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Maximiliano Calvo, músico: “De yonqui nocturno a héroe”

  • España encabeza el consumo de cocaína en Europa
  • Alcohol y cocaína, el perfil más frecuente en los centros de desintoxicación
  • Adictos, saliendo a flote, estreno este miércoles a las 23:00 en La2 y RTVE Play
El músico Maximiliano Calvo, en proceso de desintoxicación de la cocaína, sigue con sus conciertos.
El músico Maximiliano Calvo, en proceso de desintoxicación de la cocaína, sigue con sus conciertos. EN PORTADA
FÁTIMA HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ

Era un yonqui nocturno malasañero en Madrid. Un personaje de ficción. Un “rockerito de manual” que escondía su esencia, su corazón grande, su mejor versión. Preso de su baja autoestima, Maximiliano Calvo acabó siendo un adicto a la cocaína. Buscaba la inspiración y pensó que le ayudaría a brillar más en su música. Pero la droga y el alcohol rompieron su vida.

Su entorno veía con desesperación su caída a los infiernos, pero fue su representante Mariana Gyalui la que le dijo hasta aquí. Se vio entre la espada y la pared y accedió a entrar en un centro de desintoxicación. Pensó que era un paseo y que al salir de Villa Ika de Esvidas, en Jerez de la Frontera, seguiría consumiendo, pero tras las primeras semanas, empezó a sentirse cada vez mejor. La complicidad con otros internos y la ayuda de los profesionales le enfrentaron a la realidad.

Y descubrió que la droga, el alcohol y la noche le machacaban, que era peor persona y artista. Tuvo que aprender a arrancarse cada uno de esos escudos que se había colocado para protegerse, pero que en realidad le asfixiaban. Ahora vive a cara descubierta. Se acuesta y levanta temprano y se enfrenta con entereza a los monstruos que le quieren engañar y hacer trampas. Sabe que el cerebro le pone a prueba y le sirve en bandeja motivos para que vuelva a consumir cocaína, pero día a día dice no.

España encabeza el consumo de cocaína en Europa. Casi tres de cada diez personas entre 15 y 64 años han tomado cocaína en los últimos doce meses. Son datos del Ministerio de Sanidad que concluye también que el alcohol sigue siendo la droga legal más consumida en nuestro país y que, entre las sustancias ilegales, destaca el uso del cannabis.

Dejar o no la música

Maximiliano no prueba ni una gota de alcohol. Solo agua con gas. Y podía haber dejado para siempre la música, pero no. Hubiera sido como dejarle sin respirar, como cortarle las alas, “no se puede condenar a alguien a que abandone su medio de vida ni su vocación artística”, explica su terapeuta Álvaro Bermejo de Iddem Adicciones, aunque Maxi ha tenido que aprender a relacionarse de otra forma con todo lo que conlleva la música”.

Stefano Franco uno de los músicos de su banda, dice que en algunos momentos le costaba soportar cómo les trataba en los ensayos, era como el “show de Maxi”, muy difícil de llevar. Incluso los amigos le huían, ahora Maximiliano Calvo se esfuerza en recuperarlos y disculparse con ellos.

Antes no tenía nada de empatía, explica su representante Mariana Gyalui: “Podía estar desangrándome a su lado, que a él no le importaba qué me pasaba”. Pero ahora es otro, cariñoso, respetuoso, responsable. Mariana es también su acompañante terapéutica, como una hermana, que vela para que Maxi continúe su proceso de recuperación hasta que vuele solo.

Se trata de adherir nuevos recuerdos

Socializaba, ligaba, hacia conciertos y hasta creaba canciones hasta arriba de cocaína. En algunas de aquellas letras reflejaba sus excesos, ahora prefiere no cantarlas, busca nuevos referentes, nuevos recuerdos e imágenes para esas cosas que antes relacionaba con el consumo de cocaína.

Para conseguirlo ha sido muy útil la gira que ha hecho por unos 20 centros de desintoxicación de nuestro país. En especial el último, celebrado en su centro de desintoxicación en Cádiz, donde permaneció ingresado durante tres meses.

Allí ha coincidido con Beatriz Martín, una ex gerente de una multinacional de logística, que también ha sufrido su propio calvario y que se esfuerza cada día por llevar una vida ordenada libre de drogas. “Mi padre se sentaba aquí conmigo en un sofá y esperaba que pasara el trago, esperaba que pasaran mis gritos y muchas veces me tenía que llevar a urgencias, pero yo iba a urgencias con la lata de cerveza en la mano”.

Ahora Beatriz vive en un piso terapéutico y se entrena para una nueva vida: “Te enseñan a hablar de manera asertiva, te enseñan habilidades sociales. Cuando llegas a una terapia y te abres y hablas, es que la enfermedad se va. Todos esos monstruos que tenemos en la cabeza atacándonos se van”.

Son los adictos al alcohol y a la cocaína los pacientes más numerosos en los centros de desintoxicación de España. El inicio más precoz es para el alcohol (16,4 años) antes incluso que el tabaco (16,6 años). La edad media de comienzo de consumo de cocaína se sitúa en los 21 años.

Lo que se esconde tras una adicción

Además de al alcohol y a la cocaína, cada vez hay más casos de adicciones al juego y al sexo, según la psicóloga de Iddem, Amanda Rodríguez, para quien “es importante destacar también el abuso de las benzodiacepinas, porque somos uno de los países de mayor consumo en el mundo”.

Las ingesta de benzodiacepinas y alcohol destruyó a la ex abogada laboralista Isabel Segura. Una depresión postparto y su auto exigencia en el trabajo la llevaron a un estrés insoportable. “Nos convertimos en demonios. Mi madre dijo una vez estando en el centro en una terapia, mi hija es un demonio, era un ángel y ahora es un demonio… Nos volvemos muy mentirosos y manipuladores”.

Según la psicóloga Amanda Rodríguez la adicción a las drogas no solo es un problema de consumo, lo que esconde detrás son traumas, relaciones familiares, dificultades laborales, estrés.

La familia del adicto padece también la adicción. El hijo mayor de Isabel describe uno de esos momentos, “una noche me tiró una maleta con ropa y me echó de casa con mi hermano. Yo tenía ahí a lo mejor 12 o 13 años y mi hermano tenía cinco o seis y estuvimos en la calle dos horas sin poder entrar en casa hasta que vinieron mis abuelos, y nos fuimos con ellos. Y cosas así muchísimas, la verdad”.

Desde hace dos años Eduardo que llegó a odiar a su madre, le repite cada vez que puede que está orgulloso de ella. Isabel ha emprendido una nueva vida, estudia Trabajo Social y quiere ayudar a otros como lo hicieron con ella.