Muere Iris Apfel, la influencer geriátrica: tenía 102 años, nunca fue guapa, pero tenía estilo

• Fue un icono de estilo e hizo del maximalismo su seña de identidad
• En 2015 estuvo en Barcelona para presentar Iris. "Soy una estrella geriátrica", decía
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Iris Apfel, la mujer que abrazó con elegancia y humor el 'Más es más'

Se llevaba muy bien con sus arrugas y no evitaba los espejos, al contrario. E incluso bromeaba con su edad: "América es solo 145 años más vieja que yo". Con la muerte de Iris Apfel el viernes 1 de marzo de 2024 se termina de marchitar una época. Siempre apostó por el 'Más es más' y nunca pasó desapercibida. Fue una mujer inclasificable que dejó su sello personal en el mundo de la decoración y, por supuesto, en el mundo de la moda. Un sector que siempre tuvo rendido a sus pies. No fue el único, porque en los últimos años se había convertido en una estrella de las redes sociales, en las que arrasaba con su genialidad, humor y estilo.

Iris Apfel en el estreno de documental 'Iris' en Nueva York en abril de 2015. Gtres

Compartió su vida con Carl Apfel durante 67 años. Él falleció en agosto de 2015 cuando faltaban tres días para que cumpliera 101 años. Un duro golpe para una mujer tan vitalista y optimista. Algo que se pudo comprobar en Barcelona un mes antes, en julio de 2015, cuando viajó a España para presentar Iris, el documental sobre su figura realizado por Albert Maysles.

El director estuvo a su lado durante casi cuatro años, grabando sin guion su día a día, el interior de sus armarios y cómodas e inmortalizando momentos muy personales junto a su marido, Carl. “Así es mi vida y mi estilo, un tanto improvisado todo. Es como tocar una pieza de jazz. Yo no sabía cómo iba a ser el documental, el director me seguía a los eventos, pero nunca fue intrusivo”.

Su gran sentido del humor fue una de sus mejores ayudas en los momentos más ácidos. Incluso cuando recordaba que era una niña cuando le dijeron: “No eres guapa, nunca serás guapa, pero tienes estilo”. Una frase que siempre tuvo presente porque de su estilo hizo su carta de presentación, una carrera y una fortuna.

Nació en Queens, Nueva York, en 1921 y desde niña tuvo contacto con la moda porque su madre tenía una tienda de ropa. Aunque no siempre estuvo en este sector. Se casó con Carl Apfel en 1948 y se convirtió en una de las interioristas más respetadas. Su fama y su reputación les abrió las puertas de la Casa Blanca y fueron asesores de nueve presidentes, de Harry S. Truman a Bill Clinton. Pero la moda siempre rondó su vida y ella se convirtió en icono sin pretenderlo. En 2005 el Costume Institute del Museo Metropolitan de Nueva York hizo una exposición titulada Iris Apfel: Rara Avis y su fama se extendió por todo el planeta.

Iris Apfel en una de las fotografías de su álbum familiar

Iris Apfel con Jean Paul Gaultier en 2006 en Nueva York. Gtres

Hizo del maximalismo su religión y lo llevó hasta el extremo. Adoraba el color y mezclar grandes piezas de joyería y bisutería. En sus últimos años llevaba tantas joyas como arrugas, y todo con la misma dignidad y elegancia. “Estoy en contra de la cirugía estética, hay mujeres que salen del quirófano como que parecen de Picasso”, decía.

Iris Apfel hizo de sí misma un icono de estilo. AFP

Con el paso de los años su fama fue creciendo y le llovían las ofertas para prestar su imagen a campañas de moda y para hacer portadas. “Soy una estrella geriátrica”. En 2019, con 98, volvió a estar de actualidad porque lanzó una colección de joyas de porcelana en colaboración con la empresa Bernardaud. Poco más. Porque desde la muerte de su marido optó por estar un poco menos expuesta a los focos y la prensa. Iris prefería quedarse en casa, con sus cosas, sus recuerdos, su vida. “Ir a una fiesta importa un pimiento, lo importante es vestirse”.

Iris Apfel fotografiada por Rubén Afanador para el libro 'Excentricas' AFP

Y eso hizo, aunque fuera por placer, para verse en el espejo, para demostrase a sí misma que daba igual no ser guapa, que lo importante era, y es, tener estilo. Ahora su vida se ha apagado, pero nunca lo hará su mirada, inmortalizada en miles de retratos, ilustraciones, caricaturas y memes. Una mirada llena de vitalidad y alegría enmarcada por las enormes gafas de pasta que fueron, son y serán su seña de identidad.

Iris Apfel ha muerto con 102 años en su casa de Palm Beach, Florida, y el mundo de la moda dice adiós a esta mujer inspiradora, que rompió las reglas del juego para crear las suyas propias. Las muestras de admiración y cariño llenan las redes sociales, que hoy pierden a la reina del color, a la "estrella geriátrica" que derrotó al edadismo.