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Marilyn Monroe, desnuda y con una caja de Dom Pérignon: así fue su última sesión de fotos

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Marilyn Monroe, junio de 1962
Marilyn Monroe, junio de 1962

Seis semanas antes de que la muerte de Marilyn Monroe conmocionase al mundo entero, el objetivo del fotógrafo estadounidense Bert Stern logró capturar las últimas instantáneas de la actriz. Fue una de las últimas personas que la vio con vida, pero su testimonio sobre aquel momento desapareció para siempre este martes tras el fallecimiento de Stern este 4 de octubre, a los 82 años.

La película Blonde, interpretada por una aclamada Ana de Armas, ha devuelto a la actualidad todo el universo que giraba entorno a la actriz. Su iconografía, sus películas, el retrato público que ofrecía en la gran pantalla y los más íntimos secretos de aquella joven llamada Norma Jean vuelven a salir a la luz. Uno de ellos, la sesión fotográfica más íntima ofrecida por Marilyn.

La última sesión

Bajo el atento foco de Bert Stern, en la lujosa suite del Hotel Bel-Air de Los Angeles, la intérprete de La tentación vive arriba aceptó, en un primer momento, ser retratada semidesnuda, tumbada entre sabanas blancas de aquella habitación. Era finales de junio de 1962, dos meses antes de su trágico final, el fotógrafo había recibido el encargo de la revista Vogue.

Fotomontaje de las imágenes de Bert Stern de Marilyn Monroe

Fotomontaje de las imágenes de Bert Stern de Marilyn Monroe

Otros como Sophia Loren, el escritor Truman Capote y la actriz Audrey Hepburn también habían posaron para Stern anteriormente. En esta ocasión, el fotógrafo quería inspirarse en una sesión de fotos que Edward Steichen había realizado años antes de la gran Greta Garbo. Al igual que hizo él, Stern quería inmortalizar a una Marilyn pura, desprovista de todo artificio, natural, íntima y accesible. Para lograr aquella atmosfera, según cuenta en una entrevista a la revista neoyorquina Tachen, el fotógrafo trabajó con una iluminación cálida, le puso varios discos de Sinatra en el tocadiscos y descorchó varias botellas de un Dom Pérignon de 1953.

Marilyn Monroe veto la sesión de fotos y tacho algunas de ellas

Marilyn Monroe veto la sesión de fotos y tacho algunas de ellas

El veto de Marilyn Monroe a Stern

Tras finalizar la sesión y revelar los negativos, Marilyn no quedó contenta con la exposición que podían suponerle aquellas fotos. Veto el reportaje para Vogue e, incluso, llegó a tachar algunas de las fotografías que le mostró Stern. Desgraciadamente, de nada sirvió su negativa.

Tras su muerte, las fotografías, denominadas La última sesión, dieron la vuelta al mundo para poner de manifiesto a una Marilyn completamente al desnudo y sin tapujos. Vogue terminó publicando varias de aquellas instantáneas, publicadas en 1982 en los libros "The Last Sitting" y "The Complete Last Sitting", editados en 2000. Fue su particular forma de mantener viva la leyenda, convertido en un icono inmortal.