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Esto merece una explicación

De lunes a jueves

¿Terminaremos la década trabajando 4 días a la semana, en lugar de cinco? Si cambiar la jornada laboral puede ser bueno o no para nuestra productividad y, por tanto, para nuestra economía, es lo que analizamos en este capítulo de ‘Esto merece una explicación’. Economistas como el portugués Pedro Gomes y el catedrático de la UCM, Jesús Lahera, plantean sus argumentos a favor y en contra. Héctor Tejero, de Más País, explica el proyecto a partir del que pactaron con el Gobierno central una experiencia piloto, que se desarrolló en el 2023. Fernando Luján, de UGT, expone la postura del sindicato y el exministro de Trabajo, Joaquín Almunia, nos ayuda a comparar el año 2023 con 1983, cuando España aprobó la ley que establece en 40 horas semanales la jornada laboral. Recorremos las opiniones y visitamos tres lugares: la empresa jienense Software Delsol, La Francachela y Ephimera, empresas que desde 2020 trabajan cuatro días a la semana. Un podcast con realización de Juan Luis Martín y guion de Laura Madrid.

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, analiza los últimos datos de inflación, tanto a nivel europeo como español.  Tras los últimos datos del BCE que mantiene los tipos de interés en el 4,5%, y no da una predicción clara para 2024, pese a que la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, avanzó una bajada de tipos en verano. A esto hay que sumarle la inflación de la eurozona, que subió en diciembre rozando el 3%, cifra que en España se sitúa en el 3,1%.

“Los tipos de interés bajarán cuando la inflación converja en un 2%”, afirma Guindos, y recuerda que en octubre del 2022, la cifra estaba por encima del 10%. Por esa razón, para el economista, este es el principal problema de Europa de los últimos 2 años, que además, ha afectado más a la capacidad adquisitiva de las personas con una renta más reducida. 

En cuanto a las predicciones de la presidenta Lagarde, Guindos afirma ser “optimista en lo que respecta a la evolución de la inflación” y recalca que hay riesgos como, la crisis en Oriente Próximo, que afecta a los costes de transporte, o la evolución costes laborales unitarios, que están ligados a una productividad.

Una productividad que puede verse afectada por la bajada de la jornada laboral que propone el Gobierno y que “a lo largo de los años ya se ha ido reduciendo”, y lo seguirá haciendo de manera progresiva. Una medida que se debe aplicar a través de la negociación en las empresas, “porque no son todas iguales”, asegura el economista.

Manel Fernández Jaria, profesor colaborador de Economía y Empresa en la Universitat Oberta de Catalunya, analiza en Las Mañanas de RNE los efectos en la productividad que podrá tener la implantación de la jornada laboral de 37,5 horas, medida que Trabajo debate hoy con los agentes sociales. Fernández argumenta que la productividad es un "tema de fondo" para las empresas, que necesitan tener unos resultados. Pero destaca que también hay otros factores que afectan, como el nivel educativo de los profesionales, sus condiciones de trabajo o la inversión tecnológica: "La solución tiene que ser más holística y con un acuerdo de la patronal […]. Es imprescindible que entre en la negociación".

Sobre si va a aumentar los costes laborales y la competitividad, Fernández Jaria considera que, a pesar de que esta medida tenga beneficios sociales, influirá en la competitividad de manera indirecta, por lo que hay que buscar el equilibrio entre esa rentabilidad y productividad para las empresas.

Con respecto a otros países, Fernández destaca que, aunque en nuestro país la jornada varía en diferentes sectores, en cuanto a cumplimiento estamos en el mismo nivel que otras regiones, pero en productividad estamos “muy por debajo” de muchos países de la Unión Europea.

La reforma del subsidio de desempleo aún está en el aire y, ante una nueva posible negociación, los autónomos reclaman que también deben ser incluidos. "Los trabajadores y trabajadoras autónomas cumplen los mismos requisitos objetivos y subjetivos (…) No entendemos esta discriminación", asegura Miguel Vila, coordinador de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE) en Madrid, en 24 horas de RNE. Insiste en que esta exclusión se debe a una cuestión técnica, ya que "los autónomos cotizan en el RETA (Régimen Especial de los Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos) por el cese de actividad, en lugar de por desempleo, pero ambas cotizaciones tienen el mismo fin, que es la cobertura de las prestaciones para personas que se quedan en desempleo", argumenta Vila. Además añade que los autónomos "tienen los mismos problemas que los asalariados cuando tienen más de 52 años para la inserción laboral o cuando no reciben ninguna prestación y se quedan en desempleo".

La UATAE se reúne la semana que viene con los grupos parlamentarios para trasladarle su propuesta, pero aún siguen a la espera de una respuesta por parte del Ministerio de Trabajo. "Creemos que será sensible a nuestra reivindicación", señala Vila.