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En las últimas semanas y meses, planean al menos quince expedientes con ‘megadespidos’ en diferentes sectores que podrían llegar a afectar a unos 28.000 trabajadores en España. El más voluminoso de todos ellos es el que afecta a CaixaBank: 8.291 despidos inicialmente. En conjunto, los planes presentados por la banca afectan a unos 17.500 trabajadores en dos años. Afecta también a grandes firmas del comercio como El Corte Inglés (3.292), H&M (1.066) o Douglas (492); vinculadas a la automoción como Nissan (2.525), Ford (630), Robert Bosch (636) o Acciona (545). Los expedientes de regulación del empleo que planean afectan también a Naturgy (1.000), Airbus (380), Coca Cola (360) o Adolfo Domínguez (283). ¿A qué se debe esa ola de megadespidos? Con Rosa Sánchez, en 24 horas de RNE.

El nuevo servicio telemático de la Agencia Tributaria vasca ha mandado cartas automáticamente a personas que ya están fallecidas. En particular en el País Vasco, se han detectado más de 150 casos en los que Hacienda reclama el pago de atrasos a la hora de declarar la renta de personas que llevan años muertas. Desde la administración han pedido disculpas y, mientras subsanan el error, aseguran que en ningún caso se tendrá que pagar esos atrasos por personas ya fallecidas.

La dirección de Caixabank comienza a negociar este martes con los sindicatos el ERE en el que contempla el despido de casi 8.300 trabajadores y el cierre de 1.500 oficinas. La responsable de Organización y Medios de Comisiones Obreras en Caixabank, Ruth Bolaños, ha asegurado en 'Las mañanas de RNE' que no van a aceptar despidos forzosos ni medidas traumáticas. "Es una vergüenza que el mayor banco de España, el que tiene más beneficios, se plantee despedir a 8.300 personas. Es un tema de reparto, quitar a unos para que los de arriba cobren más. Es bastante indignante, por no decir inmoral", ha afirmado Bolaños, que confíe en que el banco recapacite empujado por el daño reputacional que puede causarle.

Durante los últimos días hemos conocido unas cifras tremendas de destrucción de empleo y de cierre de oficinas bancarias: los han protagonizado Caixabank y BBVA, pero es que en los últimos meses el resto de grandes nombres de la banca han anunciado también EREs y recortes en las sucursales. Alegan que el sector financiero está en plena transformación, y que sin esos despidos no podrán ser competitivos para seguir existiendo. En ‘La Hora de La 1’ hemos analizado con el periodista económico Rafael Bernando estas cifras que llegan dentro de una destrucción masiva de empleo que dura más de una década.

Asegura el colaborador que en 2008 el sector alcanzó su máximo de empleados con algo más de 270.000, pero que el estallido de la burbuja inmobiliaria se llevó por delante un montón de entidades, y con ellas empleos: "pasamos de 88 a 12 grupos bancarios, el recorte de plantillas alcanzó a más de 100.000 personas, y casi la mitad de las oficinas desaparecieron", explica Bernardo. Con la última oleada de fusiones y despidos, la de los últimos meses, saldrán más de 18.000 personas más de las plantillas y se perderán otras 4.000 oficinas, además de perder dos entidades más, al fusionarse Caixabank y Bankia y Unicaja y Liberbank. Menos bancos también significa menos competencia y, claro, menos ofertas. Antes de la crisis de 2008, la concentración del sector bancario era inferior al 50%, y ahora va camino del 75%.

Para realizar los recortes de personal los bancos aducen tres motivos: la creciente digitalización del negocio, la de la competencia de nuevos jugadores (bancos nativos difitales y grandes tecnológicas) y, por último, la baja rentabilidad en un entorno de tipos bajos: "si el precio del dinero está bajo, o incluso en negativo, y encima la demanda de crédito no es muy fuerte, captar depósitos de los clientes puede resultar hasta caro para los bancos, que tienen que aparcar una liquidez que no usan en los bancos centrales, que les cobran por ello, y pagar a los que tienen cuentas o depósitos", añade el periodista. 

Si hacemos una fotografía del sector en España nos encontramos que el nuestro es uno de los países con más sucursales bancarias por habitante, pero si hace una década eran 10 por cada 10.000 ciudadanos, con los últimos recortes pueden llegar a 4, cerca de la media europea. Por otro lado, tocamos a un empleado de banca por 270 habitantes, por encima de la media de Europa. Además, se calcula que más de la mitad de los municipios no tiene ya acceso a una sucursal bancaria. Aunque estos problemas los puede paliar en parte la digitalización, recuerda Bernardo, que mucha gente todavía no utiliza internet. Según la última encuesta del INE de utilización de tecnologías de la información, casi un 40% de los ciudadanos no utiliza la banca online.

Los anuncios de grandes procesos de ajustes de plantilla en el sector bancario han abierto el debate sobre los sueldos de los directivos de la banca. El Gobierno ha endurecido su discurso y pide al Banco de España (BdE) que limite los ERE y honorarios que considera "inaceptables". Un proceso que no es fácil, ya que los grandes bancos españoles dependen directamente del Banco Central Europeo (BCE) que tan solo puede limitar la parte variable de estos salarios en caso de riesgo de quiebra de la entidad examinada.

La economía nos deja esta semana la intención de CaixaBank y BBVA de prescindir de 12.000 empleados, mientras el Gobierno afea al sector las ayudas que ha recibido y los altos sueldos de los banqueros. Quizá se han preguntado de cuánto estamos hablando y si han subido o bajado en el último año. La respuesta es que han bajado, aunque hablamos de hasta 7 millones de euros y lo cierto es que en España hay poco margen para limitarlos.

El Banco de España tiene poca capacidad de maniobra en este asunto, su competencia se limita a las pequeñas entidades. Los bancos con más de 30.000 millones de euros en activos, que son el 85%, están bajo la supervisión directa del BCE, que el año pasado en medio de la pandemia recomendó evitar el reparto de bonus a los altos ejecutivos. Ana Botín, la que más gana, se bajó el salario de 10 a 6,8 millones de euros. El segundo en el ránking, Carlos Torres, presidente del BBVA, cobró 4 millones, un 40% menos. Goirigolzarri, presidente de Bankia, intervenida por el Estado, recibió 500.000 euros. Ahora en la nueva CaixaBank recibirá el triple, 1,5 millones. El Gobierno podría haber puesto condiciones salariales antes de autorizar la fusión de Bankia. También podría limitar los altos sueldos de la banca con un Real Decreto, pero chocaría según los expertos con el mercado internacional, que ofrece altas primas para contar con los mejores.

El mapa bancario español sigue acumulando procesos de reestructuración de plantilla. El BBVA ha planteado este jueves a los sindicatos un recorte que afectaría a 3800 trabajadores y supondría el cierre de 530 oficinas. Las cifras, aún pendientes de negociación, convertirían la propuesta en el segundo gran ERE del sector en lo que va de año tras el ajuste previsto por CaixaBank anunciado esta misma semana.

Tras el ERE anunciado por CaixaBank, el mayor de la banca en España, el sector hace balance de unas regulaciones que se han llevado por delante un 37 % de empleos desde 2008. A estas cifras hay que sumarle además los expedientes abiertos en empresas como El Corte Inglés o el de la multinacional sueca H&M que también ha puesto en jaque al tejido empresarial del país en 2020.

Desde la crisis del 2008, el sector de la banca no ha parado de reducir sus plantillas. Un 37%, casi 100.000 empleos y cerca de la mitad de las oficinas repartidas por todo el país. BBVA dará su cifra de recorte a final de semana y estos ajustes se suman a los que ya han hecho Santander, Ibercaja o Unicaja. Informa Iñigo Inchusta.

La portavoz de Comisiones Obreras en Caixabank, Ruth Bolaños, ha cargado en el informativo '14 horas' contra las condiciones planteadas por el banco para suprimir casi 8.300 empleos. "No quieren que más del 50% de las salidas sean de mayores de 50 años. Y lo peor que es que dice que, si no hay suficientes salidas, habrá despidos forzosos", ha asegurado Bolaños, que afirma que la plantilla no da crédito. "La plantilla no entiende nada, se siente ultrajada. No paro de recibir mensajes de los compañeros diciendo que si se han vuelto locos", ha explicado.