Miguel Servet, el médico aragonés quemado por hereje
- Miguel Servet fue condenado a morir en la hoguera tras ser juzgado por herejía y blasfemia
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‘Saber y ganar’ hace un recorrido por diversas disciplinas relacionadas con la cultura y el conocimiento, lo que permite que conozcamos interesantes historias y biografías. Ese es el caso del aragonés Miguel Servet, un médico que, por sus ideas, fue juzgado por herejía y blasfemia, y condenado a morir en la hoguera junto a sus libros en el siglo XVI.
Primeros años de vida
Se sabe que el humanista, teólogo y médico aragonés nació un 29 de septiembre, aunque se duda de si el año 1509 o el 1511. Tampoco está claro si lo hizo en Villanueva de Sigena (Aragón) o Tudela (Navarra), aunque el hecho de que se cambiase de nombre para eludir a la Inquisición y eligiese Michel de Villenueve (Miguel de Villanueva) en honor a su lugar de origen, parece inclinar la balanza hacia la localidad aragonesa.
Pertenecía a una familia judeoconversa y a los 15 años viajó a Francia para formarse en leyes junto a Juan de Quintana, el Fraile que fue confesor de Carlos V. Al formar parte del séquito del rey, viajó por diversos lugares de Europa, entre ellos Italia, donde vio los lujos y la corrupción que había en el seno de la iglesia y del entorno papal. Este fue el motivo que le hizo adherirse a la Reforma protestante que lideró Lutero.
El Protestantismo y la Medicina
No obstante, Miguel Servet fue muy más allá y se dedicó a estudiar la Biblia en hebreo y griego, ya que tenía la sospecha que con la traducción al latín se habían alterado algunos conceptos. De ahí surgió su primer trabajo, ‘De los errores acerca de la Trinidad’, lo que le causó su primera gran confrontación con los católicos.
Un año después se lanzó con ‘Diálogos sobre la Trinidad’, ‘Sobre la Justicia del Reino de Dios’ y ‘Declaración de Jesucristo Hijo de Dios’. En aquel momento, Servet ya era objetivo de la Inquisición, motivo por el cual se cambió el nombre a Michel de Villenueve y se matriculó en la Universidad de París para estudiar Medicina, una ciencia que le atrajo desde el primer momento. Pasó a ser ayudante de disección de Andrés Vesalio, considerado el padre de la anatomía moderna, en la fase previa a lo que fue la Revolución Científica moderna.
Controversias y ejecución
En 1533, Servet terminó un nuevo trabajo titulado ‘Restitución del Cristianismos’, que se publicó tres años más tarde, aunque previamente se lo mandó a Calvino, con quien mantenía correspondencia desde hacía tiempo, para que le hiciese cometarios. En él se incluía ya la primera exposición de la función de la circulación de los pulmones, aunque pasó desapercibida en aquel momento por encontrarse dentro de una obra teológica y no científica. Se produjo un intercambio de cartas con Calvino que generó cierta tensión entre ambos, algo que más adelante le iría en contra al aragonés.
Cuando la obra se publicó de forma anónima, alguien corrió la voz de que su autor era Miguel Servet, con lo que la Inquisición se puso manos a la obra tras él. Lo detuvieron y fue sometido a un juicio injusto donde se le negó un abogado. Acabó encarcelado, pero logró escapar. No obstante, los calvinistas le dieron caza. Fue condenado por herejía y blasfemia, y mandado ejecutar ese mismo día, 27 de octubre de 1553, en la colina de Champell.
Se le impuso el castigo de morir quemado en la hoguera junto a sus libros, a pesar de que Calvino intentó que tuviese una ejecución menos agónica, por decapitación, algo que no fue aceptado. Se sabe que Servet gritó de miedo, también de furia, cuando las llamas prendían la leña húmeda y verde que haría que el fuego quemase lento. Tras una hora de gritos y dolor, Miguel Servet falleció, engrosando así la lista de figuras intelectuales y científicas a menudo enfrentaron consecuencias extremas por sus ideas.
Imagen del médico, teólogo y humanista, Miguel Servet
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