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Obama vuelve a pedir unidad política por la reforma sanitaria

  • Pide la unidad que los ciudadanos han tenido en los JJ.OO. de Vancouver
  • Con ese espíritu, asegura, se puede lograr la reforma sanitaria

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OBAMA HABLA SOBRE LA INICIATIVA DE LA CASA BLANCA PARA LOS COLEGIOS Y UNIVERSIDADES PARA LA GENTE DE COLOR
Obama en la Casa Blanca (26/2/2010)

El presidente de EE.UU., Barack Obama, pidió este sábado de nuevo unidad a los demócratas y republicanos para aprobar finalmente la reforma sanitaria, porque, insistió, no se puede perder "la oportunidad de estar a la altura de este desafío".

En su tradicional discurso radiofónico, el mandatario ha hecho este llamamiento después de que en la cumbre de la Casa Blanca del jueves quedaran patentes los desacuerdos que mantienen ambos partidos sobre la reforma sanitaria.

Para ello, Obama destacó la unidad que ha habido entre los estadounidenses con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno en Vancouver (Canadá) y la alegría compartida por las medallas que ganaron los deportistas del país.

Esa unidad, lamentó, es más difícil de lograr cuando se trata de desafíos más complicados, sobre todo en la capital estadounidense.

Es más fácil hablar de unidad que conseguirla

"Me doy cuenta de que es más fácil hablar de unidad que conseguirla, especialmente en Washington. Pero, si queremos competir en primera línea, al igual que lo hemos hecho en los Juegos Olímpicos, entonces tendremos que encontrar terreno común; necesitamos superar las disputas y los juegos que nos paralizan y bloquean el progreso de los estadounidenses", ha afirmado.

"Sabemos que podemos hacerlo", ha agregado Obama, al recordar, a modo de ejemplo, que la semana pasada demócratas y republicanos aprobaron juntos en el Senado un proyecto para generar empleo.

Obama pide el mismo espíritu que aprobó el proyecto de empleo

"Necesitamos este mismo espíritu y bipartidismo para aprobar por fin la  reforma" sanitaria, insistió.

En este contexto, se refirió a la cumbre sobre la reforma sanitaria que celebró el jueves en Blair House, frente a la Casa Blanca, y en la que participaron más de cuarenta legisladores demócratas y republicanos.

La cita concluyó sin que se aproximaran posiciones y con la declaración de Obama de que está dispuesto a seguir adelante únicamente con el apoyo demócrata, sin la oposición republicana, si es necesario.

En ese encuentro, se trataron los diferentes aspectos de la reforma, como el control de los costes, la reforma de los seguros médicos, la ampliación de la cobertura a los cerca de 30 millones de estadounidenses que carecen de ella y el recorte del déficit presupuestario.

Hubo áreas en las que los republicanos y los demócratas estaban de acuerdo y otras en las que había diferencias, algunas de las cuales se podrán resolver y otras no, señaló el presidente estadounidense.

Los republicanos reclaman que se vuelva a comenzar desde el principio en la reforma, tras cerca de un año de negociaciones, algo que rechazan los demócratas.

La reforma sanitaria, la gran prioridad legislativa del presidente Obama, se encuentra estancada en el Congreso desde que el pasado enero los demócratas perdieron la "supermayoría" en el Senado.

Obama asegura que no se puede perder la oportinudad

Obama resaltó en su discurso que la ley sobre la reforma sanitaria que salga aprobada no será perfecta para todo el mundo, sin embargo, añadió: "También creo que no podemos perder la oportunidad de estar a la altura de este desafío".

Ha llegado la hora de unirnos

"Ha llegado la hora de unirnos, de actuar y ha llegado la hora para nosotros aquí en Washington de cumplir las responsabilidades que tenemos con los estadounidenses y las futuras generaciones; hagámoslo" ahora, concluyó el mandatario.

Para intentar dar un nuevo impulso a esa iniciativa, Obama presentó el pasado lunes una nueva propuesta que combina los dos proyectos de ley que ya aprobaron las respectivas cámaras del Congreso, el Senado y la Cámara de Representantes, y que incluye límites a las subidas de las pólizas que las aseguradoras pueden imponer a sus clientes.

Los republicanos se oponen a la medida tal y como está prevista en ambos proyectos de ley y reclaman al presidente estadounidense que se comience la negociación desde cero.

Si no se consiguen aproximar posturas, los demócratas parecen encaminados a ir en solitario y optar por un procedimiento legislativo especial, conocido como "conciliación", para aprobar la reforma.

Los demócratas sólo necesitarían una mayoría simple en el Senado, 51 votos, para aprobar la medida.