Enlaces accesibilidad

España y varios países presionan para que el acuerdo final de la cumbre del clima aborde el fin de los combustibles fósiles

  • El último borrador propuesto por la presidencia no incluye una hoja de ruta para dejar atrás petróleo, gas y carbón
  • Casi 40 países, entre ellos Francia o Colombia, reclaman una propuesta más ambiciosa en la recta final de la cumbre
La COP30 apura sus últimas horas sin acuerdo para un texto final

La metáfora no podía ser más obvia: un incendio se declaró en la tarde del jueves en las instalaciones de la cumbre del clima de Belém (Brasil), en la que 194 países negocian cómo apagar las llamas del cambio climático. "Por suerte, todo el mundo reaccionó como se debe en una emergencia. La gente se avisó mutuamente y evacuó el lugar. Los bomberos llegaron y utilizaron sus herramientas para extinguir el incendio. Todo el mundo se comportó de forma totalmente opuesta a como ha reaccionado ante el incendio que ha comenzado a consumir la Tierra", ha expresado en su newsletter el influyente ecologista y escritor estadounidense Bill McKibben.

No se trata solo del incendio real, que ha obligado a suspender las negociaciones durante unas horas. La tensión ha crecido en la recta final de esta cumbre, que oficialmente termina este viernes, aunque como ya viene siendo habitual en los últimos años, podría alargarse más allá de la fecha límite.

El principal punto de fricción es la hoja de ruta para abordar el fin de los combustibles fósiles, principal responsable de la crisis climática. El presidente brasileño y anfitrión del encuentro, Luiz Inácio Lula da Silva, planteó al inicio del encuentro que de esta cumbre saliera una "hoja de ruta para que la humanidad supere, de forma justa y planificada, su dependencia de los combustibles fósiles".

España o Francia piden que se mencionen los combustibles fósiles

Una coalición de decenas de países, la mayoría europeos, tomó la palabra y ha estado presionando en las negociaciones para sacar adelante la mención a esta estrategia en el texto final, a pesar de que no figure en la agenda oficial de esta COP30.

Se trata de dar un paso más respecto al acuerdo de la cumbre de Dubái de hace dos años, cuando los países del mundo se comprometieron por primera vez a acometer una "transición para dejar atrás los combustibles fósiles". Con la llamada hoja de ruta, se aterrizaría este objetivo abstracto en acciones reales.

Sin embargo, otras potencias dependientes del petróleo y el gas, como Rusia o Arabia Saudí, según algunos medios, se han negado a incluir este punto en el acuerdo, lo que dificulta, por tanto, que salga adelante, ya que las decisiones en las cumbres del clima que organiza la ONU se toman por consenso, y todos los Estados tienen en la práctica capacidad de veto.

El borrador final: "O lo tomas o lo dejas"

A primera hora de este viernes se ha conocido un borrador de acuerdo propuesto por la presidencia brasileña de la cumbre. En él, no aparece ninguna mención a los combustibles fósiles ni a la hoja de ruta, lo que ha indignado a los países más ambiciosos en este punto.

Un grupo de 36 Estados, entre ellos España, Reino Unido, Francia o Colombia, han enviado una dura carta a la presidencia de la cumbre en la que rechazan este texto y afirman que "no pueden apoyar un resultado que no incluya una hoja de ruta" sobre los combustibles fósiles. Piden "firmemente" una "propuesta revisada" frente a este texto que plantea "o lo tomas o lo dejas".

"El éxito de la presidencia residirá en presentar un resultado equilibrado y con visión de futuro, en lugar de pedir a los demás que acepten solo lo que los menos ambiciosos están dispuestos a permitir", apuntan. Entre los firmantes hay países europeos como Alemania, Suiza o Países Bajos, latinoamericanos como México o Chile y pequeños Estados insulares, amenazados por la subida del nivel del mar, como Islas Marshall, Vanuatu o Tuvalu.

La inclusión en el texto de la hoja de ruta no supondría en todo caso que de Brasil saliera un calendario vinculante para abandonar el carbón, el petróleo y el gas en fechas concretas. Se trata más bien del compromiso de los países para que, a partir de la próxima cumbre, que se celebrará en Turquía, se empiece a tratar este calendario.

El borrador del texto final tampoco incluye una mención a elaborar una hoja de ruta para frenar la deforestación, otro de los puntos clave que Lula reclamó desde el inicio del encuentro. Se trata de otra ausencia "muy preocupante" para los firmantes de la carta.