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Los civiles pakistaníes huyen en masa del valle del Swat tras el levantamiento del toque de queda

  • El ejército levanta el toque de queda durante siete horas para facilitar la salida de civiles
  • La operación en el valle del Swat tiene como objetivo frenar la insurgencia talibán en la zona
  • Los combates han provocado un éxodo de un millón de personas que huyen de la violencia
  • Las ONG alertan del riesgo de desbordamiento de los campos de refugiados

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Crisis humanitaria en Pakistán

El ejército pakistaní ha ordenado el éxodo de civiles en varios puntos del valle del Swat, para lo que han rebajado el toque de queda que ha obligado a miles de personas a permanecer en sus hogares, que en estos momentos se encuentran en el fuego cruzado entre el Gobierno de Islamabad y los talibanes, que han conseguido hacerse fuertes en esta zona, a unos 130 kilómetros al noroeste de la capital.

El país, que cuenta con un arsenal nuclear, espera frenar la creciente insurgencia talibán en la región, que en otro tiempo fue un polo de atracción turística, y poder acallar las críticas provenientes de Estados Unidos, que acusan al país de excesiva permisividad con los talibanes.

Alrededor de 200 militantes han sido asesinados en los combates en los últimos días, según informan fuentes militares pakistaníes, cifra que no ha podido ser comprobada por otro medios.

Éxodo masivo en el valle

A causa de los combates, cientos de miles de civiles han tenido que abandonar el valle en la última semana. Se calcula que podrían ser medio millón, que se unirían a los 555.000 que ya se han refugiado en otras regiones desde el pasado mes de agosto.

Un portavoz militar, Nasir Khan, ha declarado a la agencia Reuters que han "ordenado a la población civil de cuatro distritos que abandonen las áreas". "Disponen de siete horas para salir porque tenemos que atacar los escondites allí", ha agregado.

El ejército se ha embarcado en una ofensiva a gran escala el jueves, cuando el Gobierno ordenó el desmantelamiento de los bastiones talibanes en la zona.

Los duros combates han empujado a miles de civiles al éxodo, aunque el toque de queda impuesto dejó a cientos de miles de ellos atrapados en el fuego cruzado.

El levantamiento parcial del toque de queda por siete horas ha desatado una nueva avalancha humana, aunque el transporte se ha complicado porque el ejército no permite que los vehículos entren al valle.

Zubair Khan, un vecino de Mingora, la mayor ciudad del valle, ha dicho que "todo el mundo quiere salir de este infierno". "Algunos están saliendo en coche mientras muchos de ellos lo hacen a pie. No saben hacia dónde se dirigen, pero permanecer aquí supone morir".

Guerra sin cuartel en Mingora

Los helicópteros y los aviones han atacado los escondites talibanes en Mingora y otras zonas en Swat el domingo, según ha confirmado Nasir Khan, que ha añadido que no dispone de datos sobre bajas entre los soldados.

"Es una dura batalla. Están operando en pequeños grupos. No mantienen una batalla campal pero luchan cerca de ellos, presionándolos para cortar sus líneas de suministros".

Nasin Khan ha agregado que han cortado el acceso a los vehículos al valle porque los soldados temen que puedan servir para transportar refuerzos para los talibanes. Los propios civiles confirman que quienes disponen de vehículos han disparado las tarifas para los que quieren salir del valle.

Un profesor de la región, Mohammed Shahnawaz, ha confirmado que "hay pocos vehículos y están pidiendo precios más altos". "¿Cómo puedo llevarme a mis hijos, a mi esposa y a mi anciana madre a un lugar más seguro? Nadie piensa en la humanidad, el dinero es la religión".

Riesgo de crisis humanitaria

Muchos de los desplazados se alojan en casas de amigos y familiares o alquilan sitios, aunque las agencias humanitarias y oficiales temen que si la situación se prolonga tendrán que montar tiendas en los campos de refugiados, con el riesgo de desbordar los recursos disponibles.

El grupo de ayuda humanitaria World Vision ha desvelado que las condciones en los campos son "intolerables" a pesar de los esfuerzos coordinados entre las ONG y el Gobierno pakistaní.

"Puede que no seamos capaces de cubrir las necesidades básicas de los refugiados al llegar si se continúa de esta forma", ha afirmado Jeff Hall, responsable de la ONG.

Por otro lado, las fuerzas de seguridad han matado a 24 insurgentes talibanes en un ataque en la región de Mohmand, fronteriza con Afganistán el pasado sábado por la noche, después de que los talibanes intentaran atacar un cuartel de los paramilitares, según ha informado una fuente oficial pakistaní.