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Jornada 2 | Atlético 1-0 Rayo

Griezmann evita que el Rayo estropee la fiesta del Atlético

  • Un solitario gol del delantero galo tras un saque de esquina deja los tres puntos en el Wanda Metropolitano
  • Los colchoneros han ofrecido la Europa League y la Supercopa al público y los franceses el cetro del Mundial de Rusia
  • Datos y estadísticas del Atlético de Madrid 1-0 Rayo Vallecano

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Antoine Griezmann celebra el primer gol del equipo rojiblanco durante el encuentro.
Antoine Griezmann celebra el primer gol del equipo rojiblanco durante el encuentro.

Ficha técnica:

1 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran (Thomas, m.35), Savic, Godín, Lucas; Correa, Rodri, Saúl, Lemar (Koke, m.65); Griezmann (Gelson Martins, m.75) y Diego Costa.

0 - Rayo Vallecano: Alberto; Advíncula, Abdoulaye Ba, Amat, Alex Moreno; Gorka Elustondo; Kakuta (Pozo, m.69), Trejo, Comesaña (Medrán, m.69), Álvaro (Moreno, m.76); y Embarba.

Gol: 

1-0, m.63: Griezmann.

Árbitro: González González (C. Castellano-leonés). Amonestó al visitante Álvaro García (m.29) y Koke (m.88).

Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante 50.000 espectadores. Antes del inicio del encuentro, Antoine Griezmann, Lucas Hernández y Thomas Lemar ofrecieron a los aficionados rojiblancos la Copa del Mundo conseguida con Francia en Rusia 2018.

Un solitario gol de Atoine Griezmann ha evitado el traspié del Atlético de Madrid frente al Rayo Vallecano. Su don del oportunismo le ha servido para marcar y conceder los tres puntos al equipo local en el día en el que el público ha podido festejar los t´tiulos de la Europa League, la Supercopa de Europa e incluso la victoria de Francia en el Mundial de Rusia 2018. [Datos y estadísticas del Atlético de Madrid 1-0 Rayo Vallecano

Con esta victoria, el Atlético suma cuatro puntos en dos jornadas de campeonato, mientras que el Rayo Vallecano encadena dos derrotas consecutivas.

Al Atlético aún le falta tiempo. Hay muchas expectativas en una plantilla imponente, pero las certezas se generan sobre el campo y, sobre todo, con resultados. El campeón de la Supercopa de Europa mantiene muchas dudas en lo primero; no en lo segundo, ganador en su puesta escena en casa porque tiene a Griezmann y a Oblak.

Da igual que el francés aún no esté a su mejor nivel físico ni técnico, que su pretemporada haya tenido los condicionantes del Mundial logrado en Rusia o que apenas hubiera entrado en juego en sesenta y tantos minutos. Tiene gol, muchísimo. Le bastó un córner de Lemar, un rechace y un balón suelto para el 1-0 (m. 63), sufrido e imposible, después, sin un par de paradas de Jan Oblak.

Un alivio para el Atlético, domado primero por la presión del Rayo. Se jugó mucho más entonces -la media hora inicial- a lo que quería el equipo franjirrojo que el bloque local, rodeado cuando dispuso de la pelota, a trompicones, sin medio metro para maniobrar ninguno de sus futbolistas en ningún lado y sin apenas conexiones.

Mérito de su adversario, que se plantó en el estadio Wanda Metropolitano zarandeado hace una semana por el Sevilla (1-4), pero sin dudas en su propuesta: desde la intensidad con la que corrió, agobió e incómodo al Atlético cuando el balón no era suyo hasta la valentía que demostró cuando se desplegó al ataque hacia Embarba.

Compacto, activo, meticuloso tácticamente en cada metro, le dio para inquietar, incluso asustar luego, al Atlético en el otro área con unos cuantos acercamientos más prometedores en el desarrollo que efectivos en el desenlace -exigió tres paradas a Jan Oblak- e incluso para sentirse como mínimo a la altura, hoy, de su oponente.

Durante todo el duelo, en el que el bloque de Diego Simeone rebuscó el nivel que se le presupone, a Antoine Griezmann entre líneas, a Diego Costa a la espalda de la defensa, a Thomas Lemar, el juego en el medio de Rodri, de vuelta al once por la suplencia de Koke, la llegada de Saúl... Y no encontró casi nada con constancia.

Nunca lo halló todo en conjunto. En el primer tiempo, apenas una jugada individual de Lemar, que soltó un derechazo raso repelido desde el suelo por Alberto García. Para entonces, una lesión de Juanfran rememoró innovaciones pasadas en el lateral derecho. Con Santiago Arias fuera de la lista, el elegido fue Thomas.

En el izquierdo no jugó Filipe Luis, relegado al banquillo por la titularidad de Lucas Hernández, mientras su futuro y su insistencia en marcharse al París Saint Germain entran en un momento definitivo, a seis días ya del cierre del mercado. En el once inicial en Valencia, cuando su compañero fue baja, volvió a la suplencia.

Empatado al descanso, el Atlético ya sí mandó en el segundo tiempo. Mientras el Rayo bajó el rendimiento físico, inaguantable para un partido entero, más aún en momentos tan tempranos del curso, ya sin la frescura que le permitió acechar tanto a sus rivales en cada sector del campo, el equipo local subió algunas revoluciones.

También su ambición, sin nada del otro mundo en cuanto a fútbol, pero suficiente para redirigir ya el encuentro al campo contrario, escenario de un ejercicio de más insistencia que desborde, de mas intención que ejecución, de una carrera contrarreloj en la que corría el tiempo y ni siquiera había encaminado aún su victoria.

Es más, ni siquiera había creado más que una oportunidad, el tiro de Lemar en el primer tiempo, en una hora ya de partido, sin una sola noticia de Griezmann. Y eso es un déficit incalculable para el Atlético, menos Atlético sin su fútbol y sus goles, reencontrados de pronto, en un saque de esquina, oportuno para remachar con la zurda y para firmar por enésima vez un triunfo que estuvo en duda hasta los últimos instantes, cuando apareció un decisivo Jan Oblak.