Una avalancha de tierra y rocas en un radio de más de 200 kilómetros cuadrados ha dejado varias aldeas sepultadas en Papúa Nueva Guinea. El desastre ocurrió de madrugada tras un terremoto, en una provincia rural a 600 kilómetros de la capital del país. Allí vivían, según el censo, 4.000 personas. 700 podrían haber muerto según una agencia de la ONU. Hasta el momento solo se han podido recuperado cinco cadáveres.
Foto: Mohamud Omer/International Organization for Migration/AFP