Enlaces accesibilidad

Las bebidas del verano: sus azúcares, grasas y fibra

  • Tenemos que diferenciar entre bebidas light, con bajo contenido en azúcar y sin azúcar
  • Los batidos industriales contienen grasas procedentes de la leche y grasas vegetales
  • Más consejos de salud en Saber Vivir en RTVE Play y en la web de Ciencia y Futuro

Por
Batidos caseros elaborados con verduras
Cuando exprimimos, trituramos o licuamos frutas lo que hacemos es liberar sus azúcares

Agua, horchata, refrescos, batidos caseros… Y la lista podría continuar porque en verano es cuando más nos apetece beber. Desde luego, el agua es la mejor bebida para hidratarse y con ella, las infusiones, el café o el té también cuentan… si no tienen más compañías, es decir, si al café con hielo, por ejemplo, no le añadimos azúcar. Del azúcar, las grasas y la fibra de las bebidas que más tomamos en esta época del año hemos hablado con la tecnóloga alimentaria Beatriz Robles.

Las seis caras de las bebidas que más consumimos en verano

Azúcar

Una bebida que tenemos muy asociada al verano es la horchata de chufa. Refrescante y con un dulzor que enloquece a nuestro paladar. Y es que la horchata tradicional tiene entre un 10 y un 12% de azúcar: una parte procede del almidón que se rompe en el procesado de la chufa y otra de los azucares añadidos.

Como ya sabes, el azúcar en las bebidas envasadas es más difícil de controlar y por ello, puede que muchas veces escojas una bebida light o sin azúcar. Aquí hay que diferenciar entre:

  • Bebidas light: contienen un 30% menos de energía, grasas o azucares
  • Bajo contenido en azúcar: contienen como máximo 2,5 g por cada 100 ml
  • Sin azúcar: contienen como máximo 0,5 g por cada 100 ml

Si aparece light o contenido reducido en el envase solo indica que se está cumpliendo la normativa, no hay que entenderlo como que estas bebidas ayuden a adelgazar o que sean más saludables, como también sucede con otros alimentos envasados que comemos.

¿Podrían ser una alternativa las bebidas con edulcorantes? Es cierto que no tienen azúcares pero tampoco ningún valor nutritivo, aunque nos pueden servir como transición para desacostumbrarnos a los refrescos.

Grasas

En los batidos industriales podemos encontrar grasas procedentes de la leche, grasas en forma de nata y grasas vegetales como la colza y la nabina. Esto unido a los azúcares pueden subir el colesterol en sangre, los triglicéridos, que no solo suben cuando comemos. De hecho, estas bebidas se asocian a mayor sobrepeso y al colesterol malo.

Si optamos por un batido casero podemos controlar el azúcar añadido pero hay que tener en cuenta varios aspectos:

  • Cuando exprimimos, trituramos o hacemos un licuado de frutas lo que hacemos es liberar sus azúcares, que como ya hemos visto funcionan como azúcares añadidos. Por lo tanto, con más motivo, hay que mantener lejos el azucarero.
  • Si añadimos leche, estamos añadiendo un alimento completo que nos va a aportar sus grasas. Así que la mejor opción es añadir la mayor cantidad posible de vegetales para que se incremente su contenido en fibra.

De hecho, los batidos son bebidas mucho más ricas en fibra que los zumos.

Fibra

¿Encontramos la misma cantidad de fibra en un zumo licuado, con o sin pulpa? Los zumos licuados no tienen nada de fibra. Si apartamos la licuadora y optamos por la exprimidora, se colará el zumo y tendrá muy poca fibra.

Si añadimos la pulpa a ese zumo su contenido en fibra es mayor. Sin embargo, ten en cuenta que hemos liberado los azúcares y hemos separado la fibra por lo que este zumo no será muy saciante. Así que si tienes ganas de fruta, opta por la pieza entera ¡y a bocados!