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Real Madrid 1-1 Barcelona

Empate técnico en el primer asalto de los clásicos

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Tensión, penaltis y reparto de puntos

Ficha técnica:

1 - Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Raúl Albiol, Carvalho, Marcelo; Pepe, Khedira, Xabi Alonso (Adebayor, m.66); Di María (Arbeloa, m.66), Cristiano Ronaldo y Benzema (Özil, m.57).

1 - Barcelona: Valdés; Alves, Puyol (Keita, m.57), Piqué, Adriano (Maxwell, m.80); Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro (Afellay, m.66); Messi y Villa.

Goles: 0-1, m.53: Messi, de penalti. 1-1, m.82: Cristiano, de penalti.

Árbitro: Muñoz Fernández (colegio asturiano). Amonestó a Marcelo (31) y Arbeloa (76) por el Real Madrid, y a Adriano (9), Piqué (26), Álves (78), Valdés (81) y Xavi (90) por el Barcelona. Expulsó por roja directa en el minuto 52 a Raúl Albiol.

Incidencias: encuentro correspondiente a la 32a jornada de Liga disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 79.500 espectadores.

Tensión, polémica, penaltis y reparto de puntos en el Bernabéu. No ha defraudado el primer envite del carrusel de clásicos, que, a falta de buen fútbol, nos ha dejado un cara a cara intensísimo entre dos visiones del fútbol antagónicas que se ha resuelto con dos penaltis transformados por Messi y Cristiano Ronaldo, que dejan la Liga sentenciada para el Barça. [Así ha sido el Real Madrid 1-1 Barcelona]

El Real Madrid renunció a jugar de tú a tú a su eterno rival y echó un cerrojo que maniató a los azulgrana durante toda la primera mitad pero se vino abajo cuando Albiol derribó a Villa en el área, vio la roja directa y Messi marcó desde los once metros.

Raúl Albiol derriba a Villa a los 52 minutos, y Lionel Messi marca de penalti el primer gol del partido que Real Madrid y Barcelona han empatado a un gol en el estadio Bernabéu. (16/04/2011)

Hasta entonces habían transcurrido 50 minutos de máxima tensión en el que se mostraron dos enfoques muy distantes. Como ya hiciera con el Inter en las semifinales de la Champions de la temporada pasada, Mourinho buscó anular el juego asociativo de Guardiola acumulando efectivos en el centro del campo, con la inclusión del músculo de Pepe, en detrimento de la magia de Özil.

Pero esta vez el resultado fue diferente. Aunque sí incomodó, y mucho, la circulación del balón entre los jugadores culés, el planteamiento solo podía resultar exitoso si se conseguía marcar un tanto en las rápidas contras que tanto alabó Guardiola en la previa. Sin embargo, y a pesar de las claras oportunidades blancas, el gol tardó en llegar y cuando el resultado se puso cuesta arriba, el enfoque de Mou se derrumbó.

Desde entonces, con diez jugadores y con un Barça tocando a placer, Mourinho dio descanso a Xabi Alonso, Benzema y Di María. Pero, con el partido, roto, el Madrid volvió a hacer daño a la contra y Marcelo arrancó un riguroso penalti que Cristiano Ronaldo transformó en el empate a uno definitivo.

A los 82 minutos, Alves hace falta en el área a Marcelo. El penalti lo transforma Cristiano Ronaldo en el empate a uno entre Real Madrid y Barcelona, en el partido de Liga que han jugado en el Bernabéu. (16/04/2011)

Tras el silencio, trivote

Poco o nada se había hablado de la táctica que plantearía Mourinho para detener al Barça. El mutismo del portugués se había llevado el protagonismo mediático y solo a unas pocas horas del comienzo del partido el esquema cobró importancia con la noticia de que Pepe entraría por Özil en el once blanco. Trivote '100% Mourinho' para acabar con el Barça.

También hubo sorpresa en la alineación de Guardiola, que recuperó a un Puyol que volvía casi tres meses después y que volvió a caer lesionado antes del final del encuentro. El técnico azulgrana salió con todo y consiguió un resultado positivo que le deja la Liga en bandeja.

Le costó, no obstante, arrancar este saldo del Bernabéu ante un Madrid muy concentrado, liderado en la retaguardia por un Pepe imperial y por las ayudas defensivas de Khedira y Xabi Alonso, que desbarataron los intentos azulgranas por combinar en sus últimas líneas. El cerrojo, sin embargo, lastraba la aportación ofensiva de jugadores como Benzema, aislados en el esquema merengue.

Rompiendo la costumbre de marcar en los primeros minutos, el Barça tardó esta vez 18 en plantarse con peligro ante Casillas. Fue con un balón a la espalda de la defensa madridista que Messi intentó elevar por encima del mostoleño, que atajó el cuero. No fue el único duelo del argentino con el capitán blanco, que sacó un buen disparo del 10 azulgrana después de dejar atrás a media defensa blanca en una diagonal antológica.

Aunque la ocasión más discutida fue, sin duda, una caída de David Villa ante una salida a destiempo de Casillas, que derribó al 'guaje' en una acción muy protestada por el equipo azulgrana y que el árbitro sentenció con una tarjeta a Piqué por sus quejas.

Los penaltis deciden

El Madrid, por su parte, aunque renunció a la posesión, llegó con mucho peligro al área de Valdés en numerosas ocasiones durante la primera mitad. El primero en probar suerte fue Benzema con un disparo desde el vértice del área en el que dudó el portero azulgrana y que acabó en córner. Precisamente a balón parado llegaron las mejores oportunidades merengues, como un cabezazo de Cristiano que Adriano sacó sobre la línea de gol. No tenía suerte el portugués, que también rozó el tanto con una falta directa que estrelló contra el palo.

Sin embargo, el penalti de Albiol sobre Villa en el 51' cambió el partido y, con el Barcelona por delante, el Madrid sufrió largos minutos de adaptación al juego con un jugador menos y con la entrada de Adebayor, Arbeloa y Özil. Finalmente, y después de aguantar el juego cómodo del Barça, que también estrelló un balón contra la madera, por mediación de Xavi, el equipo de Mou consiguió su premio, también desde los once metros.

Una carrera de Marcelo acabó con el brasileño por los suelos en un leve contaco contra Alves. Y Cristiano, por fin, pudo marcar al Barcelona. El 1-1 convirtió los últimos diez minutos de partido en un ir y venir de oportunidades, de carreras y de tensión, incrementada por un balonazo de Messi a la grada que elevó la temperatura entre dos equipos que se tienen muchas ganas y que tienen todavía otros tres partidos por delante. Porque esto, recuerden, no ha hecho más que comenzar.