Tres mamíferos acuáticos luchan por sobrevivir al deterioro de los ríos
- El desmán del Pirineo, la nutria y el castor comparten un destino ligado a la calidad del agua
- La restauración fluvial se convierte en clave para la conservación de los mamíferos acuáticos
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Los ríos de la península ibérica no solo transportan agua: albergan una biodiversidad única y son el hogar de una sorprendente variedad de especies. Entre ellas destacan tres mamíferos acuáticos cuyas vidas están profundamente ligadas a la salud de los ecosistemas fluviales: el desmán del Pirineo, la nutria y el castor europeo. Aunque distintos en tamaño, comportamiento y distribución, todos tienen algo en común: su supervivencia está amenazada por el deterioro de los ríos.
Las presiones humanas, como la contaminación, las infraestructuras hidráulicas, la pérdida de vegetación de ribera y el cambio climático, alteran el equilibrio de los hábitats. Estos tres mamíferos actúan como indicadores biológicos: donde prosperan, el ecosistema suele estar sano. Donde desaparecen, algo va mal.
El desmán, un habitante esquivo y en peligro
El desmán del Pirineo es un pequeño insectívoro semiacuático, similar a un diminuto topo de agua, con un característico hocico en forma de trompa. Endémico de la península ibérica, es un animal muy esquivo que habita en arroyos de alta montaña, limpios y bien oxigenados. Tiene hábitos nocturnos, lo que lo hace aún más difícil de observar.
Desmán del Pirineo
Esta especie está catalogada como "En situación crítica", debido principalmente a la fragmentación de su hábitat, la pérdida de calidad del agua, su tendencia endogámica y la construcción de infraestructuras hidráulicas que interrumpen su movilidad. Estos obstáculos le impiden desplazarse por el río y relacionarse con otras poblaciones, lo que reduce su viabilidad genética.
Su declive es un claro indicador del mal estado de los ecosistemas fluviales de montaña, afectados también por el cambio climático y la disminución de los caudales estivales.
La nutria, una historia de recuperación
La nutria euroasiática ha protagonizado una de las recuperaciones más notables de la fauna ibérica en las últimas décadas. Así lo comprobamos en el capítulo del Escarabajo Verde, "Maestros del agua", donde buscamos indicios de su presencia y conversamos con reconocidos expertos.
Tras haber estado al borde de la desaparición en los años 70 y 80, debido a la contaminación de los ríos y la caza, hoy está presente en muchas cuencas del país, aunque con densidades variables.
La nutria euroasiática
Este carnívoro semiacuático necesita aguas limpias y abundancia de presas, principalmente peces y crustáceos. Aunque muestra mayor tolerancia que el desmán a aguas algo contaminadas, sigue siendo vulnerable a los vertidos urbanos y a los pesticidas agrícolas. También necesita riberas con vegetación densa, donde refugiarse y criar, así como conectividad entre tramos fluviales. Sin embargo, la urbanización y canalización de los ríos pone en riesgo estos hábitats esenciales.
El regreso del castor
El castor europeo, reintroducido de forma no oficial desde el año 2000 en algunos tramos del Ebro y sus afluentes, ha generado un intenso debate. Su aparición reciente en ríos madrileños o en el Guadalquivir evidencia que “alguien” los está soltando sin control en distintos puntos de la península.
El castor europeo
Esta situación preocupa a los expertos, ya que no existen referencias claras sobre el desarrollo de esta especie en ecosistemas mediterráneos. Sin embargo, numerosos estudios destacan sus beneficios ecológicos: al construir presas naturales, los castores ralentizan el flujo del agua, crean zonas húmedas, favorecen la retención de sedimentos y filtran contaminantes, lo que contribuye a una mayor biodiversidad.
Ríos vivos, fauna viva
El estado ecológico de los ríos no solo afecta a especies como el desmán, la nutria o el castor. También es clave para el bienestar humano. Estos tres mamíferos acuáticos nos recuerdan que la buena salud de los ríos es esencial, no solo para la biodiversidad, sino también para las personas que dependen de ellos.
Mejorar la calidad del agua, restaurar riberas, eliminar barreras artificiales y reducir la contaminación son medidas urgentes para proteger a estas especies. Su conservación está estrechamente ligada a una gestión del agua más sostenible y a una visión ecológica del territorio. Los ríos vivos son garantía de futuro: para ellos y para nosotros.
