Poesía y dinero: cuando la vocación no lo es todo
- La poeta Yolanda Castaño analiza en Economía de bolsillo la relación entre creación artística y compensación económica
- La escritora advierte que el "entusiasmo puede ser maravilloso, pero también muy explotable"
Poesía y dinero. Dos mundos que, a primera vista, parecen no tener nada que ver. Sin embargo, conviven mucho más de lo que pensamos cuando la creación artística pasa a convertirse en un trabajo. En el programa de RNE Economía de bolsillo partimos de esa aparente contradicción para reflexionar sobre esta relación y sobre los límites entre vocación y compensación económica.
Hablamos de ello con la poeta Yolanda Castaño, Premio Ojo Crítico de Poesía, que acaba de publicar el ensayo Economía y poesía. Rimas internas, un libro en el que analiza su trayectoria profesional y el valor económico que se otorga al trabajo creativo.
Una charla que nos invita a ampliar el foco. Desde muy jóvenes se nos anima a elegir una profesión basada en la pasión. Pero cuando ese amor se convierte en una exigencia, los límites entre vocación y trabajo pueden verse descompensados.
Una vida dedicada a las letras
Yolanda Castaño cuenta que lleva casi 31 años dedicada a las letras y reconoce las dificultades que se ha ido encontrando a lo largo de este camino. Entre ellas, lograr que la poesía sea considerada como un trabajo y "se reconociese nuestro valor", apunta. Un recorrido marcado por los estereotipos heredados desde hace tiempo y por los lastres que históricamente ha arrastrado la cultura.
Una mujer comenzando a escribir en una libreta
La autora explica que vivir de la poesía en España sigue siendo "muy complicado", aunque subraya que también debe de existir un margen de responsabilidad para "revertir las cosas". En ese sentido, defiende la necesidad de "reclamar", de "romper con esta idea" y de intentar disociar el trabajo literario de ese "sesgo casi místico, casi moral" que, según ella, hace que sea más confuso el reconocimiento y la trazabilidad del esfuerzo que hay detrás.
El riesgo de crear para sobrevivir
La presentadora de Economía de bolsillo, Lourdes Castro, señala que en nuestro país hay grandes escritores y escritoras que pese a amar profundamente su profesión terminan dedicándose a otros trabajos para poder mantenerse y relegan a la escritura a su tiempo libre, algo que muchos califican como "un desperdicio total".
Sobre esta reflexión, la escritora lamenta que se trate de "una pescadilla que se muerde la cola". Además, añade que quienes parten de la idea de que no van a poder vivir de la literatura buscan otros empleos para sostenerse, lo que les coloca en una posición "menos reivindicativa" con su oficio creativo.
También dvierte del peligro que supondría dejar la literatura en manos de aquellos que sí pueden permitirse no ser remunerados por ella, ya que esta tendencia se acabarían dejando fuera voces "muy interesantes".
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Confundir la vocación con trabajar gratis
La idea de que aquello que nos apasiona debería hacerse gratis conlleva riesgos más que evidentes. Para Castaño, la satisfacción personal no puede sustituirse por una remuneración justa ni pagarse con una "moneda simbólica". El reconocimiento, la visibilidad o el prestigio pueden tener valor, pero "en el supermercado no sirve de tanto".
La autora recuerda que este tipo de compensaciones pueden aceptarse en una primera etapa profesional, cuando "darse a conocer" ya supone un incentivo, pero advierte de que esa promesa futura no puede alargarse durante décadas si se quiere "sustentar una carrera en el tiempo".
Una reflexión que invita a mirar con más cautela el entusiasmo con el que muchas personas se acercan a las profesiones vocacionales. Amar lo que se hace puede ser un motor poderoso, pero también una fuente de vulnerabilidad si no se gestiona con cuidado. "Ese entusiasmo" —advierte Yolanda Castaño— puede convertirse en algo "muy explotable" cuando se da por hecho que la pasión justifica la precariedad.
Desde su experiencia, la autora defiende la importancia de "seguir el instinto", pero también de "que hay que tener cuidado con él ante quienes intentan "sacar partido de ese entusiasmo". Poner límites, aprender a "decir que no" y exigir una remuneración justa se presentan así como claves para sostener una carrera creativa en el tiempo sin que la vocación acabe volviéndose en contra de quienes la ejercen.
Economía de bolsillo