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Tour de Francia 2011 | Etapa 18ª

La valentía de Andy Schleck le acerca al amarillo y castiga a Contador

  • El pequeño de los hermanos Schleck lanzó el ataque a 60 kilómetros de meta
  • Evans tuvo que ser el encargado de recortar diferencias y mantener vivo el Tour
  • Un gran Voeckler mantiene aún el liderato con 15'' de ventaja sobre Andy
  • Mala jornada para los españoles, Contador cedió 3'50'' y Samuel Sánchez 4'42''
  • 'El Tour según Carlos Sastre': Andy Schleck ha jugado a ganar

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Contador se desfonda en el Galibier

Desde el día dos de julio en el que arrancó el Tour de Francia 2011, la actitud de los hermanos Schleck era el centro de las miradas y de las críticas por parte de un amplio sector de la prensa (RTVE.es incluído) que exigía que movieran la carrera si realmente querían ganar este Tour. Pues la réplica ha llegado en el momento apropiado. Andy Schleck ha sido valiente en los Alpes y gracias a un ataque lejano, como los de antes, a 60 kilómetros de la meta y con dos ascensiones por delante. [Clasificaciones del Tour de Francia]

El ritmo impuesto desde su ataque ha llegado a vestirle de amarillo virtualmente durante muchos minutos (su ventaja llegó a superar los 4 minutos) y tan solo el carácter y la garra de un Cadel Evans entregado ha evitado que la carrera se sentenciara a falta de cuatro días. El australiano ha dejado abierta la ronda gala.

La increíble persecución del australiano en las rampas del Galibier ha propiciado también que el líder Voeckler aguante otro día más al frente de la clasificación al mismo tiempo que ha condenado a los dos ciclistas españoles con más opciones: Alberto Contador y Samuel Sánchez.

El corredor madrileño ha llegado con 3'50'' de retraso respecto al vencedor Schleck mientras que el asturiano se ha dejado 4'42''. En la general, Contador sigue séptimo pero ahora a 4'44'' y Samuel Sánchez es octavo a 5'20'.

El Leopard da una lección de estrategia ciclista

Todo comenzó en la subida al 'Col d'Izoard', ahí fue donde Andy atacó pero la estrategia se había empezado a fraguar desde mucho antes. En la escapada que se formó a los pocos kilómetros de darse la salida, el equipo Leopard metió a dos hombres en la fuga: Posthuma y Monfort.

Con los dos escapados y cuando el Europcar llevaba al pelotón bajo un ritmo tranquilo, el equipo luxemburgués puso a J. Voigt y a S. O'Grady a tirar para que la carrera se tensara. Andy miró tres o cuatro veces hacia atrás y cuando se decidió lanzó el hachazo.

Andy Schleck ataca a 60 km. de línea de meta

Al ataque no respondió nadie, ni uno solo de los Contador, Evans, Basso, etc. pensando tal vez en la gran distancia que faltaba hasta la meta en el Galibier.

Rápidamente el pequeño de los Schleck comenzó a abrir hueco. En las últimas rampas no necesitó ni la ayuda de su compañero Posthuma, que se había parado a esperarle, ya que su ritmo era mucho más alto. Andy coronó el puerto con algo más de dos minutos de ventaja sobre el grupo del maillot amarillo.

En el descenso y el posterior terreno llano hasta que comenzara la subida al Lautaret, todos pensaban que la unión del pelotón recortaría la desventaja. Sin embargo Andy, junto a su compañero Monfort y al resto de fugados que resistían por delante, elevaron la ventaja hasta más allá de los cuatro minutos.

Evans tuvo que sacrificarse porque se le iba el Tour

Por atrás reinaba el caos. Saxo Bank y Euskaltel eran los que trataban de tirar pero su ritmo no era lo suficientemente bueno y los 'capos' de la carrera miraban a Evans como diciendo '¡Tira tú!'

Así se llegó a la última ascensión y el australiano tiró de casta. Con un ritmo constante pero efectivo, Evans empezó a recortar tiempo. En un kilómetro la ventaja descendió 30 segundos y ahí comenzó a descolgarse Samuel Sánchez.

A sus 34 años, Cadel sabía que necesitaría darlo todo para evitar que se esfumaran sus opciones este año y volvió a apretar los puños sobre el manillar. A 8 kilómetros de la meta, ya en pleno Galibier, la distancia era de 3'30''.

Faltaban pocos kilómetros para el final, la distancia se recortaba de manera lenta pero constante y todos (por lo menos en España) esperaban el ataque de Alberto Contador que sentenciara a Evans y le acercara un poco a Andy aunque no fuera posible cazarle.

Desgraciadamente sucedió todo lo contrario. El de Pinto no iba bien ni mucho menos y, tras hacer la goma un par de veces, se quedó cortado.

La 'Armada Invencible' de los españoles (Alberto-Samuel) naufragaba por el Galibier y Evans, Frank Schleck, Voeckler, Rolland y Basso dieron su último aliento sobre la bicileta. El francés Voeckler apretaba porque veía factible mantener el maillot amarillo como así fue al final, Evans se desfondaba para acercar a Andy y alejar a Contador, y Frank se levantaba sobre la bici para conseguir el segundo puesto, el doblete soñado en la cima soñada.

Andy celebraba con rabia una victoria que deseaba

Y llegó el premio merecido para el valiente de Andy Schleck. Su gesto de rabia en la celebración demostraba la importancia de la hazaña conseguida.

La guinda la puso su hermano entrando segundo a 2'07''. El vestirse de amarillo hubiera sido inmejorable pero Voeckler cruzó la meta a 2'21''. Antes habían entrado Evans a 2'15'' y Basso a 2'18'. Contador llegaría con 3'50'' de retraso y Samuel Sánchez con 4'42''.

Así concluyó la etapa reina que homenajeaba al mítico Galibier. Premiando al ciclismo y a los valientes y emplazando al Alpe d'Huez al desenlace de la carrera. 

El viernes se verá una etapa propicia para los ciclistas más ofensivos, los dinamiteros del pelotón que tienen terreno suficiente para la pelea. 109,5 kilómetros entre Modane y la cima del Alpe d'Huez. Nada más comenzar, el terreno es cuesta abajo, pero a apenas 14 kilómetros comienza el ascenso al Télégraphe, sus 11,8 kilómetros al 7 por ciento de desnivel. Sin apenas descenso, el Galibier vuelve a presentarse ante los ciclistas, segundo homenaje al coloso que cumple cien años.

Un largo descenso de 46 kilómetros dejará a los ciclistas al pie del Alpe d'Huez, el puerto que les separa de la gloria o del fracaso. En sus 13,8 kilómetros tendrán la ocasión los escaladores de dar sus últimos zarpazos entre las rampas que, de media, totalizan un desnivel del 8%.