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Lluís Montoliu, experto en edición genética: "Estamos ante un delito denunciable y perseguible"

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Los expertos advierten sobre posibles consecuencias tras anunciar China los primeros bebés modificados genéticamente

El anuncio por parte del genetista chino He Jiankui de la creación de los primeros bebés modificados genéticamente del mundo ha provocado censura y estupefacción a partes iguales en la comunidad científica internacional. No solo por el procedimiento empleado, que está lejos de ajustarse a los códigos y estándares aceptados, sino también por la grave falta de responsabilidad que ha caracterizado al experimento.

La técnica de edición genética con la que se ha llevado a cabo, denominada CRISPR, es una de las más prometedoras en el ámbito de la medicina. Sin embargo, su desarrollo está aún en una fase muy incipiente, y a ningún científico escapa el elevado riesgo de mutaciones secundarias que conlleva. Sin ir más lejos, un estudio publicado recientemente en la revista Nature Medicine relacionó a las células manipuladas con una mayor probabilidad de cáncer.

"Es una irresponsabilidad colosal", opina Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y experto en CRISPR, "de ser cierto lo que este científico chino afirma, no solo se ha cruzado la línea roja de crear seres humanos mediante una técnica que no controlamos, sino que se ha cruzado otra segunda línea roja igual de importante que es el uso de la mejora genética en vez de terapéutica. No están curando a las personas, sino creando personas con capacidades distintas".

"Son muchas las posibles consecuencias inesperadas. El ADN cuenta con herramientas de reparación naturales que entran en funcionamiento ante cualquier agresión", continúa narrando el científico español a RTVE.es, "si de verdad el experimento se ha llevado a cabo, no tenemos claro cuál van a ser sus efectos". "Hay dos premisas básicas en el desarrollo de cualquier terapia: eficacia y seguridad

, y en este caso la seguridad no se ha cumplido", valora. "El riesgo es enorme, y por lo tanto estamos ante un delito denunciable y perseguible".

“Un 95% de fallos"

El investigador español asegura que en la actualidad la técnica CRISPR ofrece “un 95% de fallos” y que por esa razón su uso en humanos está prohibida en la mayoría de los países, incluidos los de la Unión Europea y Estados Unidos. "Ese es uno de los grandes problemas, que no sabemos cómo gestionar ese 95% de los casos que no salen como preveíamos o cuyo resultado es incluso peor que lo que queríamos corregir".

Montoliu no oculta su escepticismo ante el anuncio realizado por He Jiankui, ya que sus afirmaciones son difícilmente comprobables. A diferencia de lo que es habitual, ninguna publicación científica ha mostrado los resultados de la investigación. Además, la noticia llega justo antes de la celebración en Hong Kong de la segunda Cumbre Internacional sobre Edición del Genoma Humano, lo que dispara aún más las sospechas.

“He Jiankui tiene empresas, legítimas eso sí, pero relacionadas con este asunto, por lo que tiene intereses económicos al respecto", asegura Montoliu. "Por lo tanto, podría ser más un anuncio que una comunicación científica". "Creo que ha abierto la caja de Pandora y no sé si realmente será consciente de ello, porque ahora sus empresas se enfrentan a un posible proceso de demandas".

El genetista chino He Jiankui ha anunciado que su equipo ha creado los primeros bebés modificados genéticamente del mundo: dos gemelas cuyo ADN ha sido alterado con la técnica de edición CRISPR para mutar un gen y hacerlas inmunes al virus VIH, causante del sida. La alteración del gen se produjo mediante la "terapia génica de FIV", que está asociada a la fecundación in vitro. La edición genética se realizó utilizando la herramienta conocida como CRISPR-cas9, que a grandes rasgos funciona realizando un corte en la secuencia del ADN para deshabilitar un gen específico. El trabajo aún no ha sido confirmado ni revisado de manera independiente por la comunidad científica internacional. Si finalmente se demuestra, cruzaría una nueva frontera en el campo de la medicina y de la ética.

Una posibilidad técnicamente viable desde hace tiempo

La experimentación genética con embriones humanos era una posibilidad técnicamente viable desde hace tiempo. De alguna manera, la comunidad científica era consciente de que se materializaría tarde o temprano, aunque en este caso parece haber sucedido demasiado pronto y de una manera precipitada. Por ello, muchos científicos como Montoliu, que es miembro del Comité de Ética del CSIC, piden un consenso de mínimos para evitar anuncios como el que ha llegado desde China.

"No seamos ingenuos, si puede hacerse, va a hacerse", opina. "Pero es algo que atañe a los derechos humanos básicos, y por tanto debería haber una base legal al respecto, supervisada por la ONU. Las legislaciones tienen que cambiar en todo el mundo para que algo así, en estas condiciones de inseguridad, no se permita".

"Experimento monstruoso"

La condena de la comunidad científica internacional ha sido unánime. "Si es cierto, este experimento es monstruoso", ha asegurado a Reuters Julian Savulescu, director del Centro Uehiro de Ética Práctica, de la Universidad de Oxford.

Al describir el experimento realizado por He Jiankui, Savulescu asegura que "estos bebés sanos están siendo utilizados como conejillos de indias genéticos. Se trata de una ruleta rusa genética ".

"Es demasiado pronto"

En la misma linea, el doctor Kiran Musunuru, un experto en la materia de la Universidad de Pensilvania, que no tiene ninguna relación con el experimento, lo considera falto de ética. "Todavía tenemos mucho trabajo por delante para probar y establecer que el procedimiento es realmente seguro. Ningún bebé debería nacer haciendo uso de esta tecnología de edición genética. Es demasiado pronto y demasiado precipitado", valora al respecto Musunuru.

"Tenemos que valorar los beneficios potenciales con los riesgos potenciales para los pacientes. En los casos en que los riesgos son sustancialmente mayores, algo que creo ocurre en este caso, no es ético", dice Musunuru.

"Grave violación de la ética académica"

La propia Universidad de Shenzhen, a la que He Jiankui está vinculado, no ha tardado en emitir un comunicado público para desvincularse del trabajo de este científico. El centro académico asegura que se encuentra en excedencia sin sueldo desde el pasado mes de febrero, y que ellos no tenían conocimiento de este experimento, al que consideran una "grave violación de la ética académica y de las normas".

También ha manifestado que creará un comité independiente de expertos para investigar lo sucedido.