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'El lago de los cisnes: la nueva generación' llega con su elenco masculino al Teatro Real

  • Bourne reinterpreta el clásico de Chaikovski y los cisnes bailan con el torso desnudo
  • Este ballet se puede ver en el Teatro Real del 19 al 22 de noviembre.
Dos bailarines masculinos ejecutan un salto de ballet en un escenario teatral, uno vestido de cisne con tutú blanco y el otro con traje blanco, mostrando gran agilidad y fuerza, con otros bailarines y una escenografía de fondo.
Jackson Fisch interpreta al cisne y Stephen Murray al príncipe. Johan Persson

Un niño de clase obrera del norte de Inglaterra quiere bailar en lugar de boxear. Una historia sencilla y conmovedora que fue la ópera prima del director de cine Stephen Daldry. Protagonizada por Jamie Bell, Billy Elliot terminaba con un gran salto del bailarín británico Adam Cooper.

La escena final de la película mostraba un fragmento de El lago de los cisnes: la nueva generación, coreografía de Matthew Bourne que reinterpreta el clásico de Chaikovski y que ahora llega al Teatro Real para celebrar el trigésimo aniversario de su estreno.

Momento que recuerda a la escena final de 'Billy Elliot'

El bailarín Jackson Fisch en 'El lago de los cisnes: la nueva generación'. Johan Persson

Los próximos 19, 20, 21 y 22 de noviembre el coliseo madrileño acoge este relato rompedor y lleno de audacia, con todos los cisnes masculinos, interpretado por New Adventures, compañía que no volvía a España desde 2017.

New Adventures, fundada en 1978 por Bourne, ha logrado cambiar la percepción del público sobre lo que es posible contar sin palabras, gracias a su enfoque único y la estrecha colaboración entre el equipo creativo y los bailarines, para trabajar la narración a través del movimiento.

De Tomasson a Bourne

La pasada temporada, el Teatro Real presentó la versión de Helgi Tomasson de El lago de los cisnes, sobre el original de Marius Petipa y Lev Ivanov de 1985, a cargo del Ballet de San Francisco. En esta ocasión, los espectadores podrán ver una adaptación que desafía las normas del ballet clásico.

Con las necesarias modificaciones en la historia -desaparece la princesa encantada, sustituida por un atormentado príncipe- Bourne muestra al protagonista con sus deseos y anhelos en un mundo donde se siente reprimido y confuso, sentimientos que se acentúan, con la aparición del Cisne Blanco poderoso, fuerte y seductor.

Al representar a los cisnes con un cuerpo masculino de ballet con el torso desnudo, Bourne subvierte uno de los iconos del ballet blanc y reescribe el mito clásico en clave de deseo y liberación.

Escena de la nueva versión del lago de los cisnes

Escena del sueño del príncipe. Johan Persson

El drama se convierte en un análisis de la masculinidad en la sociedad del siglo XXI e incluye algunas pinceladas de humor que actualizan este ballet.

Público joven

En El lago de los cisnes: la nueva generación conviven las técnicas de la danza clásica, neoclásica y contemporánea. Esta revisión del lenguaje coreográfico y narrativo ha conseguido conectar con un público más joven, dentro y fuera del ámbito de la danza.

Nada cambia en la partitura, pero todo es diferente en el escenario, con un decorado impactante y un vestuario suntuoso, creado por el premiado Lez Brotherston, mientras que la iluminación de Paule Constable pone en relieve lo subliminal de cada escena con luces estroboscópicas e incluso efectos pirotécnicos.

En una carta al público del Teatro Real, que acompaña al programa de mano, Bourne confiesa que esta obra:

"A nivel personal, cambió mi vida y transformó para siempre la suerte de mi compañía, dándonos una reputación internacional y un público cada vez mayor de nuevos amantes de la danza, ávidos de obras originales y experiencias teatrales únicas… el impacto de El lago de los cisnes ha tenido un efecto dominó a lo largo de mi carrera".

Cultivar el talento

El coreógrafo destaca también que todos sus bailarines se han formado en la compañía y han podido cultivar "su talento como artistas de primer nivel, preparados para asumir papeles tan emblemáticos y exigentes".

Desde su estreno -el 9 de noviembre en el Sadler's Wells de Londres en 1995- ha obtenido más de cuarenta galardones entre los que destacan el premio Olivier a la mejor producción (1996) y tres premios Tony: mejor director de musical, mejor coreografía y mejor vestuario (1999).

"Así pues, nuestro cisne alza el vuelo una vez más. Si es la primera vez que ve la producción, ¡le envidio y me alegro mucho por usted! Espero que la experiencia esté a la altura de sus expectativas. A quienes volverán, solo puedo agradecerles todo el cariño y el apoyo que nos han brindado a nosotros y a los cisnes a lo largo de los años", concluye Bourne.