irlanda, Grecia, Hungría, Austria, Luxemburgo, Polonia y Finlandia. Aunque dentro del bloque de Mercosur, también Argentina recela de este acuerdo, ante la posibilidad de perder su hegemonía comercial en el continente.

Derechos humanos como garantía

Pero la gran baza de la Presidencia está en la cita del miércoles con América Central, con quien se espera cerrar un acuerdo de asociación que todavía está siendo negociado. En él se incluye una cláusula transversal que permitiría a la UE suspender el acuerdo si hubiera violación de derechos humanos o se interrumpiera la normalidad institucional o la gobernabilidad de alguno de los países firmantes.

Sin embargo, las cuestiones comerciales son las que tienen más dificultades. En especial en el aspecto de abrir comercialmente mercado centroamericano a algunos productos lácteos, textiles y las llamadas indicaciones geográficas.

La tercera baza es la de los países andinos, Perú y Colombia, con quienes se va a firmar un acuerdo de libre comercio. Estará abierto a otros Estados de la zona, y tendrá un fuerte componente de "diálogo político y de cooperación".

Además, la Unión Europea quiere asegurarse del cumplimiento de los derechos humanos en la zona. Por eso, se va a incluir una "cláusula de supervisión" que permitirá suspender el tratado si no se respetan.

Cumbre global UE- América Latina

Más allá de los logros que se puedan conseguir en estas cumbres birregionales -entre las que habrá otra con México y con el Caribe- está la sesión plenaria con todos los países que componen América Latina.

Ya se trabaja en la declaración final, en la que se hablará de la forma en la que ambos pueden trabajar para superar la crisis económica y reformar el sistema financiero internacional. Pero habrá mucho más todavía.

Bajo el lema: "innovación y tecnología para el desarrollo sostenible y la inclusión social", esa declaración reafirmará el compromiso de las partes para trabajar de forma conjunta en cinco áreas: ciencia, tecnología e innovación; medioambiente, cambio climático y energía; integración y cohesión regional; educación y empleo; inmigración y lucha antidrogas.

Un completo plan de acción en el que los Veintisiete se comprometerán a ayudar a América Latina con inversiones hechas gracias a la ayuda al desarrollo. Una manera en la que, esperan, ayudar a disminuir las desigualdades sociales existentes y a afianzar el sistema democrático en la zona.

Veremos qué es lo que ocurre, porque España se la juega al todo o nada durante los próximos tres días. Todos los ojos estarán puestos en Madrid a uno y otro lado del Atlántico. Y en lograr buenos resultados se juega el Gobierno buena parte del crédito de la presidencia rotatoria de la Unión.

Sea como sea veremos a prácticamente todos los líderes europeos y latinoamericanos. No estarán, sin embargo, el cubano Raúl Castro -que nunca viaja a este tipo de actos y en esta ocasión envía a su ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez-, el venezolano Hugo Chávez -por motivos personales y de agenda- ni tampoco el uruguayo José Mújica -por recomendación médica-.

Todos ellos han viajado a Madrid gracias a que el hondureño Porfirio Lobo accedió a no participar en la Cumbre del martes y hacerlo el miércoles con América Central. Todo después de que los miembros de la Unasur amenazaran con boicotear la cita si asistía un presidente al que no reconocen.