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Oleksandra Matviinchuk, activista de DD.HH.: "Sin garantías de seguridad, los ucranianos tendremos que seguir luchando"

  • Matviinchuk también es abogada y participa en la causa abierta contra Putin en la Corte Penal Internacional
  • El líder ruso "está fingiendo este proceso de paz para disminuir el nivel de apoyo de Ucrania", ha señalado
Oleksandra Matviinchuk, abogada y activista de los DD. HH.: "Sin garantías de seguridad, los ucranianos tendremos que seguir luchando"
GUILLAUME BONTOUX (Corresponsal de RNE en Reino Unido)

Oleksandra Matviinchuk es abogada y activista de los derechos humanos. Es, también, la responsable del Centro para las Libertades Civiles, premio nobel de la paz en 2022, una organización que ha ido documentando desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania hace tres años los posibles crímenes de guerra cometidos por los soldados rusos.

Además, ha colaborado en la causa abierta contra Vladímir Putin en la Corte Penal Internacional. Vive en Kiev, "donde [le] siguen despertando de vez en cuando los ataques rusos", explica. De paso por Londres, después de participar a la Conferencia de Seguridad de Múnich, atiende a Radio Nacional el lunes por la tarde en la Chatham House, justo antes de dar una conferencia en el famoso centro de estudios internacionales.

PREGUNTA: Hemos asistido en la última semana, desde la llamada de teléfono entre Donald Trump y Vladímir Putin, a una aceleración de los acontecimientos relacionados con la guerra en Ucrania. ¿Cómo lo está viviendo?

RESPUESTA: Creo que tenemos que aceptar la realidad muy seriamente. Putin comenzó esta guerra a gran escala no porque quisiera ocupar una parte más del territorio ucraniano, sino porque quiere ocuparlo todo e ir más allá para restaurar el Imperio Ruso. Sueña con su legado.

El problema es que, por desgracia, después de tres años de guerra a gran escala, no reniega de sus objetivos. El domingo, los rusos golpearon la infraestructura civil en Mykolaiv y 100.000 personas se quedaron sin electricidad. La calefacción en las escuelas, los hospitales y los edificios residenciales quedaron dañados.

Con actos así, no parece que Putin se esté preparando para la paz. Está fingiendo este proceso de paz para disminuir el nivel de apoyo de Ucrania y lograr su objetivo lo más rápido posible.

P.: Las primeras negociaciones sobre este proceso de paz están empezando sin Ucrania. ¿Cuál debería ser la respuesta del Gobierno ucraniano?

R.: Es muy difícil imaginar que podamos alcanzar una paz sostenible sin la participación de Ucrania y de Europa. No hablamos sólo de la seguridad de Ucrania, sino de todo el continente. Es de sentido común que todas las partes tienen que estar presentes en la mesa.

P.: ¿Cree que Estados Unidos ha traicionado a Ucrania?

R.: No sé cuál es el objetivo del presidente Trump. Ha declarado públicamente que está asustado por la gente que ha muerto en esta guerra, y por eso quiere detenerla. También dijo que quería lograr la “paz desde la fuerza”. Cómo es muy fácil predecir que Rusia violará todos los acuerdos de paz si no hay garantías reales de seguridad para Ucrania, el enfoque tiene que ser usar esta fuerza que menciona la doctrina estadounidense para encontrar y diseñar una solución para una paz duradera.

P.: ¿Confía en que los líderes europeos desempeñen un papel en las negociaciones?

R.: El futuro no está claro. Pero también sé que no está escrito, lo que significa que aún tenemos la oportunidad y la responsabilidad de luchar por el futuro que queremos, para nosotros y para nuestros hijos.

P.: ¿Cree que se está produciendo un cambio de actitud en Europa respecto a la guerra en Ucrania?

R.: Algunos políticos europeos no quieren aceptar y reconocer que la gente de la Unión Europea está a salvo sólo porque los ucranianos siguen luchando y no dan la oportunidad a los rusos de ir más lejos. No entienden que Putin quiere utilizar Ucrania como puente hacia la Unión Europea.

Estuve en la Conferencia de Seguridad de Múnich la semana pasada y, con todo lo que está ocurriendo, se está notando un cambio, incluso los políticos europeos comienzan a pensar más seriamente en la seguridad colectiva.

Esta semana el primer ministro británico, Keir Starmer, habló de "un desafío generacional para Europa". Días antes, el presidente francés Emmanuel Macron se refería a un "electroshock" en referencia a la llegada de Trump y el nuevo escenario de seguridad en Europa.

Probablemente, necesitamos un electroshock para empezar a hacer las cosas bien, porque vivimos tiempos turbulentos. No sé cómo lo llamarán los historiadores en el futuro, pero el orden internacional, que se basa en la Carta de las Naciones Unidas, en el derecho internacional, se está derrumbando ante nuestros ojos. Esto significa que todos nosotros tenemos que salir de la zona de nuestra comodidad y empezar a hacer acciones decisivas.

Si queremos una paz sostenible en Europa, tenemos que diseñar las garantías de seguridad colectiva que hagan que los objetivos de Putin de ocupar Ucrania e ir más allá no sólo se pospongan varios meses o varios años, sino que sean imposibles de alcanzar.

P.: Hablamos de Trump, de Putin, de los líderes europeos... ¿Qué pasa con los ciudadanos ucranianos?

R.: Es muy difícil estar en una guerra a gran escala durante tres años. Es muy difícil estar en guerra en general, porque esta guerra no empezó en febrero de 2022, sino en febrero de 2014, así que dura ya once años.

Pero también sabemos, y eso a veces no es visible para la comunidad internacional, lo que piensa Putin. Dijo abiertamente que no hay nación ni lengua ni cultura ucraniana. Llevamos once años documentando cómo estas palabras se convierten en horribles prácticas cuando las tropas rusas exterminan físicamente a la población local, a alcaldes, periodistas, escritores, músicos, profesores y ecologistas... Cómo prohíben la lengua y la cultura ucranianas, y cómo se llevan a los niños ucranianos a Rusia para educarlos como rusos.

Nosotros no tenemos otra opción que seguir luchando. Independientemente de nuestro estado de ánimo, si dejamos de resistir a la agresión rusa sin garantías de seguridad, dejaremos de existir.

P.: ¿Le preocupa que Rusia nunca rinda cuentas por esos crímenes que han ido documentando?

R.: La lucha por la justicia no es sólo una lucha por la justicia para los ucranianos. Hemos roto esta larga tradición de impunidad de Rusia. Los crímenes que han ocurrido en Ucrania pasaron antes en Chechenia y en Siria. Pero los crímenes internacionales no prescriben. Significa que si hoy no tenemos oportunidad de hacer justicia, lo haremos mañana.

La historia ha demostrado de forma convincente que los regímenes autoritarios se acaban derrumbando y sus líderes, que se consideran intocables, acaban compareciendo ante los tribunales.

P.: Parece optimista…

R.: Es muy difícil ser pesimista cuando trabajas en el campo de los derechos humanos. Soy optimista por naturaleza, pero la verdad es que no veo que el futuro vaya a ser sencillo. Será difícil. Tampoco sé cómo acabará mi historia personal, pero de lo que estoy seguro es que la libertad prevalecerá.