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Barack Obama apela al voto en conciencia en el 'día D' de la reforma sanitaria

  • La Cámara de Representantes afronta la votación final este domingo
  • El portavoz de los demócratas en el Senado asegura que tiene los votos
  • Aroma de victoria en una jornada histórica

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Llega el 'día D' de la reforma sanitaria de Obama

"No lo hagáis por mí, ni por el partido Demócrata; hacedlo por el pueblo americano", ha pedido Obama a sus congresistas. Ha apelado al voto en conciencia, a aprobar la reforma sanitaria por la gente que necesita ayuda, por principios, porque "es lo correcto".

Como el canto del gallo bíblico, Obama ha citado tres veces al presidente Abraham Lincoln, uno de sus modelos: "no estoy obligado a ganar, estoy obligado a ser honesto". Una llamada a responder ante los electores y no las encuestas o los cantos de sirena de la oposición.

Reconoce que la reforma "no es perfecta, no soluciona todos los problemas". No lo ha citado, pero el proyecto no da cobertura a los más de 11 millones de inmigrantes sin papeles. Aún así, Obama recuerda que es el mayor avance en décadas, "es uno de esos momentos en que es posible transformar las promesas electorales en hechos".

Aroma de victoria y garantías del Senado

Es el último impulso del Presidente para convencer a los indecisos -una docena- y sumar los 216 votos necesarios para aprobar la ley. Y en el "caucus" o asamblea de los demócratas de este sábado se ha percibido el aroma de la victoria en ciernes. 

Los líderes han insistido en que tienen suficiente respaldo para aprobar el proyecto. Nadie ha dicho que cuenten con las firmas, por escrito, algo muy posible, pero hasta que no se produzca la votación, no es posible constatarlo.

Obama estaba exultante, con la respiración entrecortada del que acaricia un triunfo que se le ha escapado durante un año, con la anticipación de un éxito en el que fracasaron todos sus predecesores desde Teddy Roosevelt a principios del siglo pasado.

La excitación era compartida por todos los líderes del partido Demócrata. Desde la presidenta de la Cámara Baja, la "speaker" Nancy Pelosi, al portavoz de la mayoría, Steny Hoyer, que una vez más ha asegurado "creemos que tenemos los votos".

Más aún, el portavoz demócrata en el Senado, Harry Reid, ha garantizado que tiene el compromiso de una "buena mayoría de senadores" para aprobar las enmiendas que introduzca la Cámara Baja. De hecho, constan sus firmas en una carta. Es la promesa que hacía falta para calmar la desconfianza de los diputados con respecto a sus colegas en la Cámara Alta. Es la garantía de que no habrá trampas.

Un día histórico para "terminar el trabajo"

Este domingo, Estados Unidos vive una jornada histórica. La Cámara de Representantes realiza la votación final sobre el proyecto para reformar la Sanidad. En realidad serán tres votaciones a partir de las 2 de la tarde: una para aprobar el reglamento del debate -dos horas-, enmiendas y votación; otra para dar el visto bueno a las enmiendas de la Cámara de Representantes y una tercera para aprobar la ley del Senado en la que se basan".

Finalmente, no hay "trucos" parlamentarios; se ha descartado el "deem and pass", una vía para aprobar una ley de modo implícito, al dar el visto bueno a sus enmiendas o el reglamento. Será una votación directa en la que todos se retraten. Si se aprueba la reforma, estará lista para la firma del Presidente. Aunque es "teóricamente" necesario que el Senado de luz verde a las enmiendas por mayoría simple para completar el proceso.

Una reforma que extiende la cobertura médica a 32 millones de ciudadanos. Se trata de acabar con los abusos de las aseguradoras, que rechazan a los clientes en función de su historial médico o les cancelan la póliza en el momento más crítico. Se trata de poner coto a un gasto que amenaza con estrangular las finanzas públicas y privadas.