Enlaces accesibilidad

'Speedwatching': el consumo para no perderte nada

  • Escuchar un audio de WhatsApp en velocidad x1.5 o x2 puede afectar a tu salud mental
  • ¿Alguna vez has sentido miedo por estar perdiéndote cosas que ves en redes sociales?

Por
Pérdida de atención o irritabilidad ante cualquier espera son algunas de las consecuencias del 'Speedwatching'
Pérdida de atención o irritabilidad ante cualquier espera son algunas de las consecuencias del 'Speedwatching' iStock

La vida pasa demasiado rápido. Vivimos con prisas constantes hasta cuando no las debemos tener. Economizamos tiempo en absolutamente todo y nuestro uso de la tecnología no es una excepción. Si tú, que estás leyendo esto, reproduces audios de WhatsApp en x2, esto te interesa.

El gallo que no cesa - 'Speedwatching' y el consumo de contenido cada vez más veloz - Escuchar ahora

En El gallo que no cesa hablamos del Speedwatching o la vista rápida como método para consumir contenido con nuestros dispositivos. Para ello contamos con Sylvie Pérez, psicopedagoga y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya. 

El tiempo es nuestro mayor tesoro y nadie quiere perderlo, es más, hacemos una economía envidiable de él. Y eso, no tiene por qué ser realmente malo. Lo importante es saber qué estamos haciendo, por qué y en qué circunstancias.

Todos hemos reproducido audios de WhatsApp en velocidad x1.5, incluso los más atrevidos en x2. Pero, ¿qué nos lleva a eso? Es sencillo, el tiempo. Si recibimos un audio de 5 minutos, a menudo no creemos que esa información merezca 5 minutos de nuestro tiempo y queremos "ganar tiempo" reproduciéndolo más rápido. Nuestro tiempo es demasiado importante para nosotros pero tampoco toleramos la sensación de "estar perdiéndonos algo" y esa ansiedad que nos produce tener cosas pendientes.

También hay que tener en cuenta todo lo que pierdes acelerándolo. Matices de la voz, formas de expresión, silencios, todo ello modifica la información que te habían enviado. Y que tú, de alguna manera, has menospreciado ya sea por la lentitud del interlocutor, por tus ansias de acabar la tarea, por el escaso interés del contenido...

Lo importante no es el final, es el camino. Y es que nos hemos acostumbrado a consumir y consumir y consumir, sin pararnos a pensar siquiera en por qué lo hacemos. A menudo no disfrutamos de una película ni de un vídeo porque estamos pensando en que el tiempo que estamos gastando lo podríamos emplear en cualquier otra cosa. Y el camino, que es lo que deberíamos disfrutar, nos lo saltamos con tal de llegar antes al ansiado final. Sylvie nos deja un ejemplo clarificador: "me recuerda un poquito años atrás cuando se leía un poco más en papel, y no tanto en tablet, en Kindle y demás. Mucha gente leía las últimas páginas de los libros, era como una costumbre, cogías los libros y leías la última página, tampoco te enterabas mucho de nada, pero habías llegado al final para leerlo. Bueno, salvando las distancias, es esta necesidad de consumir por consumir, sin disfrutar el proceso o sin valorar el proceso o el camino desde el principio hasta el fin. Es también un poquito la cultura de tener. Si lo he consumido, lo he acabado, pues ya está dentro de mi haber".

Del comportamiento al hábito, ¿cómo afecta a nuestro cerebro?

Como decíamos al principio, lo importante es ser consciente de qué estamos haciendo. Evidentemente, no pasa nada por escuchar un audio de WhatsApp a otra velocidad pero no debemos convertirlo en nuestra manera de consumir esa información porque trae consecuencias a nuestra mente. Habituarnos a escuchar audios en x1.5 por ejemplo, nos puede llevar a algo similar a "una adicción", porque cuando entendamos perfectamente los audios a esa velocidad, nuestro cuerpo nos pedirá que pasemos a una mayor velocidad, como el x2.

Las consecuencias de acelerar el tiempo que vivimos

Si nuestro cerebro recibe tantos estímulos y a una gran velocidad, no le da tiempo a procesarlo. "No puede digerir, no puede llegar a procesar con buena calidad toda la información que le está llegando. ¿Qué hace? Pierde la atención, es decir, aunque yo le ponga mucho estímulo, directamente no lo procesa y punto. O procesa de manera muy superficial, llego a comprender lo que estoy viendo y llego a comprender lo que está pasando, pero pierdo todos los matices", explica la psicopedagoga sobre cómo actúa nuestro cerebro ante ello.

Este tipo de procesos es más común en jóvenes ya que tienen más acceso a contenido digital. Aunque es una costumbre extendida en todas las edades, el consumir series, películas o vídeos en cadena, uno detrás de otro. Un fenómeno que podemos ver de manera clara en TikTok, donde, normalmente, se trata de vídeos cortos y en los que haces "scrolling" cada pocos segundos para seguir viendo contenido sin pararte a pensar en qué acabas de ver.

¿Cómo puede repercutir este hábito en los jóvenes? "En un corto plazo hará que se desarrolle también cierta ansiedad para seguir consumiendo de esta manera, de no ser capaz de poder consumir que no sea de esta manera. Entonces se van a perder cuando haya una conversación en una mesa o se van a aburrir en una clase o en cualquier tipo de entorno que no vaya a esa velocidad", explica Sylvie sobre las consecuencias que puede tener este consumo a largo plazo.

Las consecuencias de consumir tan rápido se ven solo fuera de ese consumo, en la vida real. Ya no toleramos tiempos de espera, todo nos parece mucho y nos irrita. Cinco minutos hasta el siguiente autobús o una cola de tres personas en un supermercado, hacen que nos molestemos y estemos de peor humor. Y si nuestros hábitos de consumo digitales son iguales, no va a haber una mejora sino todo lo contrario.

No pasa nada si no sabemos qué pasa

Aunque en los últimos años es un término que ha ganado notoriedad, hay quien aún no conoce el FOMO o "fear of missing out", es decir, "miedo a perderse algo".

F.O.M.O., el miedo a estar desconectado de las redes sociales

Este miedo trae consigo el estar pendiente continuamente de las redes sociales y un exceso en el uso de dispositivos móviles. Otra forma de describir este término es la de Sylvie: "es una especie de ansiedad. No es el miedo a no verlo, es el miedo a estar excluido por no haberlo visto. El problema es si luego yo voy a trabajar, la gente habla de esto y yo no lo he visto o si voy a clase con mis amigos y en la hora del patio lo comentan y yo no lo he visto, por lo tanto es una ansiedad social".

Y aunque parezca que este concepto de Speedwatching es algo actual, no lo es tanto. En 2010 fue cuando Youtube incluyó la opción de acelerar la reproducción de vídeos y así llegó este fenómeno. El resto de aplicaciones y redes sociales lo fueron imitando hasta el momento en el que nos encontramos donde ha llegado a plataformas de streaming de audio y vídeo.

Algo que llama la atención tanto a Chema García Langa como a Sylvie Pérez es el aumentar la velocidad en podcasts. "Yo escucho un podcast, dura veinte minutos y lo escucho en diez minutos. ¿En qué voy a invertir esos otros diez minutos? En darme un paseo por la playa, en estar un ratito más con mis hijos o lo voy a invertir en algo que me da calidad de vida, bien. Pero lo más probable es que los dedique a consumir otra cosa a doble velocidad", explica la profesora de de la Universitat Oberta de Catalunya. 

También existe el JOMO, que es valorar la desconexión social y digital.

De la hiperconexión al disfrute de perderse cosas

Un camino que lleva a la infelicidad no es un camino, es un castigo. Saber lo que hacemos, por qué lo hacemos y no convertir nuestros hábitos digitales en "fast food". Saber que no pasa nada por no enterarnos de lo que pasa y que "estar tirado en casa" también es un buen plan. Porque lo que no se ve en la pantalla, también existe.