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Agatha Christie, una surfista en las Canarias

Noticia Saber y Ganar 

Agatha Christie, una surfista en las Canarias
Agatha Christie con su tabla de surf, lista para entrar al agua
Lorena Montón

En ‘Saber y ganar’ repasamos biografías de personajes ilustres que hayan destacado en cualquier ámbito del conocimiento y la cultura, y Agatha Christie ha sido protagonista de muchas preguntas a lo largo de estos años. En esta ocasión, recordamos una de sus facetas más desconocidas, la de surfista, que la llevó a trasladarse a las islas Canarias durante tres meses para disfrutar de las playas y de sus olas.

Un mal momento personal

La década de 1920 fue convulsa para Agatha Christie, por lo menos a nivel personal. Se divorció de su marido, Archibald Christie, cayó en una fuerte depresión y las deudas se la comían. Así que, por prescripción médica, en 1926, la escritora decidió empaquetar sus pertenencias, coger un buque y poner rumbo a un destino paradisíaco donde recuperarse de todos sus males. Ese lugar fue las islas Canarias, un lugar donde no solo se relajó y escribió textos para sus novelas, sino donde disfrutó del surf, “uno de los placeres físicos más perfectos que he conocido”, según sus palabras.

Traslado a las islas Canarias

Una vez llegó a Las Palmas, Agatha Chrisie se alojó en el hotel Metropole, un alojamiento situado muy cerca de donde hoy en día está el Vithas Santa Catalina. La escritora encontró un buen refugio donde sentirse como en casa en el Club Británico y, desde allí, se dedicó a escribir la novela ‘The Thirteen Problems’, enmarcada dentro de sus historias de misterio, donde menciona Agaete, municipio canario que había visitado. Allí desayunó en la playa de Las Nieves, “una bahía bien protegida donde podíamos bañarnos antes de la merienda”, según dejó escrito en su autobiografía.

Christie plasmó sobre el papel que la isla estaba llena de "barcos de todo el mundo que hacen escala en Las Palmas. Como digo, en Las Palmas recalan barcos de todo el mundo. A veces para permanecer unas pocas horas, a veces un día o dos. En el principal hotel de allí, el Metropole, verás gente de todas las razas y nacionalidades, aves de paso. Incluso la gente que va a Tenerife suele venir aquí y quedarse unos días antes de cruzar a la otra isla".

Sobre los tres meses que estuvo viviendo en España, reflejó que "en muchos sentidos disfruté mucho la vida allá afuera" ya que "el clima era templado y soleado, había un excelente baño de surf (y yo soy un bañista entusiasta) y la vida marina del puerto me atrajo".

Una loca del surf

Resulta curioso saber que la dama del suspense tuviese alma de surfera, un deporte que, en aquellos años, seguramente era poco practicado por mujeres. Tal y como ha declarado el investigador Pete Robinson, fundador del Museo del Surf Británico, durante la década de los veinte del siglo pasado "muy poca gente hacía surf en las Islas Británicas, y manteniéndose de pie sobre la tabla solo se tiene constancia de que lo practicaba el Príncipe Eduardo antes de Agatha Christie".

No cabe duda de que Agatha Christie lo pasaba genial en el agua. De hecho, ha trascendido que durante aquella época, viajó con su tabla de surf najo el brazo a lugares como Ciudad del Cabo, Australia, Nueva Zelanda y Hawái. Y es que el mar le daba la vida. Tal y como plasmó en su autobiografía, "aprendí que el momento cumbre del día era cuando iba a la playa. En ese momento conseguía mantener el equilibrio de pie sobre la tabla y dirigirme así hasta la orilla".

Agatha Christie, una surfista en las Canarias

Agatha Christie con su tabla de surf, lista para entrar al agua