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Júlia Peró escribe sobre la vejez en 'Olor a hormiga'

  • La escritora barcelonesa Júlia Peró presenta Olor a hormiga, una novela en la que la protagonista teme envejecer
  • Tras participar en antologías y publicar en 2020 el poemario Anatomía de una bañera, la autora se estrena en la narrativa

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Página Dos - Júlia Peró presenta 'Olor a hormiga'

Olvido espera. Deja pasar las horas, mira la televisión, discute con el gato. Olvido es la protagonista de la novela Olor a hormiga (Reservoir Books), de Júlia Peró. Tras publicar poesía, la autora barcelonesa se estrena en la narrativa con la historia de una mujer que ya no espera nada nuevo de la vida, así que se pone a recordar.

Entre sus recuerdos, aparece la chica. La chica llegó para cuidar de la casa y de ella, y su juventud pareció la cura de toda la soledad. Pero hubo una discusión, la chica ya no está, y Olvido sobrevive sin compañía. Con solo dos personajes femeninos y cuatro paredes, Peró pone sobre la mesa una realidad incómoda de la que se habla poco: la de la gente mayor que está sola y enfadada con su situación.

La voz de Olvido, la protagonista de la novela, es claustrofóbica y contundente: «Estoy llena de manchas, igual que mi ciudad, como si mi piel fuera así porque vivo aquí y no en un lugar donde nieva cada día. Soy como mi ciudad porque está sucia, y además tiene mar, y yo a veces me meo encima. El cuerpo de la gente se parece al sitio donde vive.»

La soledad de hacerse mayor

La crítica ha aplaudido Olor a hormiga como una curiosa mezcla de cuento gótico y novela de terror. Sin querer desvelar más de lo debido el argumento, la situación en la que Olvido se encuentra es sórdida y desconcertante, triste y cruel. Júlia Peró habla sobre ese desasosiego que la novela produce en el lector: «Mientras la escribía mi intención era que cada capítulo te hiciera sentir algo completamente distinto del anterior. Que hubiera contrastes y les pusiera entre la espada y la pared.»

En una sociedad obsesionada con la belleza, la perfección y la juventud, existe un hambre real de historias sobre el miedo compartido a la vejez, y el público ha acogido con gran interés Olor a hormiga. «He encontrado pocos referentes a la hora de escribir», cuenta Júlia Peró, «y muchos más desde la mirada del hombre que desde el punto de la vista de la mujer y sus deseos. Tengo más miedo a envejecer que a desaparecer.»

Tengo más miedo a envejecer que a desaparecer

El miedo a envejecer y a marchitarse es tan antiguo como la propia humanidad. En El arte de envejecer, el político y filósofo Cicerón describe la profunda alegría que descubrió en la segunda mitad de la vida. Sus enseñanzas suenan tan modernas como escritas hoy: «Practicar ejercicios moderados; tomar la cantidad de comida conveniente para reponer fuerzas, no para ahogarlas. La vejez es honorable si no es dependiente de nadie y se gobierna hasta el último aliento». Joseph Heller, Thomas Wolfe, Ernest Hemingway, Kazuo Ishiguro Julian Barnes o Nora Ephron son algunos de los autores contemporáneos que han reflexionado sobre el inclemente paso del tiempo.