Enlaces accesibilidad

'Playa de Lobos', la nueva película de Javier Veiga en la que nada es lo que parece ser

  • El actor Dani Rovira y el director Javier Veiga presentan la cinta Playa de Lobos en Las mañanas de RNE
  • La película, participada por RTVE y con estreno el 5 de diciembre, combina el "thriller" psicológico con la comedia de suspense
Dos hombres en un estudio de radio, con auriculares y micrófonos, se preparan para una emisión. Uno viste un jersey naranja y el otro, uno azul oscuro, con una botella de agua sobre la mesa.
'Playa de Lobos', la nueva cinta de Javier Veiga protagonizada por Dani Rovira y Guillermo Francella, llega a los cines el 5 de diciembre. RNE

A veces las apariencias engañan. Y Playa de Lobos, la nueva cinta de Javier Veiga con participación de RTVE, es un claro ejemplo de ello.

Un lugar de postal en una playa paradisíaca de Fuerteventura y casi, se podría decir, privada —"los guiris que se alojaban en la zona durante el rodaje se iban a dormir a las siete de la tarde, con lo cual estábamos solos cada noche", señala su director en Las mañanas de RNE, con Juan Ramón Lucas y Mamen Asencio—, suele evocar calma y tranquilidad. Sugiere verano y, en el mundo cinematográfico, podría desprender olor a comedia ligera y amable.

Las mañanas de RNE - Fantasía, humor y misterio en la inclasificable 'Playa de lobos'

Más aún si quienes nos invitan a sentarnos en las hamacas de su chiringuito —reconvertidas en butacas de cine a partir de su estreno el 5 de diciembre— son Dani Rovira (Málaga, 1980) y Guillermo Francella (Buenos Aires, 1955). Y no un Francella cualquiera, no. Uno ataviado de sus mejores galas veraniegas: clásica camisa hawaiana acompañada de un refrescante cóctel con aspecto de Bloody Mary.

Porque verlos juntos en el cartel, metidos en el agua hasta la cintura y con cara de circunstancias, anticipa, como mínimo, una sonrisilla pícara. Ambos son expertos en el género humorístico. Lo sabemos. Pero no nos engañemos, aunque en Playa de Lobos haya risas y socarronería para dar y regalar, nada es lo que parece.

El encuentro casual entre Manu (Dani Rovira), el trabajador del chiringuito, y Klaus (Guillermo Francella), un turista que se niega a levantar el culo de la última tumbona que falta por recoger, no encaja en el de dos tipos totalmente opuestos y condenados a entenderse. O no del todo, al menos.

Porque sí, afirma Javier Veiga, "la idea es hablar de dos personajes que tienen dos maneras muy distintas de enfrentarse a la vida". Es innegable. "Tenemos a uno que no quiere saber nada porque no tiene interés más allá de dejar la vida pasar sin poner el pie en el agua, y a otro desesperado por ello". Pero detrás se esconden más matices. Muchos más.

RTVE.es estrena el tráiler final de 'Playa de lobos', un thriller con Guillermo Francella y Dani Rovira

Nada de comedia tradicional. Ni nada de trama esperada. "La historia tiene que ver con este mundo en el que cada quien está pegado a su pantalla pendiente de lo propio, mientras lo de alrededor le da un poco igual. Es algo que quería llevar fuera del tópico", explica el director. Por eso, "esta película, que podía haberse centrado en una ventanilla de un ministerio, la hemos trasladado a un sitio paradisíaco, donde también ocurren estas cuestiones".

De la comedia al "thiller" psicológico solo hay un par de escenas

Y así es. Lo previsible no aparece en el guion. Cuando Manu empieza a sospechar que Klaus no está en esa playa por casualidad, ni es quien decía ser —en especial en el momento en el que el segundo le hace al primero una desconcertante y perturbadora propuesta—, el humor negro empieza a dar paso al "thriller" psicológico y al suspense. Y ahí sí que todo podría suceder. ¿O no?

"Esta película incluye todos los géneros y su promoción es peligrosa", reconoce Dani Rovira. "Puedes contar un poco la premisa y cositas colaterales, pero no te puedes explayar porque, desde el minuto 15, cuenta ya con tres o cuatro giros que no mola que te los destripen", añade el malagueño, quien lo único que desvela —eso sí, con la boca pequeña para que nadie le robe la idea del que considera el próximo negocio millonario— es que lo que Guillermo Francella bebe no es Bloody Mary. Se trata de "caipijito".

"Si tuviese un bar, creo que lo pondría en la carta", le apoya un sonriente Javier Veiga, convencido con la justificación del malagueño. Entre otros motivos, porque el invento funciona como la metáfora más exacta de Playa de Lobos: Todo vale, todo cabe y todo es bienvenido y aprovechable.

"Si el calimocho triunfó, ¿por qué no va a ser un éxito la mezcla de caipiriña y mojito? De mezclar cosas con bebida, con música o con lo que sea, salen cosas grandes. Hay que empezar a combinar a lo loco porque hay combinaciones que no están hechas", concluye Dani Rovira.